Emilio Gentile

Como historiador, soy un profeta del pasado, no del futuro. Sin embargo creo nos estamos adentramos a un periodo muy largo de crisis debido a la modernidad. No creo en el posmodernismo; aun estamos en la modernidad. La modernidad es un periodo de conflicto permanente entre lo antiguo y lo nuevo. En la modernidad siempre tienes lo nuevo, y lo viejo «nuevo» se convierte en viejo, así que el conflicto es permanente. Después tienes el suceso de la globalización, lo cual es un proceso irreversible, junto con la necesidad de la identidad, que quizás es una necesidad humana acercándose hacia una nueva clase de nacionalismo. Agregado a esto tenemos el resurgimiento de la religión tradicional, cual no es sacralización de la política, pero una clase de politización de religión tradicional en términos muy extremos, así como en el caso del islamismo de Al Qaeda utilizando el terror como método indispensable para alcanzar poder dándole una clase de nueva autoridad divina en el mundo.
Creo que este es un periodo muy peligroso, pues cada vez que la política se alía, fusiona o se confunde con la religión para imponer una nueva regla en la vida del hombre, la libertad se pone en riesgo. Ambas expresan las necesidades humanas. Sin embargo cuando la política y la religión unen sus fuerzas, existe siempre el peligro a la dignidad y libertad humana. Hoy por hoy mucha gente piensa que hay que unir la política y la religión para salvar al mundo. Siempre que esto pasa, puedes tener paz duradera, pero no libertad, ni dignidad para los seres humanos. Esta no es my profecía, pero mi temor por el futuro observando las experiencias del pasado."

Emilio Gentile


"Desde hace tiempo existía una tradición dentro de los movimientos socialistas en Europa de sacralizar la política—desde el tiempo del socialismo utópico. En cierta manera Mussolini fue instruido en esta tradición. Cuando llegó a ser el líder del Partido Socialista alrededor de 1912, este ya hablaba de una esencia religiosa del socialismo y de una nueva palingenesia, término ampliamente usado por los socialistas franceses y los sindicalistas revolucionarios; significa un renacimiento de la humanidad a través de la revolución sin clases, la revolución proletaria.
Cuando Mussolini se convirtió en intervencionista en la I Guerra Mundial, tradujo este lenguaje de socialismo religioso a un nacionalismo religioso. En la creación del fascismo, enfatizó que no era un movimiento teorético o simplemente un movimiento político. Era un movimiento de regeneración. La regeneración es un concepto clave dentro de cualquier tipo de religión y en sumo grado en las religiones de la era pos-cristiana. También aparece en las políticas revolucionarias. Esto ha sido muy común de la política cultural en Italia y en Europa desde la Revolución Francesa—ambas en derecha e izquierda. El socialismo fue una regeneración de la humanidad a través de la revolución proletaria. El nacionalismo fue una regeneración de la nación a través de una revolución nacional. Mussolini fue capaz de fusionar estos dos conceptos de la revolución, a diestra y siniestra, y construir un nuevo sentido de regeneración por medio de la política, creando al nuevo hombre. En el fascismo, por supuesto, no era el hombre libre sino una clase de hombre sacrificial—sacrificado para el estado.
El fascismo de Mussolini fue el primer movimiento político en Europa en alcanzar poder y consagrar el culto al líder, la sacralización de la política como nueva religión. Esto fue mucho tiempo antes de que Stalin se convirtiera en el carismático líder de la Unión Soviética, lo cual sucedió hasta después de 1927. Así que en un sentido fue una novedad total que en Europa después de la I Guerra Mundial, en donde el panorama político aun estaba dominado por las nuevas democracias, el líder de uno de estos estados europeos institucionalizara un religión política y pretendiera ser el salvador de la nación y la personificación de la voluntad del país. Este se convirtió en el modelo para otros líderes nacionalistas como Hitler, quien pretendía seguir la misma senda para obtener el poder y regenerar su propia nación."

