Harkaitz Cano

"Carolina del Norte está más muerta que, la espumosa Paulaner en la terminal de Múnich, brokers rubios y elegantes con raya a un lado trincándose jarras grandes ya desde buena mañana, fijador de pelo e imágenes que quedarán en la retina, lo sabía, sabía que iba a palmarla sin haber echado un polvo, dónde están los caramelos Fisherman’s cuando más los necesitas, doble o nada, teníamos que haber ido de vacaciones en coche, este sabor metálico en el paladar, pasta or chicken, and you, madame, chicken or pasta, yes, of course, we do have tomato juice, do you like it with pepper, salt and lemon, sir, a qué viene tanto alboroto, es que no se puede dormir en paz, cómo conocer el momento exacto en el que se me parará el corazón, tenía que haberme afeitado, hora de la muerte tal y tal que dicen en las teleseries de hospitales, el horóscopo ha acertado de pleno para Rosaura, cuidado con los accidentes domésticos, duérmete niño, duérmete ya, por qué las hacen de papel las bolsas para vomitar, y Beatriz no tiene más que tres años, tres a punto de cumplir, seamos más crueles, seamos más tiernos, tomemos más riesgos y hagamos las tres cosas al mismo tiempo, everybody now, you sinners, stand up and clap your hands, espero que ni la CIA ni mis herederos (sobre todo mis herederos) rastreen mis e-mails, dicen que ahora leen también los correos que vamos borrando, mucho más interesantes, vas a comparar, dime qué echas a la basura y te diré si te gusta el femdom, cinco sirenitas te llevarán por caminos de algas y de coral, otorrinolaringólogo, lo orgulloso que te sentiste ante la proeza de pronunciar por primera vez sin trabarte aquella palabra en tu más tierna infancia, la alegría del niño cuando la vida es todavía una enorme fantasía, sigue el camino de baldosas amarillas, por qué me haría donante de sangre, porque mi sangre es universal como la buena literatura."

Harkaitz Cano
El turista perpetuo


"Como novelista, me gustaría pensar que conduzco al lector hasta el corazón del bosque y lo abandono allí para que piense un rato."

Harkaitz Cano


"Es más necesaria que nunca la necesidad de una redefinición constante de lo que es o no es cultura. Y cierta autocrítica por parte de los autores, arrastrados por lo que demanda un sistema de producción veloz y voraz…, y precario."

Harkaitz Cano



"Estampa el sello en el pasaporte, un conjunto de hojas, el cuadernito de nuestras andanzas en el extranjero, la certificación —o la suposición— de que apuramos debidamente la vida. El recuerdo de los pasaportes falsos de Barbas y del cine Les Variétés de Hendaya. Echar un vistazo al documento y pasar las hojas, «Aquí le han puesto tinta verde, la de la frontera francesa suele ser azul», una inquietud temerosa, «La fecha de entrada está demasiado borrosa, ¿me dejarán salir?». El mero hecho de tener el pasaporte actualizado en un cajón de casa es ya viajar un poco: la alegría de la anticipación y el recuerdo de los lugares donde has estado. Como recibir una carta del extranjero, con la efigie de un gobernante en el dentado sello; poco le importa al coleccionista de estampillas si ese presidente es o no un dictador.
El aire que respiras en el lugar al que acabas de llegar nunca es el mismo que el de tu procedencia. «Incluso hasta aquí hemos llegado, Imanol.» Temperaturas y olores que no son los nuestros. Demasiado frío o demasiado calor. El contraste no es exactamente el de la temperatura. Lo piensas más o menos así en cuanto bajas del avión: «Aquí la temperatura se ha batido de otro modo». Estar atento, tragarlo todo, sentir el pinchazo de la adrenalina. El desamparo y la excitación que lo desconocido origina nos entregará felices y agotados al abrazo de oso al final del día; dormir incómodos sobre un armazón de esqueleto que ni siquiera llega a ser cama no será un obstáculo cuando estamos lejos de casa. «Guten Tag. Business or pleasure?» La ardorosa dicha de Imanol en su respuesta: «Business... and pleasure!».
«Mister Erich Honecker!», grita a ratos nada más llegar a la RDA con su voz cavernosa, o, quizá, «Herr Erich Honecker!», lo hace por el mero placer de pronunciar algunos nombres extranjeros."

Harkaitz Cano
La voz del faquir


"Existen en el caso del artista muchos tipos de celos: quizá los más paradójicos son los celos con respecto a su propia obra. Se ve mucho en el caso de los cantantes que triunfan tempranamente y no consiguen despegarse de un hit extremadamente popular que acaban denostando o imitando ad nauseam… También está el hecho de intuir que uno siente y hace sentir cosas sobre el escenario que fuera de él difícilmente conseguiría… ¿Por qué siguen en activo los Rolling, después de todo?"

Harkaitz Cano



"Me interesa la voz desde su fisicidad misma: no hay dos iguales y es difícil de moldear. Uno puede tener una intuición, pero es la voz la que la desmiente o la reafirma, ya sea al pronunciar esa idea de viva voz o al verterla estilísticamente en una novela. La voz que nos viene dada esculpe en gran medida nuestra personalidad y nuestros complejos. Dudo que me aventurase a escribir la historia de Imanol si éste hubiese sido escultor o escritor… Lo que hace un cantante sucede aquí y ahora. Un cantante es más consciente de su fragilidad que otros artistas y también más neurótico en su "lucha con la eternidad" cada vez que graba un tema que quedará "embalsamado" para siempre, por utilizar la expresión de Jean Pharos, el técnico de sonido y fiel escudero del protagonista de la novela."

Harkaitz Cano






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