Leonid Kulik

"La tierra firme se elevó hacia afuera desde el lugar, en olas gigantes, como olas en el agua."

Leonid A. Kulik


"Los resultados de incluso un examen superficial excedieron todas las historias de testigos oculares y mis expectativas más salvajes."

Leonid A. Kulik
recordando su primer vistazo del Tunguska


"Todavía no consigo poner orden en mis caóticas impresiones de este viaje. Las colinas lejanas que bordean el riu Kushmo hacia el norte están cubiertas con un manto blanco de nieve de medio metro de grosor. Desde nuestro punto de observación no hemos podido ver ni rastro de bosque, porque todo ha sido devastado y quemado. En los alrededores de esta área muerta, la selva joven, de sólo 20 años de edad, avanza furiosa, buscando luz y vida. Siento algo inefable cuando contemplo los árboles gigantes, de medio metro o más de diámetro, cortados como ramitas y con las copas arrancadas, a mucha distancia hacia el sur.
(...)
De madrugada, al empezar a levantarse viento, es muy peligroso caminar por el viejo bosque muerto. Los árboles gigantes, muertos hace veinte años, con las raíces carcomidas, caen por todos lados, a veces muy cerca de nosotros. Es preciso avanzar vigilando, para poder escapar de un salto si nos caen encima."

Leonid A. Kulik


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