André Gide

"Ante ciertos libros uno se pregunta: ¿quién lo leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin libros y personas acaban por encontrarse."

André Paul Guillaume Gide

“Cada edad es susceptible de una perfección particular.”

André Gide


“Comprendí que la sed de disfrutar que nace en cada momento de voluptuosidad, se anticipa al gozo, de la misma manera como existen respuestas listas para cualquier pregunta.”

André Gide


“Con los buenos sentimientos se hace la mala literatura.”

André Gide



"Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado."

André Gide



“Cuando cese de indignarme, habré empezado mi vejez.”

André Gide


“El hombre es más interesante que las mujeres. A él y no ellas hizo Dios a su imagen.”

André Gide


“El pecado es la cosa que no se puede dejar de hacer.”

André Gide


“El pensamiento de la muerte me persigue con una obstinación singular. A cada gesto que hago, calculo: ¿cuántas veces ya? Me pregunto: ¿cuántas veces todavía? Y siento, lleno de desesperación, precipitarse la revolución del año.”

André Gide


“El poeta cree que cuando muera se irá volando con todo y cama, derechito al cielo.”

André Gide


"El porvenir pertenece a los innovadores."

André Gide



"El secreto de mi felicidad está en no esforzarme por el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo".

André Gide


"El verdadero hipócrita es el que cesa de percibir su engaño, el que miente con sinceridad."


André Gide


"Ella no me amó a mí, sino al que yo deseaba ser, y siempre me reprochó que no hubiese cumplido mis deseos."

André Gide


"En el infierno sólo hay un único castigo: hacer una y otra vez todo lo que dejaste sin terminar en la vida."

André Gide


"En la afirmativa termina toda negativa. Todo a cuanto te resignes volverá a tomar vida. Todo lo que tratas de afirmar se niega. Y todo a lo que se renuncia se confirma."

André Gide



"En lo que no se puede tener es mejor no pensar."

André Gide



“Es bueno seguir la pendiente con tal que sea subiendo.”

André Gide


“Es dentro de sí mismo donde está la alegría, y yo la oigo cantar en mi corazón.”

André Gide


“Es mejor ser odiado por lo que eres, que ser amado por lo que no eres.”

André Gide

"Había mucha verdad en lo que decía, desde luego, y yo era sensible a ella. También me pareció que temía haber ido demasiado lejos, el día anterior, dando su aprobación después de leer mi carta, y que estaba protestando contra aquella aprobación. Porque, justo después, se puso a defender la brutal política con los negros, afirmando que solo se puede conseguir algo de ellos con golpes y castigos, por sangrientos que sean. Llegó a decir que él mismo, un día, había matado a un negro; luego añadió enseguida que fue un caso de legítima defensa, no de sí mismo, sino de un amigo, que de lo contrario probablemente habría muerto. Después dijo que la única manera de hacerse respetar por los negros era inspirándoles temor, y habló de un colega, el doctor X., que lo había precedido en Nola, a quien, mientras cruzaba pacíficamente el pueblo de Katakouo (o Catapo), por el que pasamos el día anterior, lo cogieron, lo ataron, lo desnudaron, lo pintarrajearon de pies a cabeza y lo obligaron a bailar al son del tamtam durante dos días. Tuvo que liberarlo una cuadrilla enviada desde Nola… Todo resultaba cada vez más raro, incoherente y exaltado. Todos callábamos; tan solo hablaba B. Y si no hubiéramos levantado la sesión porque teníamos que preparar el equipaje para salir al día siguiente, habría continuado hablando, sin duda. Le faltó poco para aprobar lo que había hecho Pachá; al menos, todo lo que decía tenía un trasfondo de excusa y de falta de solidaridad conmigo. También nos dijo (y, si es verdad, es algo muy importante) que los jefes reconocidos de los poblados a menudo son hombres que no gozan de ninguna consideración entre los indígenas a los que se supone que mandan; son antiguos esclavos, hombres de paja, elegidos para cargar con las responsabilidades, sufrir las vejaciones, los «castigos», y todos los habitantes de sus poblados se regocijan cuando los meten en la cárcel. El verdadero jefe es un jefe secreto, al que, en la mayoría de los casos, el gobierno francés nunca llega a conocer."

André Gide
Viaje al Congo

"Había olvidado que estaba solo, no esperaba nada… Me parecía que hasta aquel día, a fuerza de pensar, había sentido tan poco, que ahora me asombré: mi sensación se hizo tan fuerte como un pensamiento… He dicho: me parecía… porque, desde el remoto pasado de mi primera infancia, despertaban al fin en mí mil resplandores, mil sensaciones perdidas. La conciencia que volvía a adquirir de mis sentidos me permitía el inquieto reconocimiento. Sí, mis sentidos, despiertos a partir de aquel momento, reencontraban toda una historia, recomponían todo un pasado. Jamás habían dejado de vivir, descubrían, incluso a través de mis años de estudio, una vida latente y astuta."

André Gide
El inmoralista





“Hay muy pocos monstruos que garanticen los miedos que les tenemos.”

André Gide



"Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida se consigue sólo arriesgando a veces lo que más se ama."

André Gide


"He comprendido ahora que, permanente en todo lo que pasa, Dios no habita en el objeto, sino el amor; y ahora sé gozar la quieta eternidad del instante."

André Gide


“Hemos construido catedrales inmovibles en la arena.”

André Gide

"La amistad del hombre es con frecuencia un apoyo; la de la mujer es siempre un consuelo."


André Gide

"La dificultad de la vida es tomar en serio durante mucho tiempo seguido la misma cosa".

André Gide


“La edad también tiene ventajas muy saludables: se derrama mucho del alcohol que nos gustaría beber.”

André Gide


“La gente no puede descubrir nuevas tierras hasta que tenga el valor de perder de vista la orilla.”

André Gide



“La historia es la ficción que sucedió; la ficción es la historia que podría haber sucedido.”

André Gide


“La juventud sólo se tiene una vez, y durante el resto de la vida se echa de menos.”

André Gide


"La mejor manera de aprender a conocerse es buscar comprender a otro."


André Gide
Tomado del libro de Salvador Bermúdez de Castro, Vida, destino y muerte, página 22



