Radka Denemarková

"Con palabras no se puede defender nada, pero muchas habría que pronunciarlas, limpiarlas y darles su sentido original. Estoy pensando en palabras que a menudo se traicionan a sí mismas. Son palabras como dignidad humana, libertad, esperanza y, sobre todo, humanismo."

Radka Denemarková


"En tiempos de guerra se pudre todo. Es impresionante qué poco tiempo hace falta para que la mayoría sea capaz de lo peor, y lo pocos que son los individuos que llevan una vida regida por un sistema de valores que no les permite delatar a alguien, torturar o matar. Y me refiero a periodos de posguerra."

Radka Denemarková


"Hay que contar la verdad. Si no, la sociedad no rectifica y nunca será una sociedad sana si nadie rompe este círculo vicioso de injusticia."

Radka Denemarková




"La sociedad checa está enferma. Lo peor es que se rehúsa a recibir tratamiento. Esta mentalidad se origina de este sentimiento eterno de que solo somos una zona neutral entre Oriente y Occidente. El vocabulario del totalitarismo está regresando lentamente y de manera desapercibida, que es particularmente peligroso. El lenguaje refleja el pensamiento actual. Cuando la democracia desaparece, no ocurre gradualmente sino centímetro a centímetro. Debemos conservar las posiciones que alcanzamos y luchar por la libertad. Esto requiere de bastantes esfuerzos en la actualidad.
Los países de Europa Oriental viven en constante frustración. Las víctimas y los culpables se convirtieron en uno solo. Las personas que ostentan el poder son quienes se enriquecieron durante los años del capitalismo desenfrenado en la década de 1990, los exagentes de Seguridad del Estado checoslovaca, como nuestro actual primer ministro, personas que representaron el antiguo poder comunista, los oligarcas arrogantes. En Polonia, la Iglesia católica conservadora también juega un papel enorme. Todos los líderes políticos consideran al político húngaro Viktor Orbán como un ejemplo y lo imitan, mientras que él imita a Putin. Mentalmente, seguimos adheridos a Rusia.
Con suerte, tenemos unos buenos ejemplos en Europa Oriental, con el humanismo de Masaryk y Havel. Cuando aludo al humanismo de Masaryk me refiero a la empatía social; en lo que respecta al humanismo de Havel, significa encontrar dentro de uno mismo un mayor sentido de responsabilidad por el estado del mundo, rechazar cualquier forma de presión y manipulación visible y oculta, de modo que la vida humana no se reduzca a una perspectiva estereotipada de producción y consumo. Como dijo Masaryk, nuestro destino nacional depende en gran parte de nuestra capacidad para cumplir nuestra misión humana."

Radka Denemarková


"Los refugiados, vayan donde vayan, nunca serán bienvenidos."

Radka Denemarková




"Mi mayor esperanza era experimentar la libertad. Mi mayor inquietud era experimentar la brutalidad del poder y, en general, de la naturaleza humana. Recuerdo tres momentos claves. La semana de Palach en enero de 1989, cuando las personas honraron el aniversario de la inmolación de Jan Palach en la plaza principal de Weceslao, Praga. Fue una reunión silenciosa dispersada por cañones de agua. En octubre, mi amigo de Alemania Oriental huyó a la Alemania libre a través de la embajada de Alemania Occidental en Praga junto con otros miles de alemanes orientales… La caída del muro de Berlín fue un momento de regocijo. El tercero fue cuando dormimos en la Universidad Carolina y la solidaridad que experimentamos. El escritor Bohumil Hrabal trajo 100 000 coronas checas en una mochila, que era bastante dinero en aquel entonces, y lo ofreció a los estudiantes. Me sentí feliz por mi padre, por el hecho de que vivió para presenciar la libertad. En 1969 [tras la invasión soviética de 1968], él había guardado muchos libros prohibidos, que manteníamos en el sótano de nuestro hogar y prestábamos a nuestros amigos más cercanos. Conservar esos libros en aquel entonces conducía a la cárcel.
Mi mayor esperanza era que adoptáramos los valores democráticos occidentales. Pero dimos por terminado el asunto del pasado, y fue una enorme equivocación no haber etiquetado de manera inmediata a los culpables y a las víctimas. Lo que adoptamos de Occidente después de 1989 fue un modelo de consumismo y no un estilo de vida democrático."

Radka Denemarková



"Oujezdský llega a Praga con la botella de oporto vacía junto a él. Ha pringado el volante y su camiseta. Tiene los dedos pegajosos. El olor pesado del vino y el sudor se mezclan sobre su cabeza.
Durante su paseo vespertino por la isla de Zofín, se sienta con una segunda botella de vino a la orilla del río. Bebe, arroja la colilla del cigarrillo al agua y finalmente saca de la mochila unas bolsitas de papel. Las tira al río, a esa masa de agua que se lanza hacia adelante juguetonamente, fastidiándole. Una bandada de patos que esperan un desmigado bollo de pan seco se agita. Los patos se sumergen en una furia devoradora. Picotean los paquetitos blancos, luego, decepcionados cambian de dirección. El papel se moja y deja salir las lentejas, que se extienden y flotan sobre la superficie.
Durante mucho tiempo sus redondeadas barrigas tomarán el sol entre parejas de enamorados que reman en las barcas y familias montadas en patines chirriantes.
Stola se frota confuso su larga nariz. Se pasa el dedo sobre los poros negros, llenos de grasa.
Con una navaja sin afilar con el dibujo de un ciervo, la navaja que solía llevar consigo mi hermano mayor Adolf cuando de pequeños nos escapábamos al bosque, la navaja con la que arrancaba setas de entre el musgo y grababa dibujos en la corteza de los pinos y los abedules, precisamente con esa navaja le haría un corte a Stola bajo la nariz. Después le abriría dos rajas perpendiculares. Cortaría una banda rectangular más ancha. Y le arrancaría la piel. Cortar, limar los huesecillos de la nariz, deshuesar ese apéndice olfateador en el centro de la cara. Dejar secar al sol la piel arrancada. Y con tinta negra adornarlo con las letras G, I, T y A. Por todas partes. Pintar ese motivo y ponerlo como pantalla de una lamparita diminuta. Bajo cuya luz el llanto deformaría mi rostro todas las noches. Los huesos con restos de carne los echaría en agua hirviendo. Para hacer un reconstituyente caldo de carne. Lo principal es resistir, no desmoronarse, no gritar."

Radka Denemarková
El dinero de Hitler










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