Anna Katharine Green

"-Cuando un hombre tan ocupado como usted se detiene para permitirse un poco de sarcasmo, es que está de más o menos buen humor. Tal circunstancia, según me han dicho, solo predomina en los detectives cuando han alcanzado una conclusión segura sobre el caso en el que están inmersos.
– Veo que ya comprende a los miembros de su futura profesión.
-Tanto como resulta necesario en estos momentos – repliqué.
Entonces, viendo que estaba a punto de repetir su reverencia, añadí con aspereza:
-No es necesario que se moleste en demostrarme demasiada cortesía. Si me inmiscuyo en lo más mínimo en este asunto, no será como su ayudante, sino como su rival."

Anna Katharine Green
El misterio de Gramercy Park




"Se volvió hacia mí, mirándome como si aquel desahogo mío le fuera incomprensible, y después inclinó la cabeza a modo de saludo calmoso, casi compasivo, y salió de la estancia. Le oí subir la escalera, sentí la puerta de su cuarto al cerrarse y me senté para disfrutar de mi soledad. Pero en aquella habitación la soledad era insoportable. Cuando el señor Harwell volvió a bajar, comprendí que no podía estar allí más tiempo y salí al vestíbulo para decirle que, si no tenía inconveniente, le acompañaría a dar un paseo.
Asintió con una envarada inclinación de cabeza y me precedió al bajar las escaleras. Para cuando cerré la puerta de la biblioteca, el secretario se hallaba a mitad del tramo; me estaba fijando en la rigidez de su figura y lo desmañado de su traje cuando vi que se detenía de pronto, se aferraba a la barandilla y ponía tal expresión de sobresalto en el rostro medio vuelto que me quedé un instante paralizado de asombro, antes de acudir corriendo a su lado.
[...]
Se apartó de mi lado dando otro salto, tambaleándose como un borracho, y desapareció en el vestíbulo superior.
Mi primer impulso fue seguirle. Subí la escalera y llamé a la puerta de su habitación sin obtener respuesta. Después voceé su nombre en el vestíbulo, pero sin resultado, pues estaba resuelto a no dejarse ver. Decidido a que no se me escapase de aquel modo, volví a la biblioteca y le escribí dos letras pidiéndole explicaciones de su tremenda acusación y diciéndole que le esperaba en mi casa a las seis de la tarde del día siguiente. Después de esto bajé a reunirme con Mary.
Pero la velada estaba destinada a ser fuente de decepciones. Se había retirado a su habitación mientras yo estaba en la biblioteca, y me perdí la reunión que tanto ansiaba."

Anna Katharine Green
El caso Leavenworth


"¿Tememos más el sufrimiento o la apatía? ¿Es por experiencia o por la monotonía de una existencia cotidiana por lo que huimos más rápido?"

Anna Katharine Green














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