Evan Hunter

"De nuevo mira hacia el amenazante cielo.
La firma de Ben se llama Ritter-Thrope & Asociados. La compañía pertenecía a Frank Ritter antes de que Ben llegara a ser socio, de ahí que figurara como nombre principal. Había unos siete arquitectos, pero Frank y Ben eran los únicos socios. Su recepcionista, Agata, era una chica de Chicago directamente contratada de una escuela secundaria en el gueto de Venice. Le saludaba amablemente con su inglés acentuado y luego le comunicaba a Frank que acababa de regresar de una reunión.
-¿Cómo fue?-preguntaba Frank.
-Bien-respondía Ben. Muchos comentarios agradables, media docena de personas pidiéndome una tarjeta.
-¿Alguna mención acerca de aquellas ventanas?
-No. ¿Por qué deberían haber preguntado por eso? Fue hace ya mucho tiempo.
-Sólo seis meses.
-Nadie hizo mención alguna.
-Deberías tener preparado un modelo.
-Bueno...
-Pruébalo en un tunel con viento.
-Leche derramada-dijo Ben- De todos modos nos salió todo bien.
-Somos afortunados. Cada ventana podría haber sido arrancada de su lugar.
-Nadie lo mencionó.
-Aún no-terció Frank.
Frank no sugiere sutilmente que Ben ha obviado demasiados detalles importantes. La ventilación en la casa de Santa Mónica. El soporte para las escaleras en la casa de la playa de Malibú. Pequeños detalles. Bueno, lo de las ventanas en Nueva York no era algo tan nimio. Fueron afortunados de que nadie resultara herido. Pero era debido a un error estructural del ingeniero, no de Ben. Aunque la culpa recaía siempre sobre el arquitecto.
-¿Dijo alguien cuando podemos esperar el pago definitivo?-preguntó Frank.
-No quise sacar este tema a colación.
-Gran fiesta. Nada de dinero-arguyó Frank.
-Estoy seguro de que será pronto.
-Planean colocar de nuevo sin ningún sentido otras ventanas.
-No diría tanto.
-Veremos-dice Frank y suspira- ¿Cuándo regresarás?
-En el vuelo de las ocho mañana por la mañana.
-¿Qué hora es allí?
Ben consulta su reloj.
-Las siete y cinco.
-¿Cuáles son tus planes?
-Cenar. Dormir.
-Un vuelo seguro-dice Frank y cuelga.
Ben encuentra su billete de avión en el despacho, localiza el número de teléfono y lo marca. Sabe que no es necesaria una confirmación, pero quiere estar totalmente seguro acerca de su vuelo. La mujer le asegura que tiene confirmado un pasaje para el vuelo número 33 de Pan America, que sale del aeropuerto Kennedy a las ocho de la mañana, sin escalas."

Evan Hunter seudónimo de Salvatore Albert Lombino y más conocido como Ed McBain
Candyland



"Mi madre me llama por teléfono justo cuando Annie se ha ido.
Son las dos de la madrugada.
Sé quién me llama y por qué. Nadie que no sea mi madre me llamaría a esas horas tan intempestivas, sólo para decirme que mi hermana se ha ido de nuevo.
La familia se reúne por la mañana temprano. Para llegar al apartamento de mi madre, situado en la avenida West End, calle Ochenta y uno, tenía que ir hasta el centro de la ciudad. Todos hablan acerca de qué hacer cuando entro. Mi cuñada Augusta me ofrece una taza de café amargo y nos unimos al resto en la sala de estar.
Mi madre tiene sesenta y tres años, pero todavía practica el esquí y viaja, además de que muchos hombres la encuentran aún muy atractiva. La miro. Está delgada, una mujer de rostro serio, con penetrantes ojos verdes y pelo corto marrón teñido de castaño. Lleva un vestido de noche de seda brocado que compró en Tokio hace tres veranos y zapatillas de terciopelo rojo con hebillas doradas. Mi madre está muy orgullosa de sus pequeños y delicados pies. Le cuenta a todos una y otra vez que sabe que sus pies son pequeños y que fue elegida para hacer de Alicia en el país de las maravillas, como si sus piececitos hubieran sido la causa de que le dieran ese papel.
Mi madre fue actriz de teatro. Helene Hammond era su nombre artístico. Un nombre eufónico, supongo. No ha vuelto a actuar desde que formó parte del casting en West Side Story-la producción original de Broadway en 1957- Eso fue hace cuarenta y cinco años. Pero ella todavía se ve a sí misma como una estrella de musical, algo que nunca fue en realidad.
El nombre de soltera de mi madre era Helene Lederer. Era de origen judío. Sé que mi abuela pronunciaba su nombre "Ell-enn", a la manera francesa, una afectación común a los judíos de su generación. En cambio, mi madre pronuncia su nombre con una rima similar a "Arlene". En mi opinión la pronunciación francesa se adaptaría mejor a su personalidad, pero es su nombre, es su problema. Según mi hermano mayor, nuestra madre quería que todos sus hijos fueran judíos, a pesar de que nuestro padre era un irlandés llamado Terrence Gulliver."

Evan Hunter 
El instante en que ella se ha ido



"Si eres italoestadounidense, se supone que no eres culto."

Ed McBain








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