Jacinto Grau

"Cuando niño, vi aquí, en Madrid, casualmente, en la colección particular de un inglés muy rico, unos muñecos antiguos de palo, maravillosos, construidos por aquel célebre Juanelo, relojero de Carlos quinto, y por Vaucanson. Esos autómatas se movían y andaban de un modo perfecto. Me impresionaron hondamente. Luego, como si fuese mi destino que me los pusiese delante, tuve ocasión de ver muñecos japoneses y chinos, carátulas prodigiosas y dos muñecas hechas por Laffite Daussat, que eran una acabada imitación de la mujer. Salí de España, y en Nuremberg, esa Jauja infantil, donde se crean tanto juguetes, me interesé por la fabricación de los fantoches; pero un día, viendo en un museo caretas de Debureau, caras descoloridas de Pierrot, con las ventanas de la nariz dilatadas; caretas de bronce del Japón y de madera laqueada; máscaras de la comedia italiana, unas de cera pintada, otras de seda, y algunas de gasa extendida sobre hilos de alambre; caretas de Venecia, con expresión enigmática; un verdadero compendio, en fin, de histrionismo hiriente y heterogéneo, un mundo de muecas, de geniales deformaciones plásticas... Viendo todo eso nació en mí la idea de crear artificialmente el actor ideal, sin vanidad, sin rebeldías, sumiso al poeta creador, como la masa en los dedos de los escultores."

Jacinto Grau Delgado
El señor de Pigmalión


"Don Telesforo: Nada de eso. Y, viendo que toda la vida y el mundo vienen a ser, cual dijo el clásico, un puro o impuro sueño, una ilusión, me propuse, hace tiempo, ver al mundo y a la vida a través de otra ilusión más agradable y divertida que la idea que tenemos de la realidad, idea que es tan mentira como la ilusoria que yo me construyo y además mucho menos hermosa. (...) Debo recordarle que el único sentido serio y positivo de nuestra vida, que nos la diferencia de las bestias, son las ilusiones; llámense amor, ambición, sed de saber... y que de esas ilusiones ha salido todo. La prueba es que son las únicas que permanecen y resisten al tiempo, cuando se convierten en religión, en arte o en mito. Por tanto, yo, por ser un iluso, soy un realista, un verdadero realista, aunque usted se ría."

Jacinto Grau
Las gafas de Don Telesforo



"El Don Juan real que yo he sacado al mundo, desenterrándolo del mito, es un insulto y un desafío a toda la cobarde prudencia de una moral y cultura vieja, perezosa ante toda audacia…Don Juan es, antes que nada, un magnífico instinto ciego, pero que sabe abrirse paso […]"

Jacinto Grau








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