"La palabra "contrariedad" es débil para expresar estas aflicciones intolerables que me invadían en todo tiempo; se apoderan de pronto de nosotros; las declara la calidad de la hora; el instante de antes todo os sonreía y os reíais de todo; de pronto, el fondo del alma destila un vapor negruzco, que se interpone entre el deseo y la vida; forma una pantalla lívida, nos separa del resto del mundo, cuyo calor, amor, color, armonía no nos llegan más que refractados en una trasposición abstracta: se constata, ya no se está emocionado; y el desesperado esfuerzo por romper la pantalla aislante del alma nos conduciría a todos los crímenes, al asesinato o al suicidio, a la locura... Así soñaba mientras oía chorrear la lluvia. Tenía en la mano la navaja que había abierto para sacar punta al lápiz, pero la hoja de mi cuaderno seguía en blanco; ahora intentaba grabar mi nombre, a punta de navaja, sobre el panel próximo; sin convicción, pero porque sabía que los transidos de amor acostumbraron a hacerlo; la madera, podrida, cedía en todo momento; en vez de una letra lograba un agujero; muy pronto, sin motivo, por desesperación, imbécil necesidad de destruir, empecé a cortar al azar. El panel que estaba estropeando se hallaba inmediatamente bajo la ventana; el marco estaba despegado en la parte superior, de manera que todo el panel podía correrse de abajo hacia arriba por las ranuras laterales; esto es lo que observé cuando inopinadamente lo levantó el esfuerzo de mi cuchilla.
Unos instantes más tarde terminaba de hacer migas el panel. Con los trozos de madera cayó un sobre al suelo; sucio, mohoso, había tomado el color del muro, tanto que al pronto no había llamado mi atención; no, no me extrañó verlo; no me sorprendió que estuviera allí, y era tal mi apatía que no intenté al pronto abrirlo. Feo, gris, manchado, les digo que parecía cascote. Lo cogí por aburrimiento; maquinalmente lo rompí. Saqué dos hojas cubiertas por una letra grande, desordenada, empalidecida, casi borrada en algunos sitios. ¿Qué hacía allí esa carta? Miré la firma y me maravillé: al final de estas hojas ¡estaba el nombre de Isabel!
De tal modo ocupaba mi espíritu..., que un momento tuve la ilusión de que me escribía a mí:
Amor mío, esta es mi última carta... -decía-. De prisa, todavía estas palabras, porque sé que esta noche ya no te podré decir nada; junto a ti, mis labios no sabrán hallar más que besos. Pronto, mientras todavía puedo hablar, escucha:
Las once es demasiado pronto; mejor es medianoche. Sabes que me muero de impaciencia y que la espera me extenúa, pero es preciso que toda la casa duerma para que yo me despierte a ti. Sí, las doce; antes, no. Llega a mi encuentro hasta la puerta de la cocina (siguiendo el muro del huerto, que está en sombra, y luego hay bojes), espérame allí y no delante de la verja, no es que me dé miedo atravesar sola el jardín, sino porque la bolsa en que llevaré unos pocos vestidos será muy pesada y no tendré fuerzas para llevarla mucho tiempo. En efecto, mejor es que el coche se quede al final de la callejuela, donde fácilmente lo hallaremos. Es más prudente por los perros de la granja, que podrían ladrar y dar la alarma.
No, querido, tú sabes que no había medio de vernos más y concertar todo esto de viva voz,. Tú sabes que aquí vivo presa y que los viejos ni a mí me dejan salir ni a ti te dejan entrar. ¡Ah!, de qué cárcel me escapo,.. Sí, me cuidaré de coger zapatos de repuesto, que me pondré tan pronto como estemos en el coche, porque la yerba de la parte baja del jardín está calada.
¿Cómo puedes preguntarme todavía si estoy decidida y dispuesta? Pero, amor mío, ¡si hace meses que me preparo y que estoy preparada! ¡Años hace que vivo en espera de este instante.! ¿Y si no voy a echar de menos nada? Es que no has comprendido que me horrorizan todos cuantos se ligan a mí, y todos cuantos me ligan a esto. ¿Es, en verdad, la dulce y la medrosa Isa la que habla? Mi amigo, mi amante, ¿Qué has hecho de mí, amor mío?...
Me ahogo aquí; pienso en todo ese allende que se entreabre... Tengo sed...
Iba a olvidárseme decirte que no ha sido posible sacar los zafiros del estuche, porque mi tía no ha vuelto a dejar las llaves en su habitación; ninguna de las que he probado abría el cajón... No me riñas; tengo la pulsera de mamá, la cadena de esmaltes y dos sortijas, que, sin duda, no tienen gran valor, puesto que no se las pone; pero me parece que la cadena es muy bonita. En cuanto al dinero..., haré lo que pueda; pero, sin embargo, harás bien en procurártelo asimismo por tu parte."



André Gide
Isabelle



“La posesión completa sólo se demuestra dando; todo cuanto podemos dar nos posee.”

André Gide


“La sabiduría no viene de la razón sino del amor.”

André Gide


“La satisfacción es la única señal de la sinceridad del placer. Esto, sobre ser verdad, destruye todo lo malo que tantas veces se ha dicho del placer.”

André Gide


"La soledad solo es soportable con Dios."





André Gide


"Las cosas adquieren su importancia para nosotros en cuanto nos damos cuenta de que existen."

