René Girard

"Creemos que nuestro universo mental está esencialmente constituido por valores positivos, que adoptamos libremente porque son justos, razonables, verdaderos. Pero, en las culturas más diversas, todo ello tiene un revés que supone la expulsión de ciertas víctimas y el odio a los valores por ellas encarnados. Nuestros valores positivos son el revés de ese odio. En la medida en que el odio estructura nuestra visión del mundo, desempeña también, por consiguiente, un papel muy importante.

Sabemos hoy en día que incluso en el ámbito de las ciencias físicas, a escala de lo infinitamente pequeño, el hecho de ser observado afecta al objeto en observación. En cualquier investigación que se proponga respetar la verdad, la objetividad es esencial. Pero si se quiere ser objetivo, hay que tener en cuenta todos los elementos que influyen en la percepción del objeto, como la distancia que nos separa de él, el tipo de iluminación, etc. El error del viejo positivismo consistió en creer que pasaría lo mismo en el ámbito de lo humano, una vez eliminado el componente religioso. Creyeron que el observador podría distanciarse sin problemas de lo que observase y aplicar a ese objeto específico los métodos científicos estándar. Es evidente, sin embargo, que nuestros sucesores, cuando consideren nuestra época, advertirán la misma uniformidad y ceguera que nosotros advertimos en las generaciones pasadas. Muchas cosas que nos parecen ahora mismo evidencias incuestionables les parecerán a ellos cercanas a la superstición colectiva. Desde mi punto de vista, la conversión consiste precisamente en tomar conciencia de ello, en despojarse de esas adherencias inconscientes. Actitud que también es, por cierto, un primer paso hacia la modestia…"

René Girard



"Creía, como Vattimo, que el uso del antiguo lenguaje sacrificial y la definición de Jesús como “víctima perfecta” impedían una verdadera comprensión de la Pasión como algo completamente “antisacrificial”, pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocado. Mi rechazo a la palabra “sacrificio” era, en buena medida, un error cometido de buena fe. No obstante y sin duda, fue instigado también en parte por el antiguo deseo de pisar la cola al león envejecido y disentir clamorosamente de la Iglesia, por el simple gusto de hacerlo. En cierto modo, estaba intentando redimirme a los ojos de mis compañeros intelectuales."

René Girard


"Creo que los intelectuales son, muchas veces, incluso menos lúcidos que la mayoría, porque el deseo que tienen de ser diferentes les empuja a identificarse con lo absurdo de moda, mientras que el ciudadano medio percibe con frecuencia –aunque no siempre– que la moda se lleva mal con el sentido común."

René Girard


"Deseando la misma cosa, los miembros del grupo se hacen todos antagonistas, en parejas, en triángulos, en polígonos, todo lo que usted quiera. La contaminación significa que ciertos individuos van a abandonar su antagonismo personal para ‘elegir’ el del vecino. Vemos eso todos los días, cuando, por ejemplo, diferimos sobre los políticos el odio que constatamos para nuestros enemigos privados, sin osar satisfacerlo contra éstos. De tal forma es así que aparecen chivos expiatorios parciales, a los cuales, el mismo fenómeno de concentración, va a reducir progresivamente en número y a aumentar la carga simbólica..."

René Girard



"Digamos también una palabra sobre lo que yo llamo la mediación del doble, para comprender mejor el desbocamiento de la crisis. Ese deseo que es el suyo y que yo voy a imitar, puede ser que fuera insignificante en el punto de partida, puede ser que no tuviera una intensidad muy fuerte. Pero, cuando me dirijo hacia el mismo objeto que usted, la intensidad de su deseo aumenta. Se va a convertir en mi imitador, como yo soy el suyo. Lo esencial, es el proceso de feed-back que hace que toda pareja de deseos pueda convertirse en una máquina infernal. Produce siempre más deseo, siempre más reciprocidad y, por tanto, siempre más violencia."

René Girard


"El deseo mimético es cada vez más visible en nuestro mundo y, desde el romanticismo, somos muy conscientes del deseo mimético de los demás, pero casi siempre para olvidar mejor el nuestro. Nos excluimos de nuestro propio campo de observación. Es lo que ocurre con Heidegger, creo yo, cuando define el deseo del vulgus pecus como el ser marcado por la no-autenticidad, mientras que él se arropa dignamente en su propia autenticidad, es decir, en un individualismo inaccesible a cualquier influencia. Pero es fácil constatar que, cuando se era nazi en su entorno, Heidegger lo fue, y cuando se repudió el nazismo, Heidegger también lo repudió. Esa coincidencia justifica cierta desconfianza hacia la filosofía de Heidegger. Ello no justifica, por contra, que se le considere como un criminal de guerra, como lo hacen algunos de nuestros contemporáneos políticamente correctos. Estos últimos están más cerca de lo que creen del filósofo porque, como él, presentan su sumisión a las modas políticas como enraizada en lo más profundo de su ser. Probablemente tienen menos ser de lo que creen."

