Gisela Heffes

Especies invasivas

No sé por qué me interesé en una planta invasiva.

En los yuyos: esas hierbas que se filtran por todas partes.

Empecé a prestarles atención de manera involuntaria.

En mis caminatas veraniegas por la ciudad.

Pude observarlas con atención.

Hierbas que en general se podan —se extirpan— crecen

en los recovecos más inesperados.

En paredes grises y decrépitas.

Entre las baldosas rotas, o junto a charcos de lluvia.

Bajo las piedritas grises de los caminos.

Junto a las piletas.

En estos parajes impensados, asoman hojas inexactas,

verdosas y feas.

Cabezas que pugnan por salir.

Y que en ocasiones se expanden.

Hay quienes las cortan.

Hay quienes intentan erradicarlas con herbicidas potentes.

Pero hay quienes las dejan vivir.

Y no las cortan ni arrancan.

Las dejan crecer.

Hilos verdes que se transforman en hojas de distintas formas.

Cuerpos que brotan incrédulos.

Comunidades que se establecen y fundan una colonia.

Hierbas silvestres, que incluso tienen flores.

Flores también silvestres.

En los barrios suburbanos están prohibidas.

Dejarlas vivir significa recibir una multa.

Es una violación a la estética manicura que se reproduce

en cada casa.

Como una reproducción ad infinitum.

Sin espacio para la espontaneidad.

O la originalidad.

Son hierbas invasivas.

Hay que aplastarlas, erradicarlas.

Nos vienen a atacar.

Alegorías que se reproducen como en una caja china.

Emblemas del miedo.

Fantasías de invasiones truncas.

¿De dónde viene tanta aprensión?

¿Tanta desconfianza?

Tanto desasosiego.

Gisela Heffes


Nubes

Mis hijos tienen mucha imaginación.

Un día me preguntaron si las nubes fueron creadas

para decorar el cielo.

Algunos científicos también miran las nubes de manera poética.

Hace poco escuché a una científica de la universidad

de Berkeley, Inez Fung.

Fung se especializa en nubes.

En su charla, pasó un video con nubes de todo tipo.

Habló de su materia.

Diferentes colores, texturas, densidades, volúmenes.

Nubes vistas desde abajo, y vistas desde arriba.

Imágenes vernáculas de las nubes.

Fotografías satelitales.

Retratos horizontales desde aviones.

O inmersiones intrínsecas.

Nubes y neblina.

Fung habló de su belleza.

Su poesía son las ecuaciones teóricas.

Eso es poesía, enfatizó.

Mis hijos insisten en que las nubes tienen una función:

ornamentar el vasto azul que nos rodea.

A veces las cosas están porque están.

Gisela Heffes





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