Axel Honneth

"Conceptos como el de fetichismo o el de mercantilización han perdido el predominio que tuvieron antaño. Son conceptos que también fueron utilizados por la Escuela de Frankfurt y que apenas son utilizados hoy en día, pues parece imposible fundamentarlos. Creo que con la ayuda del campo semántico asociado a la mercantilización o a la comercialización podríamos analizar más exhaustivamente algunos de los fenómenos actuales. Diría aún más, pienso que son conceptos que están esperando que se los analice en profundidad, pues su fuerza evocativa es enorme, así como su capacidad para aclararnos con respecto a la sociedad en la que vivimos."

Axel Honneth



"El establecimiento de las cualidades que designan al hombre constitutivamente como persona depende, por lo tanto, de asunciones soterradas acerca de qué presupuestos subjetivos capacitan para la participación en la formación racional de la voluntad. Cuanto más ambiciosamente se piensa tal procedimiento, tanto más englobantes deben ser las cualidades que, tomadas conjuntamente, constituyen la responsabilidad moral.
Con ello, la citada conexión conceptual da a conocer que pueden variar las facultades en que los miembros de una sociedad se reconocen cuando unos a otros se respetan como personas de derecho; sólo un vistazo al desarrollo fáctico que el reconocimiento de los derechos subjetivos ha sufrido en las condiciones postradicionales, clarifica la orientación que han seguido esas modificaciones. La ampliación acumulativa de las pretensiones individuales de derecho que se nos presentan en las sociedades modernas puede entenderse como un proceso en el que el perímetro de las cualidades generales de una persona moralmente responsable paulatinamente se ha incrementado, ya que bajo la presión de una lucha por el reconocimiento siempre deben pensarse nuevos presupuestos para la participación en la constitución de una voluntad racional.
Con una tesis semejante nos habíamos enfrentado cuando nos encontramos ante la reflexión especulativa de Hegel, según la cual el delincuente fuerza el ordenamiento civil del derecho a una ampliación acerca de las dimensiones de la igualdad de oportunidades.
En el seno de las ciencias jurídicas se ha hecho evidente que hay que proceder a una distinción de los derechos subjetivos en derechos liberales de libertad, derecho político de participación y derechos sociales al bienestar. Con la primera categoría se designan los derechos negativos que protegen a la persona en cuanto a la libertad, a su vida y a su propiedad frente a las ilegítimas intervenciones del Estado; con la segunda categoría, los derechos positivos que le asisten en cuanto a la participación en los procesos públicos de formación de la voluntad, y con la tercera exclusivamente aquellos derechos positivos que le permiten participar de modo limpio en la distribución de los bienes fundamentales."

Axel Honneth
La lucha por el reconocimiento


“El optimismo es una obligación moral.”

Axel Honneth



"En realidad, lo que me preocupa últimamente es el hecho de que la lucha por el reconocimiento ha sido entendida de manera casi exclusiva como una lucha por el reconocimiento de la identidad cultural. Esto es una simplificación que creo que comportará consecuencias nefastas. Mi punto de vista es más cercano, por así decir, al marxismo. Los fenómenos de reconocimiento que despertaron mi interés fueron sobre todo las luchas obreras del siglo XIX. En estas luchas se aprecia que el honor hurtado es una de las motivaciones centrales de los sindicalistas, de los obreros. Y este fenómeno me interesó especialmente porque cambia el punto de vista habitual, que considera que los enfrentamientos sociales, y más estos que tienen un trasfondo que en apariencia es exclusivamente económico, son luchas de intereses. Por lo que he estudiado puedo concluir que no es así y que las luchas por el reconocimiento no eran reductibles a una redistribución de bienes. Los obreros no querían sólo recibir su parte, sino que deseaban ver restituida su dignidad. Sin embargo, este punto de vista no equivale a decir que la cuestión entonces se pueda explicar en términos de reconocimiento cultural, de aceptación pública de las identidades dañadas. Esta es la tendencia que se aprecia de manera eminente en la filosofía política actual, como lo demuestran los textos de autores tan influyentes como Charles Taylor o Nancy Fraser. El error de esta perspectiva no sólo es histórico, como he querido demostrar tomando como ejemplo las luchas obreras del siglo XIX, sino también conceptual. Basta pensar en que el reconocimiento se inicia en los hogares, en el espacio familiar, y no hay que ser ningún experto para comprender que en ese contexto no se trata de aceptar las especificidades culturales de cada miembro, sino que se trata antes bien de derechos, de actividades que están clamando a gritos que se reconozca su razón de ser."

