Maria Teresa Horta

Carta a Isabel

A Isabel Bentinho Pinto

¿Isabel, qué podré contar
a los otros
               de tu vida?

que tenías 27 años
y estabas desesperada…

¿Y de tu rostro?

¿Isabel, qué podré contar
a los otros
               de tu vida?

que tienes 27 años
y te volviste un monstruo…

¿Y de tu rostro?

¿Isabel, qué podré contar
a los otros
               de tu vida?

¿Qué el aceite hervía en la sartén
donde cocinabas tranquila el almuerzo
y cayendo de súbito
sumergiste el rostro?

¿Isabel, qué podré contar
a los otros
               de tu vida?

que tienes 27 años
y te volviste un monstruo…

¿Y de tu rostro?

¿Isabel, qué podré contar
a los otros
               de tu vida?

Que la justicia hizo de tus días
un rotundo no, de puro sufrimiento…

¿Y de tu rostro?
 

«El pasado mes de febrero, María Isabel Bentinho Pinto, madre de tres hijos, cuado realizaba trabajos domésticos en la cocina de su casa sufrió un ataque epiléptico, cayendo sobre la freidora hirviendo, lo que le causó grandes quemaduras (…) Se presentó con el rostro completamente desfigurado, la boca semicerrada, la nariz y los orificios nazales reducidos a la mitad, lo mismo sucedió con sus ojos […] Todo su rostro es, desde la frente a la quijada, una tela de piel estrujada.

Diário Popular

25-10 -1977

«Mientras tanto las esposas de los señores capitalistas, de los tatifundistas, se arreglan los pechos, enderezan sus narices, cortan de raíz las arrugas de su rsotros maquillados, ocultan la piel de sus pescuezos flácidos. ¿Será justo?»

o diário

31-10-1977

Maria Teresa Horta



Lamento de mujer

No sé leer
ni escribir

(mi madre decía lo mismo)

No sé lo que es
comer
ni dormir en cama caliente

No sé juntar dos letras
ni escribir mi nombre

(mi madre decía lo mismo)

No sé lo que es
pasar
un día sin trabajar

Maria Teresa Horta




Morir de amor

Morir de amor
al pie de tu boca

Desfallecer
la piel
de sonrisas

Sofocar
de placer
con tu cuerpo

Cambiar todo por ti
si fuera preciso. 

Maria Teresa Horta



¿Quién?

A todas las mujeres destruidas-asesinadas.
Diariamente aniquiladas. 

¿Quién te dijo,
y lo propagó,
        perdida?

¿Quién usó
abusó
        de tu voz?

¿Quién se cansó
te abandonó
         en la vida?

¿Quién se olvidó
te perdió
            y en seguida
te acusó del crimen más atroz?

¿Quién te alejó
de los brazos
        de tu hija?

¿Quién envió
tu nombre
al periódico?

¿Quién destruyó
la sonrisa que aún tenías?

¿Quién te mató
            asesinó
te envenenó de mal?

¿Quién rechazó
              todo
lo que venía de ti?

¿Quién encajó
en tu cuerpo
               este puñal?

Maria Teresa Horta











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