Lesya Ukrainka

A las estrellas claras contemplo,
Acongojados pensamientos.
Ríen las estrellas indiferentes,
Dirigiendo fríos rayos hacia mí.

¡Ustedes, estrellas, indiferentes estrellas!
En ocasiones erais  distintas,
En ese tiempo, cuando vosotras a mi corazón
el dulce veneno estabais derramando.

Lesya Ukrainka


Como amo mis horas de trabajo
Cuando todo a su alrededor se calme de repente
Todo está atado por el encanto de la noche
Y yo solo, invencible
Comienzo el servicio solemne
Ante mi altar invisible 

Lesya Ukrainka
Poema incluido en 'El alma de Ucrania'



Contra spem spero

Distantes pensamientos en las pesadas nubes otoñales,
brillante reluce la primavera. ¿Será así
el dolor de los jóvenes años? Yo quiero cantar
donde el mal tiene su esperanza y
aherrojar los pensamientos grávidos. Sembraré
de flores la tierra triste y las ardientes lágrimas
vertidas se derretirán como la escarcha, como
la larga y oscura noche en un único instante que
me guía hacia el cielo.

Lesya Ukrainka




El arma de la palabra

Oh Palabra ¿por qué no eres como el acero templado
que en la batalla brilla con celo vengativo?
¿Por qué no eres una espada afilada e implacable
de esas que cortan la cabeza del enemigo a ras de sus hombros?

Oh fiel fiel pulida palabra mía
nunca me negaré a desenvainarte
pero la sangre de mi vida la drenas en el arte
tu espada no atravesará el corazón hostil

Afilaré y afilaré tu hoja hasta que
haya agotado toda mi fuerza y ​​habilidad
Y después te colgaré en la pared
para alentarme un poco mientras recuerdo mis penas
¡Oh palabra! tú eres mi único armamento
¡Y las dos no debemos gastarnos en vano!
En otras manos, desconocidas, quizás ¿quién sabe?
proporcionarás una mejor marca contra enemigos brutales
Tu espada resonará contra el yugo del hierro
y las fortalezas de los tiranos oirán el golpe
Entonces con el sonido de otras espadas tu sonido
se mezclará con los gritos de los hombres desatados
vengadores fuertes tomarán mi arma brillante
y con ella valientemente se arrojarán a la lucha
¡Oh espada mía, sirve a esas bandas de guerreros
mucho mejor de lo que sirves a estas manos débiles!

Lesya Ukrainka



Esperanza

Ya no puedo decir que la libertad me pertece
Para mí no queda más que la esperanza sola
La esperanza de ver una vez más a mi amada Ucrania.
Qué me importa si estoy viva o en la tumba
Para contemplar una vez más la ola azul del Dniéper—
No me importa si aún vivo o si estoy en la tumba
Para ver la estepa, sus antiguos túmulos funerarios
Sentir la fuerza ardiente que allí abunda. . . .
Ya no puedo decir que la libertad me pertece
Para mí no queda más que la esperanza sola

Lesya Ukrainka




“Hay heridas para las que no valen los vendajes; no existe para ellas otro reparo que una dura coraza.”

Lesya Ukrainka



La rosa de Guelder

La rosa de Guelder está feneciendo
anhelando estar a su lado pues en el fondo
de la tierra estaría mintiendo. Si la doncella
es fiel se transformaría en una rosa de
Guelder con nívea flor adornada, rocío
matinal que no lacera la tumba. Las flores
no secan mis huesos pero ser marchitan sus
ramas verdes. Siento la hiel de un dolor
sin medida, del silencio que se quiebra
ante el ser amado.

Lesya Ukrainka



Lágrimas por Ucrania

¡Ucrania! amargas lágrimas por ti lloro.
¡Pobre de mí! ¿De qué te sirve tanto dolor?
¿De qué te puedo servir yo con un dolor tan hondo?
¡Pobre de mí! Tienes tan poca ayuda en mí.

¡Oh lágrimas ardientes! abrasando mi alma con su llama,
Ustedes dejan en mis ojos rastros llameantes de dolor:
esas agudas punzadas de dolor ahora marchitan mi cuerpo,
y todas las artes curativas son en vano.

¡Cuántos de nosotros estamos derramando aquellas lágrimas!
Oh niños, ¿cómo podemos todavía reír y ser alegres?
Contemplando a nuestra madre en miserias y temores,
¿Cómo podemos seguir jugando alegremente?

Dicen que las lágrimas calientes de una madre pueden desgastar
y penetrar hasta el pedernal más fuerte;
entonces, ¿no deberían estas lágrimas agonizantes de una doncella
al menos dejar una pequeña huella?

Lesya Ukrainka



Lágrimas vanas

Lamentos y gemidos están por todas partes
Desafíos irresolutos y débiles
Quejas contra el vil destino
Y frentes inclinadas en amargura
Y todo el tiempo que continuamos lamentando
La antigua miseria de nuestra Ucrania
Con lágrimas esperamos el día que ha de llegar
Para que las cadenas se rompan y nos liberen

Estas lágrimas hinchan aún más nuestras heridas
Retrasan su curación, hacen que duelan
Nuestras cadenas podrían oxidarse por las lágrimas que caen
Pero por sí mismas jamás se romperán

¿De qué sirven aquellos estados de ánimo abatidos?
Para dar marcha atrás ya es demasiado tarde
Mejor pongámonos a trabajar
Y a luchar por un futuro que debe ser creado

Lesya Ukrainka



Las palabras

Por qué no son mis palabras como un
brillante y pétreo flash en el campo de batalla
de los hostiles ejércitos? ¿Por qué no un sable
que sesga la vida del enemigo? Mi única arma
fluye de mi pecho como una alada chispa
desconocida e imperecedera que rompe la herrumbre
de las cadenas, eco de hojas que albergan nuevos días y heredan el mérito de la débil espada.

Lesya Ukrainka




¡No, no moriré!
¡Y para siempre viviré!
Pues mi corazón alberga aquello
que ni la muerte ya podrá con ello.

Larysa Petrivna Kósach Kvitka «Lesya Ukraínka»



“¡Sea maldita la sangre perezosa, que no se vierte por la tierra natal!”

Lesya Ukrainka




“Somos paralíticos con ojos de fuego; hombres grandes en el espíritu e insignificantes en el poder. Sentimos las alas en nuestra espalda, pero las cadenas nos sujetan a la tierra.”

Lesya Ukrainka




Y acaso, ¿sucederá el segundo milagro del Evangelio?
Vendré como Magdalena
para rendirte el último tributo.
Y en ese minuto como en el duelo,
Lloraré amargamente que te perdiste para mí
De repente veré que resucitaste
y brilló en gloria de nueva vida y nueva esperanza.
Y lloraré de rodillas
y extenderé mis manos hacia ti
y te llamaré por tu nombre… ¿Y tú?
¿Qué dirías entonces?
¿Me enviarías a proclamar la Buena Nueva?

Lesya Ukrainka




Y desde el ocaso, allá en la lejanía,
Ondulan las olas de plateados bucles, –
Ante la salida del sol, las nereidas
Celebran con bailes la luz del albor…
Y bailan vapora y suavemente, –
Ya casi alcanza la vista al cardumen,
Y al instante meciéndose éste se aleja,
Ya clarea allá en el brumoso horizonte…

Lesya Ukrainka
Viaje al mar, VI









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