Mary Lavin

"… Cada vez que pienso en lo que significa ser joven, mi mente se inunda de imágenes de un chiquillo, un chiquillo corriendo por tierras despobladas bajo un cielo plagado de pájaros. Mi padre hizo míos sus recuerdos."

Mary Lavin
En un café



"Desde la muerte de nuestro padre, el padre Hugh había sido el amigo más íntimo de la familia, aun sin ser íntimo de ninguna de nosotras en particular, ni siquiera de madre. Vivía en un monasterio cerca de nuestra granja en el condado de Meath, y fue uno de los oficiantes de la misa solemne de réquiem que la importancia política de nuestro padre había requerido. Lo conocimos aquel día, y a partir de entonces empezó a visitarnos, con la intención de llenar el cráter de soledad que se había abierto en nuestro núcleo. Él mismo ignoraba que existía un vacío en su propia vida, y menos aún sospechaba que lo llenaríamos nosotras. Por aquel entonces, madre y él eran jóvenes, y tal vez más de uno se escandalizara por las frecuentes visitas a nuestra casa hasta pasado el crepúsculo, y por qué no se lo pensase dos veces si tenía que quedarse toda la noche por algún motivo en particular; por ejemplo, que alguna estuviera enferma. En ocasiones incluso dormía en casa cuando llovía demasiado para regresar a la suya atravesando los campos."

Mary Lavin
Felicidad



"La vida era igual en las tinieblas y a la luz. Era igual para la solterona y para la desliñada madre de familia. Siempre eras tú misma, independientemente de donde fuera o lo que hicieras."

Mary Lavin
En un café




"… Lo único que hago es darle mi opinión … Y lo que pienso, si me permite que se lo diga sin rodeos, es que sus cuentos, en su forma actual, por muy buenos que sean, nunca atraerán a un hombre. Puede que atraigan a las mujeres. Pro nunca atraerán a los hombres. Un hombre leería una o dos páginas de su trabajo y lo desecharía. Porque -hizo una pausa-, porque un hombre busca algo con un poquito de sustancia, ¿sabe lo que quiero decir? Un hombre busca algo más denso, no sé si me explico.
-Sus cuentos, por el contrario, son muy flojos. No tienen apenas argumento…
-Y los finales -prosiguió-. ¡Sus finales son malísimos! No son finales. ¿Sus cuentos se interrumpen a medias! ¿Puedo preguntarle por qué?
Me temo que esbocé una sonrisa desdeñosa.
-La vida tiene muy poco argumento -contesté-. La vida normalmente se interrumpe a medias.
-Mi consejo es que les dé más forma sus cuentos, más argumento; ¡deles una esturctura, por así decir!
-¡Pero eso sería distorsionar la verdad! -protesté, con intención de desarrollar una respuesta.
-¿Por qué dice eso? -exclamó, cortándome-. Puede que haya veces en que la vida parece carente de forma, que nuestras acciones no tengan nada que ver unas con otras, pero igualmente hay miles de veces en que los incidentes de la vida no solo manifiestan una estructura, ¡sino que esta estructura está tan clara y bien marcada como el diseño de esta alfombra!"

Mary Lavin
En un café










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