Julià Guillamon

"Al día siguiente, todo pasó muy rápido. Mi padre observaba al toro de lejos, estudiando sus movimientos con actitud de entendido, la muleta plegada en torno al palo que lleva cosido en el interior —el estaquillador—. Colocó la ayuda —la espada de madera que da a la muleta su ángulo característico— y se dirigió a un rincón de la plaza, donde había un plátano y una fuente. Su primo Nicanor intentó detenerlo y mi padre lo amenazó con la espada de madera. Citó al toro, uno de esos toros que van de pueblo en pueblo, y que, resabiados, nadie se atreve a torear. Lo cogió a la primera embestida. Lo llevaron al médico, regresó con unos cuantos puntos de sutura y al día siguiente ya estaba en el baile. «Herida por asta de toro de un centímetro entre el orificio del ano y mis partes», iba contando a todo el mundo, con aquella prosa enfática de las enfermerías de las plazas de toros. Aguanté despierto toda la noche, primero en la terraza de unos parientes y, más tarde, subido en la baranda que cerraba la plaza por un extremo que estaba por construir. Vi cómo embolaban el toro, cómo iba salpicando gotas de alquitrán y cómo se fueron extinguiendo las bolas. Y cómo, con el herraje en los cuernos y un torrezno en cada extremo, aún le pusieron la albarda y el collar de cascabeles, y cómo hacía el gesto de arrancarse, cuando los mozos le gritaban, pero ya sin embestir, y cómo se quedaba inmóvil en el centro de la plaza, cada vez más cansado de vivir. Y me impresionó que, después de atarlo a la barrera, cuando ya le habían rebanado el cuello y se desangraba, un mozo le diera un puñado de hierba y la máscara con unos dientes amarillos y unos ojos desorbitados, perdidos, de bestia muerta."

Julià Guillamon
El barrio de la Plata


"El poeta Narcís Comadira participó en el debate sobre la rehabilitación y la restauración de edificios. En un artículo sobre los diez años de ayuntamientos democráticos publicado en la revista Serra d’Or, «La dècada enganyosa.
Arquitectura a Girona del 1975 al 1985» (La década engañosa. Arquitectura en Girona de 1975 a 1985), se pronunció en contra de algunas intervenciones que se consideraban modélicas. La remodelación de las fachadas sobre el río Onyar –artizadas y embadurnadas de acrílico– era un ejemplo de buenas intenciones y pésima realización, y un exponente de la falta de sensibilidad hacia la ciudad antigua.
En aquel mismo año 1985 Comadira dictó una conferencia en el marco de las actividades del Institut d’Estudis d’Art («Contra l’estètica tova», Contra la estética blanda), en la que arremetía contra aquellas manifestaciones culturales que, con el pretexto del «buen gusto», pecaban de sensiblería y de trivializar los contenidos. Una parte importante de la conferencia estaba dedicada a la arquitectura: el gusto por el revival, el recurso a la cita histórica, irónica y falsamente intelectual (estamos en plena fiebre del posmodernismo, que fue el estilo de mucha obra pública). En el campo de la restauración, el problema es aún más grave. En lugar de rehabilitar, se maquilla y renueva. En el Eixample se pintan esgrafiados, se añaden frontones, balaustres, molduras. «La estética blanda aplicada a la restauración convierte la arquitectura en un bibelot urbano», decía Comadira, que citaba como ejemplos el Palau Macaya de Puig i Cadafalch, la Casa Batlló de Gaudí y el edificio de El Noticiero Universal de Josep M. Sostres. Comadira consideraba que la restauración de estos tres edificios había sido muy poco respetuosa. En el Palau Macaya y en El Noticiero Universal, sobre los materiales originales habían aplicado pintura plástica."

Julià Guillamon
La ciudad interrumpida



“Hay una gran necesidad, una gran voluntad de retornar a la naturaleza.”

Julià Guillamon


"Vivimos obsesionados con la inmediatez y rapidez. Cuando ves la montaña hay ciclos muy largos."

Julià Guillamon











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