Ángela Grassi

Consejos de una madre a su hija

Mujer, ay, flor ignorada
en un desierto perdida,
por los vientos combatida
y por el calor calcinada.
Mujer, ángel de dolor
que, peregrino en el suelo,
vaga triste y sin consuelo
sin arrimo protector.
Juguete del hombre altivo
que te tiende odiosos lazos
y al cansarse, hecho pedazos,
le arroja a sus pies esquivos. 

Ángela Grassi



"El hombre ejerce su omnimodo poder sobre el mundo fisico. Como rey de la creacion, obra, inventa, subyuga, pero demasiado embebido en sus colosales empresas, deja a la mujer, tal vez por inercia,tal vez por incapacidad, que empune el cetro del mundo moral."

Ángela Grassi


"Eduquemos a las niñas de modo que puedan inculcar en las generaciones futuras el germen del bien [...] jHagamos que con el tiempo imiten a esa santa mujer, a esa digna compañera de mi vida, cuyo único objeto en la tierra ha sido la ventura de su esposo, la prosperidad de su casa, el porvenir de sus hijos! ¡Esa mujer, que ha cifrado todos sus desvelos, que ha empleado todas las facultades de su alma en estampar en los tiernos corazones de sus amados pequeñuelos las máximas de virtud que constituyen al hombre de bien."

Ángela Grassi




"En el siglo del vapor es preciso escribir a la ligera... no hay tiempo ni paciencia para profundizar las cosas [...] Un escritor público no debe tener ideas... Defiende las que le convienen [...] El escritor no debe saber nada, para dejar libre en su vuelo a la imaginación; basta que aprenda las palabras que estén más en boga y el catálogo de todos los autores célebres. No debe leer, sino escribir; no debe perder el tiempo en meditar, sino hacer. No importa la calidad; lo esencial es la cantidad."

Ángela Grassi



"Si la Providencia crea el rayo para que purifique la atmósfera; si ilumina una mente con la luz del genio, es para que irradie sobre las ignorantes turbas... La flor exhala su perfume, y cuando la Providencia quiere, manda una ráfaga de viento para que se lo robe y lo esparza por la llanura. Yo quiero ser esa ráfaga de viento."

Ángela Grassi



"Nací en Crema, pequeña ciudad del Lombardo Véneto, en 1828. Mi padre se llama D. Juan Grassi; mi madre, modelos de todas las virtudes, Lucia Techi.

Mi padre era músico eminente y su mérito le proporcionó una contrata en Barcelona, en donde, viéndose muy querido del público, acabó por establecerse.

Mi madre era muy piadosa: había sido educada para el claustro, en vez de serlo para el mundo, y mis primeros años se pasaron en la soledad y el recogimiento, pero en una completa y apacible calma. Sin embargo, tal vez la espansion necesaria á una joven puso en mis manos la pluma.

En 1843, la casualidad hizo que al conocido escritor aragonés D. José Mor de Fuentes, viese el manuscrito de una comedia en 5 actos y en prosa, que yo acababa de componer jugando, titulada: Crimen y Espiación.

Como era tan benévolo creyó que debía ver la luz pública; presentola á la Empresa del teatro de Santa Cruz, y en unión con la simpática actriz Doña Josefa Palma, alcanzó que se pusiese en escena.

Era muy niña, era completamente desconocida, y á estos dos motivos debí sin duda el que fuese recibida esta primera producción con un entusiasmo inmenso.

Entonces los  periódicos literarios me franquearon sus columnas y escribí en casi todos los que se publicaban en España.

Al poco tiempo publiqué una novela en dos tomos, titulada: Los Condes de Rocabierti, y más tarde otra cuyo título es: Un Episodio de la guerra de los siete años.

En 1850 la casualidad me trajo á Madrid. Habiendo publicado una poesía dedicada a S.M. la Reina que entonces iba a ser madre, el Rey tvo la bondad de llamarme, y obedeciendo á una indicacion que se dignó hacerme, publique un tomito de poesias religiosas, que fue declaro obra de texto para las escuelas.