René Girard


"El individualismo es una mentira formidable."

René Girard


"El islamismo, en su primigenio desarrollo histórico, conquistó mediante lo religioso. Eso lo hizo fuerte. De allí la solidez con que también se implantó. El brío revolucionario acelerado por la epopeya napoleónica fue contenido por el equilibrio de las naciones. Pero estas últimas se enardecieron a su vez y rompieron el único freno posible para el despuntar de las revoluciones.
Es preciso cambiar radicalmente nuestros modos de pensamiento, e intentar comprender sin a priori alguno ese acontecimiento, valiéndonos de todos los recursos que puede proporcionarnos la islamología. Hay que poner manos a la obra, que es inmensa. Personalmente, tengo la impresión de que esta religión hizo pie sobre lo bíblico para reelaborar una religión arcaica más poderosa que las demás. Amenaza con volverse un instrumento apocalíptico, el nuevo rostro de la escalada a los extremos. Mientras no hay más religión arcaica, todo sucede como si existiese otra, calcada de lo bíblico, hecha a expensas de una versión de lo bíblico algo transformada. Sería una religión arcaica reforzada por los aportes de lo bíblico y de lo cristiano. En efecto, lo arcaico se había evaporado frente a la revelación judeocristiana. Pero el islamismo, por el contrario, sobrevivió. Mientras el cristianismo, dondequiera que ingrese, suprime el sacrificio, el islamismo da la sensación de situarse por delante de ese rechazo en varios aspectos.
Hubo, por cierto, resentimiento en su actitud con relación al judeocristianismo y a Occidente. Sin embargo, también en ese caso todo radicaba en una nueva religión: no podemos negarlo. La tarea que tendrán que emprender los antropólogos será mostrar cómo y por qué ocurrió. En efecto, en ciertos elementos de esa religión hay un vínculo con la violencia que no comprendemos y justamente por ello es tanto más inquietante. Para nosotros, estar dispuestos a pagar con nuestras vidas el placer de ver morir al otro no significa nada. No sabemos si esos fenómenos obedecen o no a una psicología peculiar. Y tampoco puede uno ya documentarse, visto que el terrorismo es una situación inédita que saca provecho de los códigos islámicos, pero que bajo ningún término es reducto de la islamología clásica. El terrorismo actual es nuevo, aun desde un punto de vista islámico. Es un esfuerzo moderno por contrarrestar la herramienta más poderosa y más refinada del mundo occidental: su tecnología. Lo hace de un modo que no comprendemos, y que acaso el islamismo clásico tampoco comprenda."

René Girard
Clausewitz en los extremos



"El matrimonio es la indispensable organización de la vida, legada al sentido humano de inmortalidad. Creando una familia es como si el hombre persiguiera la imitación de la vida eterna. Ha habito lugares y civilizaciones en las que la homosexualidad estaba tolerada, pero ninguna sociedad la ha puesto al mismo nivel del matrimonio."

René Girard


"El rechazo de la ética es uno de los grandes tópicos de la modernidad y hace referencia a un período que data del siglo XVIII, o aún antes y que, sin embargo, creo que en la actualidad ha agotado su fuerza, incluso estética."

René Girard



"El ser un antropólogo revolucionario no me impide ser un católico muy conservador; al contrario. Huyo como de la peste de las liturgias estrambóticas, de los catecismos insípidos y de las teologías desarticuladas. Lo cierto es que, al arrinconar lo religioso en una especie de gueto, como tiende a hacerlo cierta laicidad, uno se incapacita para comprender muchas cosas. Se cercenan tanto la religión como la investigación no religiosa."

René Girard



“El sufrimiento de la Cruz es el precio que Jesús acepta pagar por ofrecer a la humanidad esa representación de su verdadero origen, ese origen del que ha quedado prisionera, y a la larga privar de su eficacia al mecanismo victimario”.

René Girard


"La forma que tenemos de considerar la realidad está evidentemente influenciada por nuestros deseos. Sabemos, por ejemplo, desde Marx que nuestra posición económica, nuestro deseo de dinero, que implica un gran mimetismo, ejerce influencia sobre la visión que tenemos de todo. Desde Freud sabemos que ocurre lo mismo con nuestros deseos sexuales, incluso, y sobre todo, cuando no somos conscientes de ello. Intentamos liberarnos de esas distorsiones, pero ciertos métodos objetivos, como pueden ser el análisis sociológico o el psicoanálisis, son en realidad inadecuados e incluso conducen a falsos resultados, en la medida en que el aspecto propiamente individual del mimetismo de nuestros deseos y de sus conflictos se les escapan. Esos métodos, supuestamente objetivos, no tienen en cuenta para nada la influencia que ejerce sobre cada uno de nosotros la propia experiencia, la existencia concreta. Nadie es competente para analizar mis deseos personales, ni siquiera yo mismo, a no ser que los considere con la misma mirada de desconfianza con que considero los deseos de los demás. Y siempre encuentro en el punto de partida de mis deseos un modelo que he querido imitar y que se ha convertido en un rival."

