Avishai Margalit

"Gracias a las conversaciones que mantuve con palestinos durante su levantamiento en los territorios ocupados (la Intifada), así como las que mantuve con inmigrantes recién llegados a Israel, procedentes de los países del extinto bloque comunista, me convencí de la centralidad del honor y la humillación en las vidas de las gentes y, consecuentemente, de la importancia que debemos dar, en el pensamiento político, a los conceptos de honor y humillación. Así nació la idea de la sociedad decente.”

Avishai Margalit



"Una sociedad es decente cuando no humilla a sus integrantes. En una sociedad de ese tipo las instituciones no humillan a las personas. Es una sociedad civilizada, y en una comunidad así las personas tampoco se humillan entre sí, porque comprenden que la humillación afecta el honor y la dignidad del ser. Una cadena de causas y consecuencias.
La humillación es un mal doloroso y el respeto es un bien. Y es más importante eliminar males dolorosos que crear bienes disfrutables. Algo que deberían pensar quienes se llenan la boca con cifras, promesas economicistas, ilusiones de inversión y otros juegos de mente en los que las personas y sus sufrimientos tienen una clamorosa ausencia. Se puede sufrir a causa de catástrofes naturales, pero la naturaleza no humilla. Sólo los seres humanos lo hacen, y con frecuencia.
Una sociedad en la cual los deberes se cumplen tenderá a la decencia y habrá más derechos respetados. Eso genera confianza social y repercute en la autoestima de los individuos. En una sociedad decente ningún derecho se invoca como medio para un fin. Y, a través del trabajo, de la administración de justicia, de la atención de las prioridades del Estado (salud, educación, seguridad, alimentación) se le respeta a cada persona su dignidad. Ser parte de una sociedad, señala el filósofo, es una cuestión de pertenencia. Pero ser un buen miembro de esa sociedad es un logro, y se llega a ello respetando y siendo respetado. Es una tarea al mismo tiempo individual, comunitaria y de todos los días. Se debe respetar porque el respeto es un atributo humano, no hay justificación para no hacerlo y no es necesario explicar por qué es mala la humillación. El respeto, en una sociedad decente, es una calle de doble mano. La sociedad respeta al individuo y éste a la sociedad."

Avishai Margalit









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