Axel Honneth



"Es cierto que el de tolerancia es un concepto vinculado a la paz social y que en ese contexto es de gran utilidad. Sin embargo, prefiero utilizar el concepto de respeto, el cual va más unido al reconocimiento jurídico de las personas y de los colectivos. Pero, a pesar de que el concepto de respeto tiene mucho prestigio, puede ser que peque por exceso, de igual modo que la tolerancia peca por defecto. A saber, una cosa es el reconocimiento jurídico de los individuos que reclaman la igualdad de derechos con sus conciudadanos y otra cosa es que el resto de ciudadanos los respeten y los valoren positivamente. No dispongo ni creo que exista una perspectiva normativa unívoca sobre esta cuestión, lo único que puedo decir es que toda cultura minoritaria establecida junto a una mayoritaria debe disponer de oportunidades para ser valorada socialmente. No debería ser valorada socialmente, sino disponer de oportunidades para ser valorada. Es decir, una oportunidad de los miembros de la minoría para presentarse a sí mismos, a través de los medios por ejemplo, para dar a conocer sus prácticas, pero sin que exista seguridad de que sean valorados y apreciados por la mayoría de la sociedad."

Axel Honneth



"Es decir, es cierto que los contextos sociopolíticos han cambiado, pero esto no implica que debamos abandonar una concepción de la lucha por el reconocimiento que incluye algo más que el mero reconocimiento de la especificidad cultural de todos y cada uno de los colectivos minoritarios que conforman las abigarradas sociedades contemporáneas. Pienso, por ejemplo, en las luchas por el reconocimiento que más repercusión tuvieron a mediados del siglo pasado, a saber, el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos. En mi libro "La lucha por el reconocimiento" me centré en el movimiento de los afroamericanos a favor de la igualdad jurídica, que para mí, antes como ahora, puede ser considerado un caso paradigmático de la lucha por el reconocimiento. Y lo que podemos apreciar en este movimiento es que no se trataba de reconocer una específica cultura africana, sino de acceder a la igualdad de derechos, de extender las garantías jurídicas a todos los ciudadanos, para que luego estos pudieran hacer y deshacer con su cultura como mejor les placiera. Pero el paso previo es el reconocimiento jurídico, que ningún ciudadano sea discriminado por ley."

Axel Honneth



"La lucha por el reconocimiento traslada el centro de la reflexión de la eliminación de las desigualdades a la evitación del desprecio. Pero no me detengo ahí, sino que mi intención es pensar ambos movimientos al unísono."

Axel Honneth



"Mi estudio sobre el concepto de reificación no pretende ser original. Al contrario. Se trata de un concepto clásico de la tradición marxista que Lukács situó en el centro de sus reflexiones y que, posteriormente, fue recuperado por la Escuela de Frankfurt, que lo utilizó para describir las condiciones y las prácticas sociales de su época. De modo que con este concepto no sólo me enfrento a una cuestión sociológica relevante, sino que también pongo a prueba la validez actual de la primera generación de la Escuela de Frankfurt y calibro en qué medida sus reflexiones han resistido el paso del tiempo."

Axel Honneth




"Mis reflexiones sobre los intelectuales y el papel que deben desempeñar en los debates políticos están motivadas por el hecho de que en mi país, la República Federal Alemana, cada cuatro años más o menos, se discute sobre si tenemos o no intelectuales. Este debate me pone muy nervioso, justamente porque se repite una vez tras otra."

