Marcos Jiménez de la Espada

Excelentísimo señor Marqués de la Vega de Armijo, ministro de Fomento:

Con fecha 14 de marzo recibimos una Real Orden, que nos honra con el encargo de escribir una obra de grandes dimensiones y carácter puramente científico en la que se consignen los adelantos y descubrimientos hechos durante los tres años y medio que ha durado nuestro viaje en las comarcas de la América Austral.

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En nuestra particular, y en nombre de las ciencias españolas, tenemos que agradecer y esperar mucho de VE. Durante vuestro ministerio se organizó esta Comisión, si bien pobre por las cualidades de sus encargados, quizás preludio de otras mejores encomendadas, que saquen a las ciencias españolas de su letargo lastimoso.

(…)

Las ciencias españolas, tan brillantes en otra época, atraían a nuestra patria a todos los que deseaban instruirse: Córdoba, la Sultana, era la residencia del saber del viejo mundo, y encontraban escuelas, con razón más afamadas que ninguna de las de la Europa moderna.

Marcos Jiménez de la Espada y Evangelista
Carta fechada a 3 de mayo de 1866, prefacio de Breve descripción de los viajes hechos en América por la Comisión científica enviada por el gobierno durante los años de 1862 a 1866


"Guascar Inga muerto, quedando en la tierra Ataovallpa, aunque preso por el marqués don Francisco Pissarro, luego dio orden y procuró de dar asalto y trasnochada sobre los cristianos y tenía la gente prevenida para ello, aunque lo atribuyeron á la interpretación engañosa del intérprete. Dios Nuestro Señor no lo permitió, que orden se había dado para ello, siendo descubierta la traición. Asimismo se descubrió la cautela y malicia con que mató á Guascar Inga; por todo lo cual y para más seguridad de la tierra, tuvo por bien de hacer justicia del con acuerdo y parecer de los capitanes que para ello se juntaron en capitulación tres días antes, é considerado tan grandes daños en el reino y crueldades tan severísimas en los ingas, que en cosa alguna fueron culpados en casos que les imputaban, y la última causa y cautela que formó para matar y la orden que dio contra Guascar Inga, tuvieron por bien de hacer justicia del y se hizo; solamente hubo parecer del adelantado don Diego de Almagro que no le mataran sino que le enviaran á España á su Majestad; así estuvo algunos días disgustado de que no hubiesen admitido su parecer, porque daba sus pareceres muy evidentes para ello. El P. Fr. Vicente Valverde en opinión parecer (sic) conformaba con el adelantado, porque las crueldades y maleficios que por orden de Ataovallpa Inga se habían hecho, las había hecho como rey gentil, y hasta ser catecizado en nuestra santa fe católica, no se pudo conocer de justicia contra ninguno de ellos, sino solamente por la seguridad de los cristianos, por ser Ataovallpa hombre mañoso y cauteloso y severo, y por su seguridad de ellos, porque hasta entonces no la habían recibido sino como bárbaros é infieles."

Marcos Jiménez de la Espada
Una antigualla peruana





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