André Gide



“Las cosas más bellas son las que inspira la locura y escribe la razón.”

André Gide



“Lo importante se halla en la mirada, no en la cosa mirada.”

André Gide



"Lo que ahora me exaspera en él es lo mismo que antes me seducía. No es él quien ha cambiado, soy yo, es mi manera de juzgarlo."

André Gide



"Lo que te critiquen, hazlo, porque eso eres tú."

André Gide


"Los que tienen miedo a las influencias, los que se hurtan a ellas, confiesan tácitamente la pobreza de su alma. Nada deben llevar dentro digno de ser descubierto, puesto que se niegan a dar la mano a nada de lo que podría llevarles a descubrirlo."



André Gide


“Mi alegría tiene algo salvaje, fiero, en ruptura con toda decencia, toda conveniencia, toda ley.”

André Gide



“Mi propia posición en el cielo con relación al Sol no debe hacerme encontrar menos bella la aurora.”

André Gide


“Muchas veces, las palabras que deberíamos haber dicho, no se nos presentan en el espíritu hasta que ya es demasiado tarde.”

André Gide


"Nada cuesta tanto trabajo como interesarse por la vida, y un interés apasionado sólo lo consiguen los elegidos."

André Gide


"Nada obstaculiza tanto la felicidad como el recuerdo de la felicidad."

André Gide



"Ninguna palabra asoma a mis labios sin que haya estado primero en mi corazón."

André Gide



"No admito más que una cosa que no sea natural: la obra de arte."

André Gide



“No creer en Dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo es necesario abstenerse de mirar la Naturaleza y de reflexionar sobre lo que vemos.”

André Gide


"No creo en el alma separada del cuerpo. Creo que cuerpo y alma son la misma cosa, y que, cuando la vida del cuerpo y alma son la misma cosa, y que, cuando la vida del cuerpo ya no está ahí, se han acabado las dos."

André Gide

Tomado del libro de Salvador Bermúdez de Castro, Vida, destino y muerte, página 82




“No está bien alentar a los artistas. Los verdaderos, los únicos que necesitamos, son aquellos que no se dejarán desanimar por nada; aquellos que, como decíamos, toman apoyo en las resistencias; cuya energía ante los obstáculos se contrae y se apronta a saltar. Esos no tienen necesidad alguna de que se les anime.”

André Gide


"¿No ha observado usted -dijo entonces Hildebrando- que los actos más decisivos de nuestra vida, es decir, los que corren más riesgo de decidir nuestro porvenir, son la mayoría de las veces actos imprudentes?
-Así lo veo -respondió Audibezt-. Es un tren al cual sube uno sin pensarlo y sin haberse preguntado adonde lleva. E incluso casi nunca se comprende que el tren le conduzca a uno hasta que ya es demasiado tarde para apearse de él."

André Gide
Los monederos falsos


“No hay obra de arte sin la colaboración del diablo.”

André Gide


“No hemos de gozar con mayor deleite las cosas que nos han costado caras, ni con menos las que no nos han costado nada.” 

André Gide


“No se descubren nuevos continentes si no se tiene el valor de perder de vista las viejas orillas.”

André Gide



"No se hace buena literatura con buenas intenciones ni con buenos sentimientos."

André Gide


“Nuestra alegría es igual que el agua movediza de los ríos, que sólo debe su frescor a su constante fugacidad.”

André Gide



“Nuestros actos están unidos a nosotros como al fósforo su luz. Nos consumen, verdad es, pero producen nuestro esplendor.”

André Gide


"Puedo dudar de la realidad de todo, pero no de la realidad de mi duda."

André Gide


"¡Qué difícil es envejecer bien!"


André Gide





“Que mi libro te enseñe a interesarte más en ti mismo que en él, luego, en todo el mundo más que en ti mismo.”

André Gide


“Querría flagelar con todas mis fuerzas a los que se ríen de la castidad como de una tontería, a los que se burlan de la virtud como de una debilidad y creen que un libertino tiene más carácter que un monje.”