René Girard



"La humanidad es hija de la religión."

René Girard


"La palabra repertorio es admirable porque, en nuestro universo mediático, cada cual encuentra un papel para sí en una obra de teatro escrita por otro. Esa obra permanece en cartel durante cierto tiempo y todos los días cada cual la representa a conciencia en la prensa, en la televisión y en las conversaciones mundanas. Y de repente, un buen día, en un tiempo récord, se pasa a otro estereotipo, que sigue siendo una reacción mimética. En definitiva, el repertorio cambia con frecuencia, pero siempre se trata de un repertorio."

René Girard



"La rivalidad que existe entre nosotros no es ajena, me temo, al contenido de mis textos polémicos. Escribir es para mí algo tan difícil que no podría volver a ello sin la ayuda de un excitante cualquiera. El más eficaz, porque está directamente relacionado con lo que quiero decir, es una buena dosis de rivalidad mimética. Régis Debray me interesa por dos razones. Una de ellas es negativa, y consiste en que ignora totalmente lo que vengo repitiendo desde hace cuarenta años: rivalidad mimética, precisamente. Nunca lo ha mirado de cerca. La segunda razón es positiva, y es su realismo frente al fenómeno de lo religioso. Las soluciones que propone apuntan en una dirección que me interesa, pero se quedan a medio camino."

René Girard



"La simplicidad y la potencia de los diez mandamientos los convierten en el documento más místico de todo el Antiguo Testamento."

René Girard


"Lo cierto es que estamos infinitamente más impregnados de lo que creemos por los prejuicios de nuestra época y del grupo humano al que pertenecemos. Estamos miméticamente fechados, por decirlo de alguna manera…. Es evidente, sin embargo, que nuestros sucesores, cuando consideren nuestra época, advertirán la misma uniformidad y ceguera que nosotros advertimos en las generaciones pasadas. Muchas cosas que nos parecen ahora mismo evidencias incuestionables les parecerán a ellos cercanas a la superstición colectiva. Desde mi punto de vista, la conversión consiste precisamente en tomar conciencia de ello, en despojarse de esas adherencias inconscientes. Actitud que también es, por cierto, un primer paso hacia la modestia…"

René Girard


"Personalmente, coincido con Vattimo cuando dice que el cristianismo es una revelación del amor, pero no excluyo que sea también una revelación de verdad. Porque en el cristianismo verdad y amor coinciden y son una misma cosa."

René Girard


"Se ve bien, pues, no imitar a esa víctima en todo eso que hace o parece hacer para suscitar la crisis: los antagonistas potenciales se evitan y se separan los unos de los otros. Se obligan a no desear los mismos objetos. Se toman medidas para evitar la misma contaminación mimética general: el grupo se divide, separa a sus miembros mediante las prohibiciones. Cuando la crisis parece amenazar de nuevo se recurre a los grandes medios, y se imita lo que la víctima hizo, parece ser, para salvar a la comunidad. Ella acepta hacerse matar. Se va a elegir una víctima sustitutoria y que morirá en su lugar, una víctima sacrificial: es la invención del rito. Por último, se va a recordar esta visita sagrada: a eso se le llama mito... En el sacrificio se rehace el mito. Para procurar que el mecanismo del chivo expiatorio funcione de nuevo y que restablezca una vez más la unidad de la comunidad se tiene buen cuidado de copiar con exactitud la secuencia original. Se comienza pues, por sumergirse deliberadamente en una imitación de una crisis mimética."

René Girard



“Todo régimen totalitario ha empezado con la supresión de la libertad religiosa. Hoy, esta anti-Génesis revive en una parte de la ciencia”. “A partir de la Ilustración, la religión ha sido concebida como un sin sentido. Augusto Compte decía que existen tres fases: la religiosa, que es la más pueril; la filosófica y la científica, la más cercana a la verdad”. “La vanguardia, que en un tiempo estaba relegada al ámbito artístico, hoy se extiende al ámbito científico, que razona sobre el origen del hombre. En cierto modo, la ciencia se ha convertido en una nueva mitología. He acogido con gran alivio la definición de Joseph Ratzinger de ‘reduccionismo biológico’, el mito biologista. Estoy de acuerdo también en la distinción entre ciencia y cientismo.”

René Girard











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