Jacques Lacarrière

"Ahora percibo lo que puede ser el Verano griego, y sobre todo lo que no puede ser: es el relato de una amistad, de una relación en el sentido amoroso del término con un país, un pueblo, una historia común y unos dramas compartidos. En consecuencia, es injusto, es parcial. No puedo considerar a los griegos una entidad demográfica: en Grecia he conocido a personas que me han exasperado y a otras que me han fascinado. Había de quien huía y a quien buscaba. Hay regiones a las que nunca he tenido ganas de ir, otras de las que no conseguía desligarme. Todo esto constituye mis vínculos con Grecia: de la belleza fija y azul a la tormenta y los meltemis interiores, mis lazos han pasado por todos los estadios. Y en ninguno de estos estadios, mi mirada sobre este país ha sido objetiva, y sé que no lo será nunca."

Jacques Lacarrière
Verano griego


"Alonissos. Basta con escribir ese nombre que quiere decir "la otra isla". Palabra inquietante: la isla real sería motivo de reflexión, ¿el doble de la isla real, invisible a nuestros ojos, o el último vestigio de una isla desaparecida? Se trata de una tranquila y apacible noche que desciende muy lentamente sobre la isla, sin prisa, de una oscuridad voraz que sólo tienen las islas del sur. La casa, tan blanca desde el amanecer, se empaña lentamente hasta sumirse en la tiniebla y se colma al atardecer de una duda que en Francia se equipararía a la diferencia entre una avispa y una abeja. Contemplo la noche desde lo alto de una terraza con vistas al puerto. Escucho cada noche los mismos sonidos: el estrepitoso rebuzno de un jumenco (pero ahora el otro no responde, tuvimos que llevarlo al interior cargando barriles de resina porque se aproxima el tiempo de cosecha y me lo imagino serpenteando por el sendero del Votsi mientras realiza aparentemente su labor, aguzando el oído en la distancia; dos mujeres gritan a sus hijos que no se preocupen, que podrán alegrarse al ver el puerto. Ahora que la noche es sumamente oscura, que apenas se distingue el horizonte, la escarpada isla de los dos hermanos permanece separada por un estrecho canal que asciende a la misma altura (podrías sentir el deseo absurdo de comprender la fraternidad que encierra la caída de estas rocas en la tierra) De modo que ahora aguardo el sonido final del crepúsculo, el ruido del motor del barco, que siempre vuelve a puerto, apostándose en el muelle. Es el barco de Barba Yannis."

Jacques Lacarrière
L'Eté grec



"Estamos inmersos en el mal como en medio de un mar contaminado sin limpidez para el ánima, a no ser que la Gnosis sea capaz de purificarnos. De ahí el carácter fundamentalmente erróneo de todas las empresas e instituciones humanas: el tiempo, la historia, los poderes fácticos, los estados, las razas, las naciones, todas esas nociones están infectadas con esta primera tara. [...] ¿Cómo podría una Divinidad Suprema concebir increíbles secuencias, mecanismos, destrucciones, masacres que constituyen el ejercicio mismo de la vida?"

Jacques Lacarrière
Los gnósticos


"Mi primer viaje a Grecia tuvo lugar en 1947, el último en el otoño de 1966. Mi última imagen: una isla del Mar Egeo, sin árboles, con una sola aldea y un paisaje desnudo en el que miseria y belleza se alían como dos vertientes de una misma colina."

Jacques Lacarrière



"No sé exactamente por qué motivo -es decir, con qué finalidad manifiesta o expresable- he viajado por Grecia durante veinte años y todavía menos por qué escribo este libro, salvo por compartir lo que amo, desde luego no para construir una obra universitaria ni científica. Todo esto para decir que durante veinte años -y más aún si vuelvo a Grecia en el futuro-, he tenido y tendré que saber arreglármelas. En más de veinticinco viajes a Grecia durante estos años, tan sólo en dos o tres ocasiones he salido con dinero suficiente para volver a Francia. Sin embargo, y a fin de cuentas, esto no tiene ninguna importancia en sentido estricto, ya que ni me ha impedido viajar ni me ha obligado a escribir otra cosa que no fuera lo que yo he querido. No me he muerto de hambre ni de frío ni de enfermedad, y cada nuevo viaje, por su incertidumbre y azar constantes, era para mí como el primero. De hecho, le debo a esa escasez de dinero -que he maldecido más de una vez, claro está- el haber conocido, vivido y recorrido Grecia como un griego más; un griego del pueblo llano, se entiende, y he convivido con ellos durante todos estos años, a menudo alojado en sus casas."

Jacques Lacarrière
Verano griego


















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