Ernst Kreuder

"Continuamente me veía sumido en la idea de la existencia de dos tipos de personalidades, la delictiva y la extranjera. He estado recorriendo el mundo como un hombre que se inclina a cada paso para recoger una flor, pero que no mira a su alrededor. Quizás estemos atrapados como los peces en el acuario. Tal vez todos hayamos nacido en un acuario y el agua es la única vida, pero carecemos de protección contra el tic tac del reloj y nos sentimos extraviados. Debemos tratar de aprender, de buscar, no sólo de desear buscar, de esforzarnos antes de que la búsqueda invisible, del exterior al interior, sea infructuosa a causa del crepúsculo del tiempo, se pierda en el mundo visible. Hay tantos relojes, pero no escuchamos el devenir de las horas. Deberíamos alejarnos de la periferia. ¿Acaso la gran guerra no dilapidó la esencia del ser? No somos rebeldes, ni anarquistas, pero condenamos el derrocamiento violento de nuestro trabajo y asumimos el Derecho como una arcaica orden esotérica. El más ominoso de los crímenes es ser ejecutado por un delito que no puede ser expiado."

Ernst Kreuder
Imposible de hallar


"La inmutabilidad presidía los días postrimeros de la guerra. Pensaba con frecuencia en nuestros jardines. Albergaba la esperanza de que, de ahora en adelante, después de lo que había pasado, el olor de la tierra no aullara fugitivos cartuchos de acero. ¿Puede la paz salvar al mundo de dos décadas de guerra? ¿Estamos satisfechos con nuestra vida? Poco importan los datos biográficos, sólo son meras variaciones. Hablamos de una vida prolongada en un mundo que, básicamente, conforma la gigantesca presencia de una ininteligible apariencia. ¿Quién no querría permanecer oculto? Quizás debamos cubrir nuestros oídos para no sentirnos engañados, estafados, para no caer de nuevo, algún día, en el hedor de las fosas comunes. Las masas, como almas sin escrúpulos y destinos desenfrenados, llenarán las tumbas. ¡Ay! me pregunto por qué no transformamos los cuarteles en escuelas amatorias. Por la mañana vamos a la escuela, al mediodía contraemos matrimonio, vamos a la oficina y por la tarde nos enviarán a la guerra, en vísperas de la noche atravesaremos alambres con púas, por la noche yaceremos en la triste cama de un hospital, celebrando nuestro cumpleaños con laxantes y habrá llegado el momento de decir adiós al mundo."

Ernst Kreuder
Entre sin llamar


"Sin el aditamento de la fantasía y la tensión de alto voltaje, sobreviene la abulia. Los ríos fluyen y vierten en la orilla su agua contaminada, envenenando peces y plantas. Cada pensamiento debe hilar más fino que el gas más tenue, para poder pasar a través de las grietas de la realidad hacia lo ignoto, porque es ahí donde comienza la verdadera realidad, en tierra de dragones y enanos. Cuando éramos niños lo sabíamos sin entenderlo. La verdad ha de ser formulada, de lo contrario se pierde en un verde vagón. Muchas personas no viven, porque carecen de tiempo. Son como cadáveres enviados a laborar. Las ciudades están colmas de ellos. Se retuercen y retozan como la lluvia, adictos a las delicias. Incluso si dispusiéramos de la piedra filosofal, no alcanzaríamos la sabiduría. Damos vueltas en torno a la plaza del mercado, hemos de ingresar en un sanatorio, ser lapidados. En otros países -me han dicho- no es tan terrible. No me siento atraído por la pretensión de narrar, prefiero vivir inmerso en las historias. Confío, a través del artificio, en trascender la realidad de las imágenes y calcomanías y flotar lejos, en la irrealidad."

Ernst Kreuder
La compañía del ático





























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