Martine Desjardins

"Cuando escribo, nunca soy consciente de estar refiriéndome a algo sobrenatural. Para mí, la ficción es lo contrario de la realidad. La concibo como un universo paralelo que no obedece a las mismas leyes físicas y temporales que el nuestro. No entiendo entonces por qué un autor de ficción se limitaría a representar únicamente nuestra realidad, ya que puede explorar el infinito a través de su imaginación. Los sucesos sobrenaturales que narro me resultan tan naturales como los reales."

Martine Desjardins



"El dinero ha sido, desde siempre, objeto de veneración. La diferencia es que ahora practicamos esta fe a diario, sin ningún escrúpulo. Es increíble que las desigualdades entre las personas sean tan grandes y que se preste tan poca atención a los valores humanos."

Martine Desjardins


"El género fantástico, que solía estar reservado a los aficionados, ha conquistado a un público mucho más amplio. Interesa a autores consagrados como Kazuo Ishiguro, Salman Rushdie, George Saunders o Mariel Barbery, cuyas novelas han obtenido importantes premios literarios. Realmente, la fantasía no es un género aparte. Yo califico muchos de mis libros de “curiosidades literarias”. Son como cajas repletas de pequeñas cosas extrañas y asombrosas."

Martine Desjardins



"El perfume azucarado que emana del papel amarillento provoca en Gástrula una mueca que le altera la vista y le irrita los nervios de su descarnado cuello. Debo decir que nuestra cocinera tiene la desgracia de sufrir una hipersensibilidad del nervio olfativo que a menudo le provoca náuseas. Durante sus paseos profilácticos, huye de la pestilencia de los excrementos caninos, de las emanaciones deletéreas de los tubos de escape y del humo del tabaco apretando el paso. Pero nada ofende más su nariz que el olor de la comida. Cada visita que hace a la tienda de comestibles es para ella una prueba cercana a la tortura, porque el hedor a cebolla, col, pescado, carne cruda o queso viejo evoca en su espíritu imágenes ya sea de vertederos, ya sea de orgías romanas. En la mesa se sirve porciones de niño. Con una falta total de apetencia, picotea los alimentos con el borde de sus delgados labios, y retira su plato cuando todavía está medio lleno. Esto es lo que explica su delgadez extrema, así como su desprecio por la gente con sobrepeso de complacencia desvergonzada y ruidosa alegría de vivir.
En semejantes condiciones, ¿Cómo consigue preparar la comida de la familia? Muy sencillo: todo lo que cocina está soso, no sabe a nada. Desconoce el uso de la sal, cuece todo en agua y a fuego lento. Suele inclinarse por los tubérculos, que crecen en la oscuridad y huelen a tierra, por las frutas bajas en azúcar, la ternera hervida sin sabor alguno, la leche desnatada y el pan de molde, los biscotes, el manjar blanco y el pudín de arroz. En mi despensa no encontrarán ninguno de esos pequeños botecitos de especias decorados tan bonitos, ni de esos ramilletes de hierbas aromáticas que se ponen a secar boca abajo. Tanto es así que, para excitar mis papilas, debo contentarme con respirar el aroma perfumado del pollo asado o de la carne a la parrilla que la brisa me trae de las casas vecinas a la hora de la cena."

Martine Desjardins
La cámara verde


"Las casas siempre me han parecido una extensión del cuerpo humano. La estructura es el esqueleto, el tendido eléctrico el sistema nervioso, la fontanería el aparato digestivo, la calefacción el sistema circulatorio, las ventanas son a la vez ojos y pulmones… Hay un refrán francés que dice: “las paredes tienen oídos”. Según esto, no es difícil imaginar una casa narradora."

Martine Desjardins









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