Emilio Gentile


"El totalitarismo es un experimento de regeneración humana. El problema es, ¿Qué clase de nuevo hombre? ¿Qué clase de regeneración? Es totalmente diferente en el fascismo, en el nazismo, en el comunismo, y así sucesivamente. La batalla era la misma, pero la meta era muy diferente. El fascismo y el nazismo estaban más cercanos que los otros movimientos totalitaristas, entretanto que el concepto del Nuevo Hombre en la Rusia de Stalin era totalmente diferente al concepto del Nuevo Hombre en la China de Mao.
Es imposible imaginar al totalitarismo como un fenómeno estático, pues el proceso de regeneración es largo. Tienes que luchar contra la naturaleza humana, la cual no tiene ansias en ser transformada. Ahora bien, cuando tratas con millones de personas y quieres formar un carácter único, es una larga batalla. Siempre termina en fracaso porque es imposible cambiar la naturaleza humana por medio de la política. Así que en este sentido, creo que el totalitarismo está obligado a ser dinámico. No tiene final. No puedes decir de alguna versión de totalitarismo que haya alcanzado su meta, porque tienes una nueva generación que transformar. Tienes una nueva generación en camino— nuevos nacimientos, nuevos ciudadanos, nuevos peligros.
Era una obsesión en la Rusia de Stalin, en la Italia fascista y en la Alemania nazi y de igual manera en la China de Mao. La idea era que siempre existe la tendencia, aun en gente regenerada, de aburguesarse o convertirse en holgazanes o estáticos o contra-revolucionarios. Así que tiene que regenerarlos, siempre por medio de la violencia. Ese es el significado de la purga en Rusia, y también la adopción del antisemitismo en Italia. No fue Hitler quien impuso ley antisemita en Mussolini; fue Mussolini quien pensó que la idea del antisemitismo era una manera de empujar Italia por una actitud más severa hacia los extranjeros. Los judíos eran una minoría muy pequeña, pero eran considerados totalmente diferentes a los italianos. Fue esta una manera de tratar de construir una nueva Italia basada en el odio a la gente distinta."

Emilio Gentile


"El Totalitarismo fue acuñado por los antifascistas entre 1923–1924 para poder definir el método fascista político y el sistema fascista de poder mucho antes que el fascismo estableciera el unipartidismo dictatorial. Así que en un sentido, el totalitarismo no es una meta sino un método: un partido político que pretende ser el único legitimo para gobernar un país y destruir por medio de la violencia a los otros partidos. Cuando esto sucede, usted está confrontando un experimento político totalitario. Por eso es que prefiero decir que el totalitarismo es un experimento en la dominación política en lugar de un régimen político consumado o perfeccionado. Así que puede decir que el fascismo y el comunismo soviético utilizaron el método totalitario; Hitler utilizó el método totalitario. Sin embargo no todos ellos se dirigían hacia la misma meta. Es ridículo decir que Mussolini, Stalin y Hitler iban a tener el mismo sistema político y las mismas metas. Estos estaban utilizando el mismo método para construir diferentes sistemas políticos, un tipo diferente de sociedad y hombre de acuerdo a su propio concepto de hombre, política y sociedad."

Emilio Gentile


"En mi interpretación del totalitarismo, no sigo las teorías formuladas a partir de la obra de Hannah Arendt. Me remito, en cambio, a investigar el origen de esta palabra, dado que totalitario y totalitarismo fueron términos inventados por los antifascistas italianos."

Emilio Gentile



"Hay que distinguir entre un fascismo histórico, que es el régimen que, a partir de Italia, marcó la historia del siglo XX y se extendió a Alemania y a otros países europeos en el período entre las dos guerras mundiales, de lo que se suele llamar fascismo después de 1945, que se refiere a todos aquellos que usan la violencia en movimientos de extrema derecha. Se trata de una diferencia substancial, porque varios movimientos de extrema derecha ya existieron antes del fascismo y no generaron un régimen totalitario."

Emilio Gentile



"Hay una distinción de fondo que debe hacerse: el partido de Lenin era un partido de intelectuales profesionales revolucionarios, mientras que el partido de Mussolini era un partido armado que se estructura y organiza como milicia."

Emilio Gentile



"Hoy el peligro es que la democracia puede convertirse en una forma de represión con el consentimiento popular."

Emilio Gentile



"La democracia en sí misma no es necesariamente buena. Solo es buena si realiza su ideal democrático, es decir, la creación de una sociedad donde no hay discriminación y donde todos pueden desarrollar su personalidad libremente, algo que el fascismo niega por completo. Entonces, el problema hoy en día no es el retorno del fascismo, sino cuáles son los peligros que la democracia puede generar por sí misma, cuando la mayoría de la población - o al menos la mayoría de los que votan - eligen democráticamente a líderes nacionalistas, racistas y antisemitas."

