Xavier Franquesa

"El mundo no es como es, ni siquiera como lo pensamos, sino como lo decimos antes de pensarlo."

Xavier Franquesa



"Reposaba el sillón, reposaba de nacimiento; pero ella, más ligera que una pluma con estos y otros pensamientos, cruzó más si cabe las piernas en señal de que aceptaba su ingravidez, la naturaleza ligera de las ideas. ¡Qué ironía! Reía hacia dentro, pero no era capaz de mirarse otra vez al espejo, de encarar un reflejo que la observaba sin malicia muy cerca, casi enfrente. Cruzar la mirada con aquella desconocida y su perro, simetría perfecta en plena sequía sentimental, en la más completa ausencia de emociones, era tentar la discreción, reiterar el cruce de recriminaciones y por último de malos pensamientos.
No, no hablaría, y negaba con la cabeza, no lo haría primero, esperaría, pediría permiso, así es como se comportan los objetos significativos engalanados para la ocasión, cuando un objeto representa a otro objeto que no sabe hablar porque ignora si ha de hacerlo dadas las circunstancias. Pero, y preguntárselo siempre sale a cuenta, ¿cuál era la causa de su inactividad, de la parálisis que se había apoderado de su preciosa cabeza? Porque el desvarío seguía a lo suyo, no por casualidad Yvonne lo había puesto a trabajar en busca de un remiendo para entrar de nuevo en el apartamento, de una vulgar chapuza, una cualquiera, capaz de enlazar el antes y el después, de volver a tender la cuerda floja de la rutina.
No era fácil. Yvonne deseaba anticiparse a los hechos y el tiempo real se convertía entonces en una ciénaga impracticable. Atrasar el reloj a las ocho de la mañana remontando el curso de los acontecimientos… Casi nada. Se dice pronto. Y como el ser humano es estúpido por naturaleza no renunció a su parte de culpa."

Xavier Franquesa
Gafas de ciego


"Todo el mundo tiene derecho a ocultar los ojos cuando no le sirven, o cuando se equivocan y se extravían en las evidencias. Para el hombre, nada es evidente a causa del lenguaje, de modo que solo vemos lo que somos capaces de nombrar, aquello para lo que hay palabras reclamando que se pose allí la mirada. Si miramos un cuadro, por ejemplo —salen algunos en el libro—, vemos lo que pone allí, lo que está puesto y figura como imagen. Pero su escritura, la cual también contiene el cuadro, es otra cosa y hay que descifrarla, leerla atentamente, con las gafas puestas si es conveniente. 
Lo que quiero decir es que, en cierto modo, esta ceguera, o la opacidad de la palabra que designa, es inevitable; o que no hay identidad entre palabra y cosa, como tampoco hay adecuación —y ahí está la causa de ese desajuste en el lenguaje— entre seres que se aman o dicen amarse. La ironía vuelve. ¿Cómo evitarlo? Y puesto que leer el deseo no está al alcance de cualquiera, dado que el deseo ajeno es solo una imagen para nosotros, lo mejor, lo más práctico es ponerse gafas de ciego."

Xavier Franquesa























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