Branquinho da Fonseca

naufragio

La calle llena de luz de luna
Me recuerda a una novia muerta.
Tirado en el suelo junto a la puerta
De los que no supieron amarla.

nadie mas paso...
Era un mundo abandonado...
Y en la ventana, yo, hasta ahora,
Levántate resucitado...

Me vi el cuerpo muerto, en la cruz,
Inclinándose hacia abajo...
Y el alma como una luz
Repartidos por el mundo...

Pero sobre el mar muerto,
un descanso de carabela
Subí... y llegué al puerto
Con el viento de la ventana.

Branquinho da Fonseca



"Toda vez que Tuna decidió desistir de tales afanes, el Barón y el Inspector tomaron la determinación de deambular por el bosque entre la arboleda, en una clara noche sin luna, completamente a oscuras. Fue en ese preciso instante cuando el Barón oyó el ruido inconfundible de unos pasos y dedujo que se trataba de unas dos personas. El inspector no se apercibió en un principio, pero tras el lapso de unos minutos, y estando ya plenamente acostumbrado a la lúgubre oscuridad, también pudo escuchar dichos pasos y otros ruidos en efecto sospechosos."

António José Branquinho da Fonseca también usó el pseudónimo de António Madeira
O Barâo










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