Eiko Kadono

“Al despertar por la mañana, se abrían todos los paneles y la casa se conectaba con el mundo natural. La naturaleza se introducía en el hogar, por lo que nos volvimos muy receptivos para con sonidos como el canto de los pájaros, el viento o la lluvia.”

Eiko Kadono



“Cuando sentimos curiosidad por algo, miramos con más atención. Si estamos atentos a lo que vamos encontrando, nuestro mundo se ensancha y se vuelve más complejo.”

Eiko Kadono




“El poder mágico de la persona se desarrolla cuando esta siente. Primero nos gustan las flores, luego las semillas… Cada vez hallamos más cosas que nos gustan. Si les damos importancia, al encontrar nuevas cosas relacionadas, nos invade el entusiasmo y la alegría. Y, si mantenemos esa curiosidad, se acaba transformando en nuestro poder mágico.”

Eiko Kadono



"El viento que soplaba de frente se intensificó y el manojo de las ramitas de la escoba empezó a atronar como el torrente de un río.
De vez en cuando se veían luces esparcidas entre las montañas negras o, de repente, un campo de cultivo gris. Pero eso era momentáneamente y sólo las montañas se sucedían una tras otra.
Nicky continuó volando sin parar. El cielo del este comenzó a aclarar tenuemente. Las partes blanquecinas del cielo se extendían rápidas como si expulsaran a la noche. Pronto, lo que hasta entonces había sido un mundo gris y azul oscuro adquirió diversos colores. Las colinas, cubiertas de las hierbas verdes y tiernas de la primavera, se veían tan ligeras como si estuvieran a punto de flotar en el aire. Las empinadas montañas rocosas también comenzaron a relucir como si estuvieran rociadas de agua. Nicky estaba tan emocionada que su corazón latía con fuerza por el simple hecho de que un rayo del sol fuera capaz de hacer del mundo un lugar hermoso.
En un estrecho valle, se veía una pequeña aldea de la que se elevaban unas líneas de humo de las chimeneas, el cual fluía hacia un lado. A continuación, algo brilló en medio de la montaña y Nicky vislumbró la raya fina de un río. Ese río, mientras desaparecía y volvía a aparecer, se fue ensanchando poco a poco.
—Vamos a volar a lo largo de aquel río, ya que se dice que el final de un río es el mar. —Nicky giró el interruptor de la radio y se puso a silbar al son de la música que salía del aparato.
La escoba siguió volando enérgicamente con la ayuda del viento favorable.
—A pesar de lo que me dijo mi madre, no me gustaría vivir en una ciudad pequeña —murmuró de pronto Nicky como para sí misma.
—Entonces, ¡¿qué tipo de ciudad te gustaría?! —Jiji levantó la voz para que se le oyera en medio del silbido del viento y la música de la radio.
—Bueno, prefiero que sea más grande que el pueblo donde se instaló mi madre. Una en la que haya edificios altos, un zoo, una estación donde los trenes salen y llegan, un parque de atracciones… ¿Qué te parece, Jiji?
—Pides muuucho. Yo… me conformo con que haya un tejado soleado…, una ventana soleada… y un pasillo soleado…
—¿Acaso tienes frío?
—Sí, un poco. —Jiji, que hasta el momento había volado sobre el manojo de ramitas, se adelantó y se aferró a la espalda de su ama.
—En ese caso, ven aquí. No tengas reparos y dime lo que sea, ya que de ahora en adelante estamos solos los dos. —Dicho eso, Nicky acomodó sobre su regazo a Jiji.
Al cabo de un rato, Jiji estiró el cuello y sugirió:
—Oye, Nicky, ¿qué tal aquel pueblo?
El pueblo que se veía justo debajo de ellos tenía la forma de un plato rodeado de hermosas colinas verdes. Los tejados rojos y azules se arracimaban, y parecían trozos de zanahoria y guisantes en una sopa.
—Qué bonito —dijo Nicky.
—Un pueblo como este es conveniente para vivir, estoy seguro —comentó Jiji con expresión de enteradillo.
—Pero… es demasiado pequeño… ¡Ah! ¡Mira allí! —exclamó
Nicky de pronto y señaló en otra dirección.
Se trataba de un pequeño punto negro que quedaba muy por debajo de ellos, y al fijarse en él mientras se acercaba poco a poco, vislumbraron a una bruja con un gato negro en un hombro volando."

Eiko Kadono
Nicky, la aprendiz de bruja



“Hay que fomentar su curiosidad (la de los niños) desde pequeños. Es importante decirles cosas como ‘¡Te das cuenta de cosas muy interesantes!’. Los padres también deben esforzarse y mostrar a los pequeños que hacen cosas interesantes a pesar de estar ocupados con el trabajo.”

Eiko Kadono



“La curiosidad es algo único en cada persona, por lo que debe desarrollarse de forma individual. Para ello podemos anotar nuestros sentimientos en una libreta secreta que no mostraremos a nadie, por ejemplo. Podemos hacerlo al contemplar un dibujo o realizar otra actividad. Se trata de escribir nuestras impresiones en el instante en que las experimentamos. No importa si hablamos mal de algo. De hecho, ¡escribir críticas bien es todo un arte!”

Eiko Kadono



“Los adultos y los que son padres quieren que los niños lean, pero ellos mismos no lo hacen. Hay quien dice ‘Pues a mis hijos les encantan los libros’, pero en realidad son ellos quienes les leen en voz alta. Escuchar no es lo mismo que leer un libro.”

Eiko Kadono



"Los pequeños lo ven todo y lo comprenden todo. Y son muy expresivos, incluso cuando no hablan."

Eiko Kadono



“Todos poseemos algún tipo de poder mágico.”

Eiko Kadono


“¿Verdad que las cosas que nos gustan se nos dan bien, pero nos cuesta seguir con las que no nos gustan?”

Eiko Kadono


“Yo, que viví una época en que el arroz se cocía en horno de leña, comprendo cuantísimas personas tuvieron que dedicar sus sueños para llegar a desarrollar las hervidoras eléctricas de hoy en día.”

Eiko Kadono










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