Bernard Charbonneau

“Acabamos de franquear un umbral y me pregunto si, a lo largo de la historia, ha habido alguna ocasión en que hayamos saltado varios milenios.”

Bernard Charbonneau


“Como la termitera, la nueva aglomeración tiene tendencia a elevar concreciones de cemento con innumerables alveolos climatizados, mientras su red de conductos va enterrada por el suelo. Pero, sobre todo, la masa humana y mecánica cada vez más densa que pulula por sus grietas se vuelve cada día más uniforme, menos autónoma, más estrictamente teledirigida por la colectividad; su supervivencia así lo exige. Como en la termitera, esta masa uniforme se divide de manera creciente en géneros que se ignoran y que distinguen los gestos y el lenguaje de sus funciones. Ciega y sorda, pero estrictamente informada por los signos que activa una central que no conoce, se afana en un mundo tibio y cerrado, cada vez más descomunal y estrecho, sin sentir de esta presión creciente más que un vago malestar. A no ser que una catástrofe reviente un buen día la termitera, trayendo demasiado tarde, con el alba, la muerte.”

Bernard Charbonneau




"El lazo que une el individuo a la sociedad es tan potente que, incluso en la llamada "sociedad de los individuos", estos últimos son incapaces de tomar sus distancias con los movimientos colectivos y consienten a la destrucción de lo que más quieren: su libertad."

Bernard Charbonneau



"El progreso no puede lograrse sin un fortalecimiento de la estructura social, es decir, en última instancia, del Estado: la síntesis entre una libertad indefinidamente aumentada y un confort indefinidamente aumentado es una utopía."

Bernard Charbonneau
El sentimiento de la naturaleza, fuerza revolucionaria



"En el origen de este libro (Pan se muere), en la base de mi obra y probablemente de mi existencia, existe la conciencia de un gran cambio. Durante dos siglos, el destino ha estado girando. No es sólo la civilización la que cambia sus bases, es la sociedad, es el ser humano en lo más íntimo de su ser. Presente en todas las revoluciones del pasado, que estaban lejos de comprometer lo esencial como la crisis actual, la conciencia humana desfallece hoy día ante la inmensidad del esfuerzo. Glorificándolos bajo el nombre de progreso, o padeciéndolos bajo el nombre de fatalidad, el hombre se abandona a los avatares del devenir. Hizo algo peor. Pretende dotar de sentido a algo que no es sino el accidente de una evolución, y trabaja con todas sus fuerzas para acelerar la velocidad del movimiento que la impulsa. No sólo niega al pensamiento el derecho a dirigir lo que él llama acción, sino que rechaza con horror cualquier examen de la misma mediante el conocimiento. No es sino un objeto en una corriente brutal que lo arrastra."

Bernard Charbonneau



“En el siglo del artificio sentimos pasión por esta naturaleza que destruimos. Es la civilización del coche y del avión la que sube a pie a la montaña, son los individuos más civilizados de los pueblos más civilizados los que se ponen a estudiar la vida de los “primitivos”, los que describen y ensalzan sus costumbres. Cuanto más nos distinguimos de ella, cuanto mejor la conocemos, más experimentamos el sentimiento de la naturaleza pero, al mismo tiempo, más nos alejamos de ella. La hemos inventado al destruirla y esta invención contribuye a su destrucción. Al final de este proceso se esboza un mundo en el que, destruida la naturaleza, el amor por ella sería más fuerte que nunca; y en el que el Edén original, alterado desde la primera intervención humana, se realizaría al fin en estado puro en un puñado de regiones de la tierra (o de nuestra vida) cuidadosamente organizadas. La experiencia de la naturaleza es hoy en día inseparable de la de su destrucción. Si queremos recuperar la naturaleza, primero tenemos que hacernos cargo de que la hemos perdido.”

Bernard Charbonneau




“En la base de mi obra y probablemente de mi existencia, existe la conciencia de un gran cambio.”

Bernard Charbonneau



"Es hora de poner fin a los equívocos […], es hora de desprenderse de afirmaciones demasiado tímidas sobre el plano social: hemos llegado a un punto en el que ya no se trata de continuar, sino de hacer un mundo."

Bernard Charbonneau



“Hoy en día, toda doctrina que se niegue a considerar las consecuencias del progreso, ya sea porque considere secundarios tales problemas (ideología de derechas), o porque los divinice (ideales de izquierdas), es contrarrevolucionaria. Lo que caracteriza al mundo totalitario en el que vivimos es la simbiosis de política y de técnica, el acuerdo entre la voluntad de poder de los jefes de Estado y la curiosidad objetiva, el sentido mecánico, la estrecha docilidad de los técnicos. Debemos recuperar el control de nuestros medios. Si no reducimos el progreso técnico a la condición de un instrumento, y ese es el significado de la bomba atómica, pereceremos aplastados por las fuerzas que hemos desatado. No es un domingo en el campo lo que necesitamos, sino una vida menos artificial.”

Bernard Charbonneau



"Podemos imaginar un progreso técnico que tendría como objetivo crear para el hombre condiciones de libertad: por ejemplo, dándole tiempo en lugar de confort, buscando los medios que le permitan desarrollar su cuota de iniciativa, su poder de acción personal. […] [Esta perspectiva es revolucionaria] porque implica una ruptura en la dirección seguida hasta ahora y desembocaría en instituciones y en máquinas que no sólo serían más complicadas o más sofisticadas, sino diferentes."

Bernard Charbonneau



“Todo lo que nos parecía eterno: los álamos del barranco de Cambes, el hielo de la Antártida, el otoño en la playa de Fouras, todo esto no será más que provisional. La helada matinal de enero, las tibias noches de verano, todo esto dejará de ser indestructible y eterno. El mundo de los hombres es una casa embrujada por la presencia de la muerte, donde ahora es imposible vivir desinteresadamente.”

Bernard Charbonneau













No hay comentarios: