Grace Dalrymple Elliott

"Al llegar al club, nos lo encontramos cerrado por orden de la policía, como todos los demás de París. Le pedimos al cochero que nos llevara con el duque Monceaux, pero como en ese momento había revueltas en el bulevar y el suelo estaba repleto de cadáveres, de hombres y corceles heridos, nos vimos obligados a pasar a lo largo del jardín de las Tullerías para llegar a la plaza Luis XV. Nos encontramos muchos soldados a pie y a caballo, bajo las órdenes del mariscal de Broglie y habían acampado durante varios días en el parque de Saint Cloud, habiendo llegado de noche al mismo París.
No olvidaré jamás los rostros de pánico, aunque hermosos, que pude contemplar en ese momento en la plaza Luis XV. Las tropas estaban armadas y el silencio era tan profundo que podía escucharse caer una horquilla. No se les permitía a los carruajes pasar hasta consignar el nombre de la persona que viajaba en ellos. Di mi nombre y los caballos fueron llevados al paso a través de las filas de infantería y caballería."

Grace Dalrymple Elliott
Diario de mi vida durante la revolución francesa


"Aquí no nos ablandamos por las lágrimas... Hemos visto tantas lágrimas en este lugar que podríamos surtir de agua con ellas a todo París..."

Grace Dalrymple Elliott más conocida como Mrs. Elliott
Diario de mi vida durante la revolución francesa


"Robespierre se convirtió en el hombre más poderoso. La gente no se atrevía ni hablar ni a respirar. Nadie se paraba en la calle para saludar a un conocido. En resumen, hasta en la soledad de tus aposentos sentías miedo. Si reías, podían acusarte de hacer mofa de algún símbolo de la Revolución o de las noticias que propalaban los republicanos. Si llorabas, podían acusarte de lamentar sus éxitos."

Grace Dalrymple Elliott
Diario de mi vida durante la revolución francesa


"Seguían abiertos los teatros, pero estaban llenos de jacobinos y de mujeres vulgares. Los diputados republicanos ocupaban además los mejores palcos, acompañados de mujeres infames, tocadas con sus no menos infames gorros rojos y vestidas como alegorías de la libertad. En definitiva, París era un asco..."

Grace Dalrymple Elliott
Diario de mi vida durante la revolución francesa











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