Aingeru Epaltza

"Algunos euskaldunes son completamente endogámicos. Parece que sólo se relacionan con su gente, siempre oyendo la misma música. Se quedan con la boca abierta cuando oyen decir a un euskaldun lo que no están acostumbrados a oír."

Aingeru Epaltza


"Cuando trabajaba en el periódico, a Tomás le llamábamos el Conde por la descuidada elegancia con la que se ataviaba. Si su indumentaria, de por sí, ya le alejaba del resto de la plantilla, no digamos de la gente de su especialidad. Porque Tomás, en aquellos tiempos, era el buque insignia de la sección de Deportes, uno de los mejores del ramo, según decían, aunque sobre eso no sea yo el más apropiado para hablar, pues en toda mi vida no he leído entera una sola crónica deportiva, ni de él, ni de nadie. Por lo demás, cumplía uno por uno con los estereotipos del ramo: charlatán irreprimible, viajero de inquieto trasero, juerguista incansable, bebedor insaciable y mujeriego impenitente. No está de más añadir que era soltero, que vivía solo y que en el trabajo tenía tan pocos amigos como en la calle. Tal vez por esa razón, esto es, por no ser tampoco yo el tipo más estimado del periódico, gustaba de mi compañía. A medianoche, después de acabar el trabajo, habíamos bebido más de una cerveza juntos mientras acometía interminables monólogos sobre lo divino y lo humano. Cuando tres años antes nos dejó, Patxi —el fotógrafo— y yo fuimos los únicos que le acompañamos en su despedida. Aquella noche la acabé muy entrada la madrugada, en una barra americana de la Parte Vieja, sin poder tenerme de pie y llorando a moco tendido con las tristes historias de una ucraniana de culo estrecho. Su marcha dejó una redacción más inhóspita para mí. El Conde, tras una temporada en una publicación foránea, había vuelto hacía un año a la ciudad, empleado en una emisora propiedad de una gran cadena radiofónica estatal. Ahora hacía el trabajo de calle, como un principiante. En nuestro oficio, pasada la raya de los cincuenta, es lo más parecido que hay al fracaso profesional, pero a Tomás la opinión de sus colegas le importaba poco menos que un carajo."

Aingeru Epaltza
Rocknroll


"En cuanto a la actividad de los periodistas, me asombra la apatía de los supuestos profesionales. No hacen preguntas. Se ha generalizado el periodismo de notas de prensa. Se han convertido en altavoces de terceros. El contenido de los periódicos se decide en las oficinas de prensa."

Aingeru Epaltza


“Euskadi sólo sirve para designar a las tres provincias occidentales y Euskal Herria, en cambio, es una palabra —una idea— en fase de proscripción, sobre todo en Navarra. Una bonita metáfora del descalabro de estos 30 años.”

Aingeru Epaltza



"Internetes un invento excelente y una excelente fuente de información. En cuanto a conocimientos, puede que sea el fenómeno que más cambie a la sociedad. Yo mismo, ya no sé trabajar sin Internet. Y nuestros hijos no saben divertirse sin él."

Aingeru Epaltza


"Los escritores somos vampiros de historias ajenas."

Aingeru Epaltza


"Soy disciplinado, e intento robarle unas horas al día a diario, porque sé que el resultado siempre es producto del trabajo. Las musas tienen que pillarte ante el ordenador, porque si no la inspiración no llega. Escribo despacio, corrigiéndolo todo mil veces. Paso horas con cada folio."

Aingeru Epaltza


“Vivimos una alucinación en esa época. Creíamos que toda la sociedad iba a nuestro ritmo, quitando una minoría marginal. Nos costó darnos cuenta de que, en realidad, nosotros éramos esa minoría marginal. Esa falta de ganas que se siente ahora en todas partes es, en cierto modo, el resultado de esa toma de conciencia.”

Aingeru Epaltza




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