Ángela María de la Concepción

"Ahora se me ofrece una cosa que pedirle, hermano mío, y mire que no me la ha de negar por ser tan del servicio de nuestro Señor. Y es: que deseo mucho dar a la imprenta las Constituciones. Para eso no falta otra cosa que dinero con que pagar la impresión; pues ha ya mucho tiempo que están aprobadas por su santidad. Y aunque me persuado que si yo se lo suplicara a mi señora la condesa [de Monte Rey], lo hiciera con gusto, pero no me atrevo porque habiéndola participado deseo imprimir un libro que he escrito para mis hijas, y por mandato de la obediencia, me ha ofrecido su excelencia imprimirle a su costa, que la tendrá mucho mayor que las constituciones. Y así por eso estimaré mucho a V.M. tome por su cuenta estas, que nuestro Señor se lo pagará y estas hermanas en oraciones, porque ellas desean también se las den para tenerlas en sus celdas y como no hay más de el original, no se puede hasta tanto que se impriman…"

Ángela María de la Concepción



"Orando lo tenemos todo y sin oración todo nos falta. Señor que yo acierte a dejar la que soy y comience a ser la que debo. (...) Todo lo facilita el amor, y este no se alcanza sin trabajo y ejercicio; porque nunca mucho cuesta poco. Acordándome en la oración de ellos, de los pobres y necesitados, experimenté una compasión y un sentimiento de no poder socorrerlos y servirles que me deshacía en deseo de ayudar a mis prójimos."

Ángela María de la Concepción
Autobiografía

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