Gianrico Carofiglio

"Alguien se pregunta por qué se estudia filosofía, es decir, una disciplina que aparentemente no tiene utilidad práctica. Pues bien, la filosofía sirve para no dar por sentado. Ninguna cosa. La filosofía es una herramienta para comprender lo que nos rodea -comprender lo que hay dentro de la literatura es probablemente más eficaz-, pero realmente comprendemos lo que nos rodea si no damos por sentadas las verdades que otro ha pensado establecer para nosotros. . Hacer filosofía -es decir, pensar- significa aprender a preguntar y hacer preguntas. Significa no tener miedo a las nuevas ideas. Significa no detenerse en las apariencias. Significa poder decir no a aquellos que quisieran imponernos su forma de pensar y ver el mundo. Es decir, a quién le gustaría pensar por nosotros."

Gianrico Carofiglio


"Cada separación nos hace un anticipo de la muerte, y cada reencuentro nos hace un anticipo de la resurrección. Por eso las mismas personas, que habían sido indiferentes entre sí, se alegran tanto cuando, después de veinte o treinta años, se reencuentran."

Gianrico Carofiglio


"Como todos los narcisistas, nunca has vivido realmente. Solo has interpretado un personaje. Y como es TU personaje, le has dado todas las cualidades, incluido el altruismo. Pero todo es una obra de teatro, todo es una maldita mentira."

Gianrico Carofiglio



"Comprendió por qué era mejor no preguntar: si hay que explicarle algo importante, probablemente nunca lo entenderá."

Gianrico Carofiglio



"Creo que [mi talento] es una habilidad relacionada con las palabras. Los he usado en mi vida como fiscal. Y los uso hoy, por supuesto."

Gianrico Carofiglio



"Cruzamos el umbral. Había una gruesa cortina negra de plástico que separaba el interior del exterior. Un más allá respecto al mundo real, otra dimensión.
Recuerdo aquello como si lo tuviera delante en este momento: la iluminación era fría y violenta, parecida a la de los depósitos de cadáveres que salen en las películas, y el espacio mucho más grande de lo que uno habría imaginado. Desde fuera parecía una pequeña tienda de unos pocos metros cuadrados. Superada la cortina, en cambio, se accedía a un local amplio y profundo. Paredes llenas de estanterías con la parte central ocupada por largas vitrinas y cinco o seis clientes que ponían mucho esmero en no cruzarse las miradas. El único empleado era un chico delgado, de aspecto normal, poco mayor que yo, sentado detrás de la caja y que jugaba al ajedrez solo.
Las revistas y los vídeos estaban ordenados ostensiblemente por temas: orgías, lesbianas, disciplina, gay, fustas, animales. El surtido de objetos era para todos los gustos; aceites y pomadas que prometían en cuatro lenguas diferentes espectaculares aumentos de tamaño –«hasta ocho centímetros» estaba escrito en una caja provista de dibujos que no dejaba nada a la fantasía del cliente.
De vez en cuando me fijaba en lo que hacía mi padre. Se movía a sus anchas entre las estanterías examinando todo con atención, como si fuera en busca de ideas con que valorar la actividad comercial en cuestión. En un momento dado cogió una fusta –un látigo de nueve colas, para ser exactos– y la probó golpeándose delicadamente el antebrazo.
Al fondo estaban las cabinas. Me acerqué a echar un vistazo: al lado de cada una había un cajetín. Introduciendo cinco francos se podía entrar, elegir un film de entre un vasto repertorio (dividido en áreas temáticas como las estanterías) y disfrutar de la visión privada durante unos minutos, con las consecuentes prerrogativas.
En cada puerta había un letrero: «Prière de laisser cet endroit aussi propre que vous désirez le trouver en entrant». Se ruega dejar el lugar tan limpio como les gustaría encontrarlo al entrar.
Tuve la tentación de introducir los cinco francos, es más, tenía ya la mano en el bolsillo buscando las monedas cuando oí una secuencia de sonidos no articulados, fuertes y guturales, como de alguien que se está aclarando enérgicamente la garganta. Procedían de una de las cabinas y se mezclaba con una respiración afanosa que aumentaba rápidamente hasta concluir en un estertor impresionante."

Gianrico Carofiglio
Las tres de la mañana


"Debemos ser más honestos con el prójimo."

Gianrico Carofiglio


"Decidí dejar el poder judicial por el gran respeto que le tengo a ese trabajo. Y por el aprecio que le tengo a la gente con la que lo hice. Pero a decir verdad le tengo mucha nostalgia. […] Echo de menos la pasión insuperable por la búsqueda de la verdad."

Gianrico Carofiglio



"El escritor no debe ir dando lecciones."

Gianrico Carofiglio


"La gente está manipulando y siendo manipulada, engañando y siendo engañada todo el tiempo sin darse cuenta. Se lastiman y lo reciben sin darse cuenta. Se niegan a darse cuenta porque no pudieron soportarlo. Sleight of hand es honesto porque está claro de antemano que la realidad es diferente de lo que parece ser."

Gianrico Carofiglio



"La retórica es la técnica de concebir discursos persuasivos y perseguir la verdad por medio de la argumentación."

Gianrico Carofiglio



"El talento es algo que te ha sido dado y sobre lo cual tienes completa responsabilidad. Si lo dejas ahí, si no lo reconoces, lo cultivas, lo haces crecer, se vuelve materia inerte. Es como el amor: tienes la oportunidad de cuidarlo. Pero puedes decidir dejarlo como está, sin multiplicarlo, eligiendo el camino que te lleve a donde sucede."

Gianrico Carofiglio



"Kant, argumentó que mentir nunca es lícito y que mentir, toda mentira, es una injusticia contra los derechos de toda la humanidad."

Gianrico Carofiglio



"La atención es una virtud moral. Estar atento significa estar bien contigo mismo y con los demás. Las personas atentas son curiosas y activas; estudian y trabajan con ilusión, implicación y pasión; escudriñan las necesidades de los demás y son capaces de ayudar."

Gianrico Carofiglio


"Las preguntas son el instrumento de comprensión de la realidad. Pueden servir para fortalecer o desmontar un testigo y para desplegar todas las técnicas de disuasión y persuasión éticas, que no tienen nada que ver con la manipulación."

Gianrico Carofiglio


"No mires atrás, ya has estado allí."

Gianrico Carofiglio



"Somos racistas (todos, en alguna medida, sin saberlo y sin saber admitirlo) por ignorancia y por nuestra incapacidad de reconocer al otro."

Gianrico Carofiglio



"Un jugador puede ser muy bueno dominando el balón. Pero si no pasa, si no juega en equipo, no tiene talento, porque al final no consigue nada. No da a luz a nada. Lo mismo ocurre con la escritura."

Gianrico Carofiglio















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