Sergio De Cecco

"NONA:(Viene con el pollo)Eco il pollo. ¿No querés que te lo caliente un poco?
JORGE:(Ataca con gula)No, Nona, está fenómeno así…(Habla con la boca llena)Le contaba a Susana que le hice a mi vieja, había inventado un sistema... (Ríe) ¡Un sistema de alarma para huevos!
NONA:¿Para qué?
JORGE: Esperen que les cuente…(Traga y respira. Cuenta con gran despliegue)La gallina ponía el huevo justo donde había un agujero y del agujero el huevo iba por una canaleta, rodando así, donde había una chapita…(Toma el tenedor y lo demuestra)Cuando el huevo pasaba, bajaba la chapita, hacía contacto y… ¡Rinnn!(Se muere de risa).
NONA:(Ríe)¡Qué loco!
JORGE:(Hace todo el mecanismo)¡Truuuummmm… pin… rinnnn! ¡Truuuummmm… rinnnnnn! (Ríen con la Nona)¿Y ustedes quieren creer una cosa? ¡Cada vez que el gallo, oía el timbre, se le
iba detrás a la gallina!
NONA: ¡Vamos! ¡Non diga mentiras!
JORGE:¡Se lo juro, Nona! ¡Era un gallo más cojudo! (Ríe)¡Las tenía locas a las gallinas! Y después… (Vuelve a reír sin parar, despatarrado)…y después…(Ríe)¡Se corría a las palomas!(Ríen los dos largamente)
NONA:¡Vos tendrías que haber nacido en el campo!
JORGE: Ya lo creo, Nona. Pero algún día…todavía no pierdo las esperanzas. (Alto a Susana) ¡Che, vení, picá un poco, está fenómeno!
NONA: ¿Querés que te traiga la torta de limón que quedó del mediodía?
JORGE: Dale, Nona traiga todo lo que haya. ¡De golpe me vino un ragú de madona!
NONA:(Saliendo)¡Así me gusta, me gusta ver que la gente coma en esta casa! Un largo silencio, Jorge se dedica a comer.
JORGE: Pobre mamá…
SUSANA:¿Qué le pasa?
JORGE: Nada, me estaba acordando de todo lo que me alentaba ella para que algún día largara todo y me fuera a laburar la tierra. "

Sergio De Cecco también conocido con los seudónimos de Javier Sánchez y Amadeo Salazar
El gran deschave



"Ocurre que soy un melancólico. Por sobre todas las cosas me interesan los sentimientos."

Sergio Amadeo De Cecco



"TERESA.— ¿No venís, Elena? Va a traer a su hermano que te quiere conocer. Si no te hacés de relaciones, no sé quién va a bailar con vos en la kermesse del domingo... (Pausa.) ¡Don Pancho, dígale que venga! Tía estará con nosotros... Trabajo me costó convencerla, que si no, mamá no me dejaba salir.
PADRE.— (A Elena.) Valdrá más que cumplas lo prometido.
ELENA — No quiero ir, no quiero ir mientras vos estés toda­vía aquí.
PADRE.— Hace tu voluntá.
ELENA.— (A Teresa.) Voy a tejerle una bufanda. ¿Te va a gustar el color azul, papá?
TERESA.— (Al Padre.) Si se pasa tejiendo bufandas nadie va a sacarla a bailar. ¡Se hace desear, creen que es altanera!
PADRE.— Déjese de pamplinas, y vaya a esperarla a la pla­za, que mi hija sabrá lo que hace.
TERESA.— ¡No tardes, Elena!
(Teresa sale casi corriendo. Padre interrumpe su trabajo y la observa salir.)
PADRE.— ¡Si será chiflada! ¡Querer compararse con vos, que sos la flor del barrio!
ELENA.— (Ríe.) ¡Delira por casarse la pobrecita! ¡No tiene otra idea en la cabeza! ¡Y qué festejante! ¡Estirado como cuello de pavo!
(Elena y Padre ríen juntos. Padre la toma en brazos.)
PADRE.— En cambio, mi paloma va a tener lo mejor que haiga.
ELENA.— Ya lo tengo todo con mi padre.
PADRE.— Anteayer, el diputao, supo decir en público: "Con Morales en Palermo ganamos la parroquia con los ojos vendaos."

Sergio De Cecco
El reñidero








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