André Gide


"Reconozco que se ha mostrado perfecto y casi estoy por creer, lo confieso, que este matrimonio puede no ser tan desdichado como yo temí en un principio. Desde luego Juliette no le ama, pero él me parece, de semana en semana, menos indigno de ser amado. Habla de la situación con clarividencia y no se engaña respecto al carácter de mi hermana, pero tiene gran confianza en la eficacia de su propio amor y se jacta de que no hay nada que su constancia no pueda vencer. Debo decirle que está profundamente enamorado.
En efecto, me conmueve mucho saber que Jérôme se ocupa así de mi hermano. Pienso que solo lo hace por deber, porque el carácter de Robert tiene pocos puntos de contacto con el suyo —tal vez lo haga también por complacerme—, pero sin duda habrá podido ya constatar que, cuanto más arduo es el deber que uno asume, más educa el alma y más la eleva. ¡He aquí unas reflexiones sublimes…! No se ría demasiado de su sobrina mayor, porque son estos pensamientos los que me sostienen y me ayudan a considerar el matrimonio de Juliette como un bien…
¡Qué dulce es para mí su afectuosa solicitud, querida tía…! Pero no crea que me siento desgraciada. Casi puedo decirle lo contrario, porque la prueba que acaba de sacudir a Juliette ha tenido su repercusión en mí. Esta frase de las Escrituras, que yo repetía sin acabar de entender su significado, se ha hecho de repente clara para mí: «Desdichado el hombre que pone su confianza en el hombre». Mucho antes de encontrarla en mi Biblia, la había leído en una pequeña estampa de Navidad que Jérôme me envió cuando él no tenía todavía doce años y yo acababa de cumplir los catorce. Había en esta imagen, al lado de un ramo de flores que nos parecían entonces muy hermosas, estos versos, de una paráfrasis de Corneille:
¿Qué encanto vencedor del mundo
me eleva hoy hacia Dios?
¡Desgraciado el hombre que basa
su apoyo en los hombres!
Aunque confieso preferir mil veces el simple versículo de Jeremías. Sin duda, Jérôme escogió entonces aquella imagen sin prestar mucha atención a los versos. Pero, si he de juzgar a través de sus cartas, sus disposiciones de hoy son muy parecidas a las mías, y agradezco a Dios todos los días que nos haya aproximado a los dos hacia Él de un solo golpe.
Al recordar nuestra conversación, ya no le escribo tan extensamente como antes, para no distraerlo de su trabajo. Sin duda va usted a creer que lo compenso hablándole de él más y más. Por miedo a seguir, acabo rápidamente esta carta. Por una vez, no me riña demasiado."

André Gide
La puerta estrecha


“Recuerdo haber dicho que se necesitaba mucho talento para hacer soportable un poco de genio.”

André Gide


“Saber cómo alcanzar la libertad no es nada; lo verdaderamente duro es ser libre.”

André Gide 


"Sabio es aquel que constantemente se maravilla."

André Gide



"Se necesita mucho talento para hacer soportable el genio."