Emilio Gentile



"La era de los Dictadores, comúnmente conocida como el periodo entre las dos guerras mundiales y el Imperio Soviético en la Europa Occidental, cuando los dictadores eran la estructura permanente del sistema político, ya pasó. Aunque no creo que la era de la Dictadura haya pasado, pues aun tenemos regímenes unipartidistas en varios países del África y Asia bajo gobierno comunista.
La Era de los Dictadores está relacionada a un periodo cuando existían dos fenómenos importantes. Uno de ellos a consecuencia de la I Guerra Mundial; cuatro grandes imperios antiguos fueron destruidos y nuevas republicas democráticas y constitucionales emergieron. Sin embargo, después de dos o tres años, la mayoría de esas republicas terminaron en dictaduras. En un sentido, la dictadura fue una clase de respuestas a la crisis democrática después de la I Guerra Mundial y después de la gran crisis económica de 1929.
Por lo menos en Europa, ya no estamos confrontados con el peligro de la dictadura. Hay algunos individuos que se convertirían en dictadores, pero no veo las condiciones para transformar la presente crisis de la democracia en una nueva dictadura unipartidista. Si es que surge alguna dictadura en el futuro, quizás sería una totalmente nueva. Aunque es muy difícil de entender cómo se impondría esta nueva dictadura. Quizás tendría una fachada muy democrática. Casi ni lo habríamos de notar. Aunque no habrá regímenes unipartidistas. Los partidos políticos en Europa, los países occidentales, ya no podrán formar regímenes unipartidistas. Será absolutamente rechazado. A lo mejor una nueva dictadura será lo que yo llamo una democracia recitativa, una forma de democracia sin sustancia."

Emilio Gentile


"La idea de que la humanidad pudiera sucumbir ante otro falso mesías de la proporción de Mussolini, Hitler o Stalin es muy preocupante. Aun así continúa sucediendo. ¿Qué deberíamos de esperar?"

Emilio Gentile



"La sacralización de la política en términos modernos es una forma autónoma de religión basada en la política, no en la tradicional religión estado-iglesia."

Emilio Gentile


"Mussolini hizo lo mismo que Hitler después de 1933. Ambos dijeron que iban a defender al catolicismo y al cristianismo porque eran considerados parte de una tradición nacional, y la tradición religiosa es un elemento que une los pueblos. Aunque por supuesto, Mussolini y Hitler no pretendían restaurar el espíritu puro del Evangelio. No estaban promocionando a Dios ni a Cristo; estaban utilizando a Cristo y a Dios para establecer su propio gobierno. Fueron muy realistas en ver a la iglesia como una institución importante, la cual no era fácil de combatir; un poder para ser confrontado, sin embargo un poder que podría ser un aliado en la lucha por monopolizar el poder. Mussolini tuvo éxito, aun cuando la lucha estuvo siempre presente. Después del Concordato en 1929, existía una permanente batalla clandestina entre la iglesia y el régimen fascista, la cual surgió a finales de 1930 cuando uno de los líderes más apologéticos de la iglesia en la época de Mussolini, el Cardenal Shuster de Milán, en un discurso secreto dijo a los obispos de su iglesia que ahora en Italia estaban confrontando un estado pagano, un estado totalitario. El cardenal concluyó que, el Concordato estaba totalmente destruido.
Así que la relación entre Mussolini y la iglesia Católica no era fijo. El Concordato por sí solo no definía nada. Era una confrontación permanente. Mussolini estaba tratando de utilizar el catolicismo para imponer un gobierno fascista al permear el catolicismo con fascismo. De igual manera la iglesia trato de catolizar al fascismo, pero al final ambos fallaron."

Emilio Gentile



"Se habla continuamente de mi odio hacia Lenin. Nada más erróneo. Ningún hombre inteligente puede odiar a las figuras más representativas de su tiempo."

Emilio Gentile


"(Un régimen totalitario) aspira al monopolio del poder y después de conquistarlo, por vías legales o extralegales, destruye y transforma el régimen preexistente y construye un Estado nuevo, fundado sobre el régimen de partido único, con el objetivo principal de efectuar la conquista de la sociedad, esto es, subordinar, integrar y homogeneizar a sus gobernados, conforme al principio de politización integral de la existencia, tanto individual como colectiva, interpretada según las categorías, los mitos y los valores de una ideología sacralizada en la forma de una religión política, con el propósito de modelar al individuo y a las masas merced a una revolución antropológica para regenerar al ser humano y crear un hombre nuevo."

Emilio Gentile
Tomada del libro El rebaño: Cómo Occidente ha sucumbido a la tiranía ideológica de Jano García, página 200











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