Llamada de nuevo á Barcelona por la enfermedad de mi buena madre, permanecí en ella hasta el año 1859 en que tuve la desdicha de perderla. En este tiempo publiqué dos novelas, tituladas: Las dos tumbas y La dicha de las tierras.

La suerte volvió a traerme á Madrid, en donde sucesivamente he publicado: Un manual de Urbanidad, la novela: El favorito de Carlos III, que apareció en el folletín del «Horizonte», y otra en el de la Patria titulada: El que no siembra no recoge.

Desde este momento, dedicada á la instrucción de la niñez empecé á consagrarla todas mis tareas y en el periódico el Correo de la Moda se han publicado varias obras con este objeto, cuyos títulos: Cartas á Julia, Cartas familiares, Cartas sobre la Educación, La Entrada en el Mundo, y Memorias de una casada.

Posteriomente se han publicado las novelas. El Bálsamo de las Penas, El Lujo, y está en prensa la que ha sido premiada por la Real Academia, titulada: Riquezas del alma."

Ángela Grassi




"Su historia también se podía contar en dos palabras. Se reducía toda ella a galantes aventuras en las cuales jamás había tomado ni la más mínima parte el corazón, batallas dadas en los estrados con una destreza admirable e insulsas murmuraciones.
Su ocupación más seria había sido la de combinar sus trajes de modo que realzasen su hermosura. Había sido casada dos veces, sin que una prenda de amor hubiese venido a estrechar el bendito lazo. Había sido casada dos veces a la usanza del día, teniendo marido y mujer habitación aparte, criados aparte, amigos y placeres aparte.
Se había casado las dos veces por fórmula, sin examinar apenas al marido que le deparaba la suerte, bastándole con saber que era noble, rico y distinguido; la tercera quiso hacerlo no por amor, pues no era capaz de sentirlo, sino por capricho, y se fijó en un sobrino suyo a quien había nombrado heredero de su título y sus bienes, solicitando para él carta de sucesión; pero cuando pretendía esto, frisaba en los setenta, y el sobrino, que apenas había cumplido los veinticinco, tuvo el buen gusto de resistir a los halagos del interés y elegir compañera de su agrado.
Tocó el cielo con las manos la caprichosa vieja mal acostumbrada a los desaires, juró vengarse, y habiéndole recordado Miguel, que a la sazón hacía su busto, aquella sobrina olvidada en cuya casa se albergaba su querida Juana, determinó hacer un viaje a Orduña para conocerla y llevar a cabo su venganza nombrándola su heredera.
Nada más podemos decir respecto a la Excelentísima Marquesa de los Gazules. Era demasiado frívola para hacer el bien y para practicar el mal. Incapaz de afectos y de pensamientos serios, si esparcía algunos rumores calumniosos, si daba algunos consejos torcidos, ni preveía las consecuencias, ni se fijaba en ellas después de haberlas provocado.
El mundo hacía muchos elogios de la Marquesa, porque había sido bella, noble, rica y no demasiado altiva.
La había elogiado sobre todo porque su flaco era reunir a los amantes desgraciados, proporcionándoles medio de verse y entenderse burlando la tiranía de sus padres. Ninguna ocupación le era más grata que la de casamentera, aunque no presidía en su afán de casar ni el tino ni la reflexión. Obedecía a su gusto y a su capricho, como si se hubiese tratado de ir a un baile o al teatro. Pero esto, sin ella misma preverlo le reportaba la ventaja de tener siempre llenos sus salones y estar circuida de parejitas jóvenes que la recordaban sus felices tiempos. En esto no imitaba a aquellas viejas necias que, porque ya no les sonríe el sol de primavera, quisieran destrozar el sol y aniquilar el universo."

Ángela Grassi
El copo de nieve





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