André Gide


"Señores, antes me ganaba la modestia; les pido que me disculpen: es la primera vez que hablo en público. Sin embargo, ahora me gana la franqueza: señores, me ocupaba de los hombres más de lo que he dicho, y bastante hice por ellos. Señores míos, amé a los hombres apasionada, perdida y lamentablemente. Tanto hice por ellos que igual podría decirse que los convertí en lo que son, porque antes, ¿qué eran? Eran, pero no tenían consciencia de ser. Por eso les hice, con todo mi amor, una conciencia, como una llama que los iluminase. La primera consciencia que tuvieron fue la de la belleza, lo cual les permitió propagar la especie. El hombre se perpetuó en su descendencia y pudo seguir contando sin ninguna dificultad la despreocupada belleza de los primeros humanos. Tal situación hubiera podido durar indefinidamente. Sin embargo, preocupado e ignorando que llevaba en mí el huevo de mi águila sin saberlo, quise algo más o mejor. Aquella propagación, aquella prolongación fragmentada me hizo pensar que había una cierta espera en ellos, cuando en realidad la única que me estaba esperando era mi águila. Ignoraba esto pues creía que esa espera se encontraba en el hombre, la situaba yo en el hombre. Por lo demás, habiendo creado al hombre a mi imagen y semejanza, ahora entiendo que en cada hombre hubiese algo sin romper su cascarón; había un huevo de águila en cada uno de ellos… Luego ya no sé, soy incapaz de explicarlo. Lo único que sé es que, no contento con darles la consciencia de su ser, también quise darles la razón de ser. Les di el fuego, la llama y todas las artes que ella alimentaba. Calentando sus mentes desde adentro, hice que rompiera su cascarón la devoradora creencia en el progreso. Para mi propia sorpresa, me alegraba saber que la salud del hombre se gastara al generar una convicción semejante. Ya no se trataba de la creencia en el bien, sino de la enferma esperanza de algo mejor. La creencia en el progreso, señores, creó su propia águila. Nuestra águila es, señores, nuestra razón de ser.
La felicidad del hombre fue disminuyendo y disminuyendo, lo que acabó por darme lo mismo: el águila había nacido. Y yo había dejado de amar a los hombres. A mis ojos se habían convertido en una humanidad desprovista de historia… La historia del hombre, Señores, es la historia de las águilas."

André Gide
Prometeo mal encadenado


“Si de verdad quieres ser feliz, no caigas en la tentación de comparar este momento con otros momentos del pasado, que a su vez no supiste gozar porque los comparabas con los momentos que habían de llegar.”

André Gide



"Sólo los imbéciles no se contradicen nunca."

André Gide


"Soy el más deudor de mis enemigos porque la persona real surge a la vida más por los aguijones que por las caricias."


André Gide



"Su fuerza mayor es el arte de servirse de los otros dándoles la impresión de que les presta un servicio."

André Gide


“Todas las cosas adquieren importancia para nosotros en cuanto nos damos cuenta de que existen.”

André Gide


"Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a decirlo constantemente."

André Gide


“Todo en mí se abre, se asombra; me late el corazón; una sobreabundancia de vida me sube a la garganta como un sollozo. Ya no sé nada; es una vehemencia sin recuerdos y sin arrugas.”

André Gide



"Un buen maestro tiene esta constante preocupación: enseñar a prescindir de él."

André Gide


"Una mujer no comienza a mostrar su edad hasta que empieza a ocultarla."

André Gide



“Y cuando durante todo ese tiempo se piensa que los demás van al placer sin deseo, se piensa en ¡cuánto darían ellos por sentir hasta el más leve escalofrío de fiebre, y que uno de ese temblor muere, que le consume a uno hasta el corazón!”

André Gide


"Y llega el momento en que hay que dejar todo esto.
¿Qué será de "todo esto"? -Para algunos seres
Un cúmulo de bienes atesorados, propiedades, bibliotecas,
Divanes en los que encontrar placer
O simplemente disfrutar el ocio;
Para muchos otros, serán penalidades y trabajo.
Abandonar familia y amigos, niños que crecen;
Trabajos iniciados, obra por realizar,
Sueño a punto de convertirse en realidad;
Libros que aún queríamos leer;
Perfumes que nunca habíamos olido;
Curiosidades mal satisfechas;
Indigentes que contaban con vuestro apoyo;
Una paz, una serenidad que esperaban ser alcanzados...
Y, de repente, los juegos están hechos; ya no va más."



André Gide
Tomado del libro de Salvador Bermúdez de Castro, Vida, destino y muerte, página 78




“... y tomando por tierra firme el flotante tapiz de flores, perdió pie bruscamente.”

André Gide