Leonard Stringfield

“Quedé anonadado al ver tres objetos en forma de lágrima desde la ventana de mi lado. Eran brillantemente blancos, como magnesio ardiendo, y se acercaban en curso paralelo a nuestro C-46. De repente uno de los motores se apagó y los instrumentos de navegación magnética enloquecieron. A medida que nuestro avión perdía altitud, tirando combustible del motor parado, el piloto sonó la alerta y se le dijo a la tripulación y al pasaje que se prepararan para ¡un aterrizaje forzoso! No recuerdo bien mis pensamientos o acciones posteriores, momentos horrendos, pero mi último vistazo a estos tres objetos los ubicaba a cerca de 20 grados sobre el nivel de nuestro transporte. Volando en la misma formación cerrada, desaparecieron en un banco de nubes. Instantáneamente el motor detenido volvió a funcionar y recuperamos altitud, logrando aterrizar sanos y salvos en Iwo Jima.”

Leonard H. Stringfield


No hay comentarios: