Drummond Rennie

 "En una conferencia que pronuncié ante un auditorio formado por miembros de la judicatura, subrayé que los investigadores clínicos y los profesionales de la ley utilizan en inglés una misma palabra, trial para dos tipos de proceso diferentes: el uno legal, el otro científico.
Hablando de mi propia profesión, tuve que admitir ante los juristas que los trials o juicios legales suelen responder a una forma de organización por lo general más justa, y basada en fundamentos éticos bastante más sólidos, que los trials o ensayos clínicos.
Para resolver estos problemas, Gotzsche propone cambios específicos y proclama la necesidad de una revolución. Desde mi punto de vista, nada funcionará a no ser que logremos que la realización y la valoración de los ensayos queden desconectadas por completo de su financiación. Basamos los tratamientos que estamos aplicando a los pacientes en los resultados que nos ofrecen los ensayos clínicos; por lo tanto, se trata de un asunto de vida o muerte. Los pacientes que acceden a participar en los ensayos clínicos lo hacen porque confían en que su sacrificio dé resultados provechosos para la humanidad. Lo que no esperan es que los resultados de esos ensayos sean utilizados y manipulados como secretos cuya función principal consiste en contribuir a que una empresa obtenga sobre todo un beneficio comercial. Los resultados de los ensayos son un bien público y deberían ser financiados por los Gobiernos mediante el dinero que recaudan con los impuestos que paga la industria farmacéutica. Además, deberían ser accesibles al público en general. Lo que en la realidad ocurre hoy en día no es precisamente eso, sino que vivimos una situación francamente irónica que podemos ver en Estados Unidos: la industria farmacéutica paga a la agencia federal, la FDA, para que valore sus proyectos. ¿Puede alguien sorprenderse de que la agencia haya sido secuestrada por la industria cuya actividad se supone que debería regular?"

Drummond Rennie
Tomada del libro Medicamentos que matan y crimen organizado de Peter C. Gøtzsche, página 19


"Las empresas farmacéuticas, debido a su actitud arrogante y su descarada falta de respeto por el bienestar de las personas, han acabado por perder toda su credibilidad. Y la FDA, con sus débiles reprimendas ante los poderosos antojos de las farmacéuticas, ha lanzado por la borda la histórica reputación de la que disponía, renunciando así a la confianza que despertaba en la sociedad."

Drummond Rennie
Tomada del libro Medicamentos que matan y crimen organizado de Peter C. Gøtzsche, página 497


"No existe ningún estudio lo suficientemente fragmentado, ninguna hipótesis lo suficientemente trivial, ninguna cita lo suficientemente parcial o egoísta, ningún diseño lo suficientemente torcido, ninguna metodología lo suficientemente chapucera, ningún análisis lo suficientemente interesado, ningún debate lo suficientemente indirecto, ninguna conclusión lo suficientemente insignificante o injustificada, ni ninguna redacción lo suficientemente ofensiva como para que un artículo no salga publicado."

Drummond Rennie
Tomada del libro Medicamentos que matan y crimen organizado de Peter C. Gøtzsche, página 79


¿QUÉ ES UN ENSAYO CLÍNICO?

El proceso de aprobación de un fármaco empieza con los resultados de los ensayos clínicos. Puede ser útil comparar el tipo de ensayos que resultan más familiares a los investigadores con lo que sucede en los tribunales. Creo que es fundamental que los procesos legales tengan credibilidad y no pierdan su fuerza y el respeto de los ciudadanos, y por eso las diferentes partes de la investigación (jueces, jurados, fiscales, testigos y policía) actúan de forma independiente.

Pero esto puede que no suceda con los ensayos clínicos. En ese proceso, la empresa que financia el ensayo o que se encarga de la producción del fármaco tiene como prioridad absoluta que todos los involucrados en él tengan tantos conflictos de intereses como sea posible. Así, antes de que empiece el proceso de aprobación, la empresa financia un ensayo clínico y determina qué fármaco se estudia, así como la dosis y la vía de administración del fármaco (o placebo) con el que se compara. Puesto que el ensayo se diseña para obtener un determinado resultado, sorprende que se pueda restringir el fármaco de comparación asignando una dosis incorrecta o con el método equivocado. La empresa que lo financia, al fin y al cabo, paga a los que se encargan de recopilar los datos, a los médicos y a las enfermeras; ¿realmente debe sorprendernos que exista una infinidad de maneras para influir en los resultados? La empresa recibe absolutamente todos los resultados y analiza las pruebas para eliminar las menos favorables, e incluso puede ocultar el estudio —también a los especialistas— para que no salga nunca a la luz. El fabricante entrega parte de los resultados a la FDA (el juez) y les paga para que mantengan la boca cerrada. Los comités de aprobación (el jurado), que a menudo cobran bonificaciones en concepto de asesoría de las empresas, son los encargados de decidir si la FDA aprueba o no el fármaco, y con frecuencia reciben la presión de las organizaciones de pacientes que llenan los tribunales (una técnica conocida como «astroturfing»). Si en estas circunstancias el ensayo demuestra que el fármaco funciona, la empresa que lo financia paga a subcontratistas para que redacten el informe de la investigación y le den el enfoque deseado; también contratan los servicios de académicos «de renombre» con el fin de que añadan sus nombres como autores, lo que hace aumentar la credibilidad del estudio, y a menudo publican artículos en revistas afines o subvencionadas por la propia farmacéutica. Si de lo contrario el fármaco resulta perjudicial, se entierra el ensayo y se recuerda a todos sus participantes que firmaron un acuerdo de confidencialidad. A menos que el ensayo se diseñe de este modo, la farmacéutica se negará a financiar el ensayo; aunque en ocasiones, incluso si se diseña según sus indicaciones, puede que lo cancele sin más, dejando en la estacada a los pacientes y a los especialistas.

En resumen, tenemos un sistema en que se induce al acusado, a los fiscales, a la policía, al juez, al jurado e incluso a la prensa a llegar a una conclusión favorable sobre el fármaco.

Drummond Rennie
Tomada del libro Medicamentos que matan y crimen organizado de Peter C. Gøtzsche, página 134


"Resulta ridículo pensar que la FDA es capaz de trabajar realmente para los intereses públicos cuando sigue cobrando por no hacerlo."

Drummond Rennie
Tomada del libro Medicamentos que matan y crimen organizado de Peter C. Gøtzsche, página 522







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