Axel Honneth



"No es verdad que los intelectuales hayan desaparecido. Nunca ha habido tantos como ahora. Los intelectuales se encuentran en puestos de responsabilidad, escriben en los buenos periódicos, yo mismo participo a menudo en los debates de actualidad. Se trata de un fenómeno propio de nuestra época en la que un porcentaje mucho mayor de personas ha accedido a la educación superior, lo cual ha llevado a que los intelectuales accedan a los medios de comunicación de masas, pudiendo ejercer una influencia que no tenían antes. Sin embargo, pienso que el filósofo que habla en público sobre asuntos públicos debe trascender el quehacer de los intelectuales tal y como los he descrito. El filósofo que participa en la deliberación debe aportar las herramientas específicas de su disciplina, lo que le lleva a cuestionar su propia legitimidad, a poner en duda el medio en el que colabora, los problemas a los que supuestamente debe reaccionar, el orden del día político. El filósofo trasciende de este modo las tareas tradicionalmente atribuidas a los intelectuales, ya que se pregunta por los presupuestos ocultos, los conceptos siempre aceptados, los puntos de vista considerados obvios, etcétera."

Axel Honneth


"Para empezar debo decirle que no acepto que se me considere sucesor de Habermas, pero no porque rechace su influencia en mi pensamiento, sino porque me parecería un atrevimiento injustificable por mi parte. Creo que el suyo es un caso aparte y no deseo compararme con su enorme capacidad asociativa e intelectual. Igual que Adorno, pero con estilos distintos, Habermas ejerce su actividad filosófica en diversos ámbitos, a saber, en el registro de la academia y en el más periodístico. En realidad, más que considerarme su sucesor, lo considero un modelo."

Axel Honneth




"Sólo un dogmatismo ciego puede hacernos cerrar los ojos actualmente ante el hecho de que hay una serie de premisas de la teoría freudiana que a esta altura se han vuelto sumamente discutibles. Los avances en las investigaciones sobre lactantes, en la psicología evolutiva en general y también en la biología evolutiva, han llevado a poner en duda presunciones básicas centrales de la visión que el psicoanálisis tiene del niño pequeño: desde la presunción de un narcisismo primario en el que el lactante todavía vivencia su entorno exclusivamente como si fuera su propia obra, hasta la afirmación de una envidia del pene típica de las niñas, han caído en descrédito algunas cosas que hasta hace unos cincuenta años parecían relativamente seguras. Hasta la teoría de las pulsiones en general, base biológica de la teoría freudiana, se ve hoy en día expuesta a dudas justificadas. Si a estos reparos crecientes se les suman además las revisiones de la obra de Freud que se han realizado entretanto dentro del propio movimiento psicoanalítico, en el año en que se cumplen cincuenta años de su nacimiento se podría decir: nunca hasta ahora desde la muerte de Freud han sido tan malas las perspectivas de futuro de su teoría original, nunca han sido tan malas sus perspectivas de tener una continuación productiva.
También el espíritu de la época parece dar la razón a esta apreciación sumamente escéptica. En todos lados se escucha que está disminuyendo el número de pacientes dispuestos a seguir un tratamiento psicoanalítico, pegarle a la obra de Freud ha sido directamente una moda publicística hasta poco antes del aniversario que se acaba de celebrar; pero además son los propios sujetos los que parecen cada vez más emancipados de la cultura psicoanalítica, porque se los insta a una readaptación permanente a un futuro incierto y por eso ya casi no sienten el incentivo o la necesidad de ocuparse de su propio pasado. Parece faltar el premio social para volver sobre la historia de la propia formación, tarea costosa y contraria a la actividad, de modo que también los ideales psicoanalíticos están cada vez más desacreditados en nuestra cultura."

Axel Honneth
Patologías de la razón










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