Albert Cossery

"Cuando el hombre puede reír de lo que le sucede, nadie más tiene poder sobre él."

Albert Cossery



"Cuando hablas me parece estar escuchando el único lenguaje que entiendo. Los demás no emiten más que sonidos que me resultan ininteligibles. Su cháchara me asquea."

Albert Cossery



"Desde que se había enterado por Rafik de que en ciertos países los hombres se levantaban a las 4 de la mañana para ir a trabajar en las minas, Serag trató de hacer lo mismo. En un armario, había descubierto un viejo despertador fuera de uso, y lo había reparado con la intención de usarlo. El primer día, el sonido estridente del artefacto casi provocó una revolución. Poco habituado a esa ruptura violenta del sueño, Serag lo había dejado sonar interminablemente, creyéndose en plena pesadilla. Cuando por fin abrió los ojos, se convenció de estar listo para una sorprendente actividad. Pero, pocos minutos después, no sabiendo qué hacer, se volvió a dormir."

Albert Cossery
Los haraganes del valle fértil


"Escribo para que alguien que me acaba de leer no vaya a trabajar al día siguiente."

Albert Cossery


”La mayoría de los hombres vienen al mundo para cambiarlo; otros tan solo quieren mirar y aprender.”

Albert Cossery


“La pobreza del país había permitido que la vida discurriera perezosamente y que el pueblo se consagrase, sin esfuerzos degradantes, a ocupaciones provechosas como la pesca, la horticultura o una artesanía elaborada con indolencia y dignidad; ante todo, éste había señalado su resistencia a las modas decadentes continuando hablando un lenguaje humano. Era ese lenguaje el que subyugaba a Samantar, que en el mundo entero había sido reemplazado por un idioma bastardo sacado de los cubos de basura del comercio, que ya no concernía al hombre y que estaba desprovisto de toda noción de emoción y sentimiento.”

Albert Cossery


"Lo que importa es el contexto de las obras, no el idioma en el que uno se expresa, los libros se traducen y todos pueden leerlos. Mi primer libro se ha traducido inmediatamente al inglés y al árabe. Una lengua no es suficiente para determinar una identidad literaria. Incluso cuando estaba escribiendo para periódicos árabes, escribí en francés y traduje, no publiqué nada en árabe. Me gusta tallar el idioma francés, pero es la atmósfera egipcia, el árabe egipcio que transpongo, son las fórmulas, los adagios, las vueltas de mi país natal que uso..."

Albert Cossery


"Mírame las manos, nunca han trabajado durante dos mil años."

Albert Cossery


"Nunca es demasiado tarde para los que no esperan nada. ¿Acaso esperas algo de este mundo tan absurdo? ¡No me digas que durante mi ausencia te ha entrado la ambición! Si descubriera el germen de esa enfermedad fatal en ti, lloraría lágrimas de sangre por haberte dejado solo."

Albert Cossery


"Nunca he poseído nada. ¿Para qué? Me basta mi habitación de hotel."

Albert Cossery


"Para probar que estoy en la tierra no necesito de coche alguno."

Albert Cossery


"Por su parte, los barrenderos no tenían conciencia de la horrible diversión que su presencia infligía a la calle. Sólo tenían órdenes de barrerla y ella les provocaba la sensación de algo peligroso e incomprensible, de lo cual eran servidores dóciles. Aún no habían imaginado lo que sería sin ellos, entregada a la basura y el polvo. No conocían todo su mérito y hasta qué punto la calle les debía su hermosa disposición y su distinción. Pero, esta tarde, estaban decididos a todo: para ellos se trataba de no morir de hambre. Por primera vez en su vida, estos barrenderos se habían atrevido, se habían creído capaces de atreverse, a un gesto de protesta. Habían tenido la idea increíble, blasfema, de reivindicar sus derechos a una existencia mejor. Las tres piastras que se les pagaba por día no eran suficientes para que pudieran vivir, ni siquiera para que pudieran morir. Habían, pues, exigido media piastra de aumento. Con tres piastras y media por día, creían que podrían vivir más decentemente. Era una idea de ellos, casi un ideal. Y esperaban la realización de ese ideal, sin demasiada confianza pero con un fulgor feroz en los ojos. La llegada del supervisor en bicicleta pondría fin a su incertidumbre. Este supervisor en bicicleta, encargado de someter su solicitud a quien correspondía, debía traerles una respuesta esa noche. Pero los barrenderos desconfiaban de él, porque ya pertenecía, por su grado de supervisor, a otra humanidad, la de los opresores. También habían decidido que en caso de fracasar le dejarían los uniformes, las escobas y toda la calle. —Que la barra él solo, ese hijo de puta— dijo levantándose un hombre audaz, cuyo extraño acuclillamiento parecía un desafío a la estética de los pobladores honorables de la ciudad."

Albert Cossery
El peluquero que mató a su mujer


"(Que cada frase sea) la gota de amoníaco que saca a las personas de su letargo."

Albert Cossery


"Soy de cultura egipcia y lengua francesa, con un mundo egipcio. Pienso en árabe."

Albert Cossery


"Una línea al día. Pero cada oración debe llevar una densidad que golpea y mata con cada nueva palabra."

Albert Cossery


"… y sus cuerpos desnudos y chorreantes de sudor relucían en la penumbra como restos de un naufragio expulsados por el mar."

Albert Cossery



 "Yo escribo dos frases por semana."

Albert Cossery









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