Jean-Marie Apostolidès

"A primera vista, la teoría de los marsupiales enuncia las leyes implícitas del intercambio sexual en el seno de la horda. Teoría de la posesión femenina, implica a dicho título una relación especificada claramente con lo femenino, abarcando así un campo mucho más vasto que el de la sexualidad, incluso si no se presenta más que bajo la apariencia sexual, lo que hace que sea una teoría secreta. Se trata de la teoría del secreto de la sujeción en el seno de la vida privada —la horda—, tanto como la teoría del espectáculo es la del secreto de la sujeción en el seno del espacio público. Sólo que, si Debord parece oponerse públicamente al espectáculo, sin embargo estaría completamente de acuerdo con la sujeción en la vida privada. La teoría de los marsupiales corresponde a un momento en el que la juventud le abandona —ya sobrepasa los cuarenta— y en el que trata de conservarla recuperando las prácticas de sus años de juventud en París.
Entre 1972 y 1984, el personaje secreto con el que se identifica Debord es el Marqués de Sade, o al menos la imagen que se hace el público de él a partir del siglo XIX. Ya nos habíamos topado con esta figura en 1952 en el momento del compromiso de Debord con el letrismo, pero en 1972 tiene los medios de poner en práctica aquello que era solamente cosa de literatura o imaginación veinte años antes. La primera mención «oficial» de la teoría de los marsupiales aparece en la carta de Alice Becker-Ho a Sanguinetti del 20 de agosto de 1971. Gianfranco acaba de conocer a Celeste y confía a sus amigos los detalles de tal encuentro, asociando inmediatamente el personaje de Celeste a Nadja, la heroína de la novela de André Breton. En su respuesta, Alice comenta: «Tampoco me ha sorprendido que hayas conocido a otra Nadja — no existe el azar objetivo. Espero que en tu próxima carta me hables de Lewis Carroll y sus cartas a los niños, y que descubras en tu Celeste una Alicia. A propósito, te adjunto su foto, ¡y juzga por ti mismo! Guy, yo y otros aficionados llamamos a este tipo de seres marsupiales — esos animales venidos de la prehistoria».
En la teoría de los marsupiales la presa sexual es comprendida a través de la literatura. Casi puede decirse que es prisionera de una multiplicidad de telarañas literarias. Este mito remite, a la vez, a las experiencias de André Breton con Léona Delcourt, conocida bajo el nombre de Nadja, y al interés de Lewis Carroll por las niñas, que está en el origen de la novela Alicia en el país de las maravillas. También se nutre de otro texto de Lewis Carroll, La caza del Snark. Pero, más allá de las referencias literarias, la figura del marsupial tiene que ver con la prehistoria de Guy, es decir, con su infancia hoy por hoy totalmente oculta, periodo en el cual se sentía atraído por las niñas, en particular por su medio-hermana Michèle. Esta última será rápidamente asociada a los marsupiales, entre los que destaca como una de sus más hermosas flores. En la medida en que esta teoría acompaña la regresión de un movimiento de vanguardia hacia una estructura social arcaica como la horda primitiva, puede decirse también que hace retornar al grupo constituido en torno de Debord al origen de la humanidad o al menos al mito que permite comprenderla. Al mirarla más de cerca, la frase de Alice Becker-Ho («esos animales venidos de la prehistoria») posee un significado complejo.
El marsupial es una mujer, o una niña, que Alice designa inmediatamente como una presa que es preciso capturar, es decir, un ser inferior. Ella precisa a Sanguinetti que los marsupiales «nunca han terminado de crecer». De ahí viene entonces la referencia al bolsillo del vientre materno. A pesar de que el término esté reservado a las niñas, «su género es masculino, y esto no es por azar». En otras palabras, el marsupial es un fantasma asociado a la prehistoria de Debord, y quizás, también, a la de Alice Becker-Ho, es decir, a su inconsciente. Este fantasma cristaliza en torno a las imágenes de las niñas, o de las jovencitas con rasgos masculinos, de ahí el género que les corresponde. Estos seres andróginos tienen como principal característica no haber acabado de crecer permaneciendo en un estado adolescente. El marsupial escapa al tiempo y su conquista permite al cazador, en consecuencia, escapar él mismo también."

Jean-Marie Apostolidès
Debord le naufrageur








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