Cristóbal del Hoyo-Solórzano y Sotomayor

"Para con las señoras el ceremonial es diferente. La camarera mayor pasa recaudo por escrito a todas las señoras grandes, a sus primogénitas (con tal que no haya varón en la casa), a todas las señoras tituladas, a las mujeres de los secretarios del Despacho Universal, de oficiales generales y ministros, con su cuenta y razón todo, quitando en alguna las ataras y poniendo en otras los escollos. Porque en mi tiempo ha sucedido entrar envuelta en perlas una y entre otras embrujada y, reconocido por la camarera o por sus espías el fardo de contrabando, descaminarlo hacia fuera, lloviendo de su hermoso cielo rayos. Otra entró con aviso de la camarera, mas sin saberlo antes la Reina a quien, siendo primeriza, debe la camarera dar cuenta. Llamó Su Majestad a Su Excelencia y le pregunta quién aquella señora es. Le respondió y concluyó que con aviso suyo había venido. Llevó un jabón la camarera, y ella sin culpa padeció el desaire formidable de salirse de la sala cuando estaba ya bien llena. Supongo que las forasteras señoras (como los hombres con el capitán de guardias y los mayordomos) deben presentarse a la camarera, darse a conocer y decirle que quieren concurrir con las demás a los B.M.; porque sin esta diligencia mal puede la camarera saber que haya llegado, quién es y que quiere disfrutar sus privilegios. La hora para esta función señalada es entre siete y ocho de la tarde: cuyo corto espacio esperan todas, madrugando más o menos, en la antesala de los Reyes."

Cristóbal del Hoyo-Solórzano y Sotomayor
Carta de la Corte de Madrid 

No hay comentarios: