Aminatta Forna

"Estoy muy contenta de haber sido periodista antes, porque estoy acostumbrada a escribir sobre lo que vivo y lo que veo. Cuando estaba escribiendo la memoria sobre mi papá era esencial saberme periodista: tenía que entrevistar a personas que estuvieron involucradas en su asesinato y debía olvidar mi parentesco, porque en ese momento era periodista. Fui capaz de hacerlo, porque era profesional; lo curioso es que los entrevistados también olvidaron que yo era la hija. Fue una cosa sicológica que no entiendo: en un momento olvidamos ese vínculo con la muerte de mi padre. Es decir, lo que veo es lo que me empuja a escribir, por eso no han sido otros escritores los que me han inspirado, sino la propia vida. El periodismo me ha dado la base para hacer mucha investigación para escribir. Me sentía frustrada como periodista, porque siempre tenía que contar historias que podía escribir de manera muy bella, y no podía. Fue una especie de liberación."

Aminatta Forna



"He escrito más sobre hombres que sobre mujeres."

Aminatta Forna


"Me acerqué hasta la ventana y saqué medio torso fuera para asegurar el postigo a su pestillo. Unos papamoscas se balanceaban en un cable alto. El campo que había estado un tiempo en barbecho se veía ahora cubierto de hierba alta y aster morado, además de unas flores amarillas, hierba de burro, creo que se llaman. Mi padre sabía bastante de plantas y flores. La hierba de burro crece por todas partes, sobre todo en los vertederos y las cunetas. Lo cual quería decir que la tierra de ese campo probablemente no era muy buena.
Laura se puso a hacer café y yo a curiosear un poco. Me había equivocado al pensar que nadie iba por allí: alguien se había ocupado de barrerlo todo y de dar una mano de pintura a las paredes. Me extrañó, porque yo siempre había prestado atención a la casa; no estoy diciendo que hiciera reparaciones —como la casa no era mía, no me incumbía a mí hacerlas—, sino que había sido testigo de su deterioro. Los cambios llegaron poco a poco, como la vejez a una mujer: otra arruga, patas de gallo que se ensanchan, manchas de la edad que van saliendo a la superficie. Hasta que un día los estragos consiguen desfigurar ese rostro que nos es tan conocido.
Debía de haber filtraciones en el tejado porque vi una mancha en una esquina del techo. El yeso se había desprendido y asomaba un trozo de listón. Al lado de la puerta, una caja con trastos para sacar a la calle: loza, un escurreplatos viejo, botellas vacías. En la parrilla del hogar, pavesas de un fuego antiguo, duras y salpicadas de excrementos caídos desde lo alto de la chimenea. Aunque habían adecentado las paredes, la pintura azul de las ventanas estaba descascarillada. Un zarcillo de enredadera reptaba pegado al marco. Pasé las yemas de los dedos por la superficie de la mesa junto a la que estaba, palpando los nudos, el alabeo de la madera. Laura trajo el café. Una niña se asomó a la puerta de atrás."

Aminatta Forna
Donde crecen las flores silvestres


"-¿Qué te contaron sobre lo que pasó aquí? Antes de que llegaras, me refiero-pregunta Mamakay, volviéndose hacia él-¿Violencia étnica? ¿Divisiones tribales? ¡Negros matándose entre ellos, violencia inconsciente¡ La mayoría de los que escribieron esas cosas jamás salieron de la habitación de su hotel, tenían demasiado miedo. Y no conocían la diferencia entre un mende y un fula. Pero siguieron escribiendo la misma historia una y otra vez. Era más fácil así. ¿Y quién había para contradecirlos?"

Aminatta Forna
The memory of love



"Soy hija de un médico. No soy para nada escrupulosa."

Aminatta Forna


"Todos piensan que tengo una plantación de café en Sierra Leona, pero tengo un proyecto de cosecha de anacardo. ¡Escribí sobre una mujer que posee una plantación de café! Cuando se habla de una escritora que viene de un país caliente, hay una suposición completa de que ella está escribiendo sobre su propia vida."

Aminatta Forna











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