Alain Mabanckou

"Al día siguiente, el primer ciudadano de Mossaka convocó una asamblea extraordinaria de ancianos, se tomó una decisión de emergencia, había que capturar al papá Kibandi por sorpresa, confiaron pues a dos valientes la misión de ir a acorralar a la vieja rata en el bosque, éstos se armaron con escopetas del calibre 12 mm y azagayas envenenadas, cercaron la zona de la sabana indicada por Tembe-Essouka, neutralizaron las ratas de las inmediaciones, descubrieron al pie de un framboyán la entrada a una ratonera disimulada con hojas muertas, cavaron y cavaron durante media hora hasta que arrinconaron el animal senil que se movía con dificultad, quizá supiera que había llegado su hora, que ya no podría salir del apuro esta vez, levantó el morro, mostró los incisivos en señal de amenaza, ya no asustó a nadie, inspiraba más bien lástima, un líquido ambarino le goteaba del hocico, fue cuando uno de los muchachos armó su azagaya, la proyectó hacia el animal que chilló mientras chorreaba de él un fluido tan blancuzco como el vino de palma, una segunda azagaya le hizo volar en añicos los sesos y, como si eso no bastara, los doce muchachos vaciaron el cargador de sus escopetas sobre el animal aunque ya estuviera muerto desde hacía rato.
Cuando éstos regresaron al pueblo, oyeron con sorpresa la proclamación de la muerte del papá Kibandi, nadie acudió a casa del difunto, el cadáver del viejo yacía en el salón, con los ojos desorbitados, en blanco, y la lengua, de un color azul índigo, le pendía hasta la oreja derecha, el cuerpo ya se estaba pudriendo, un olor pestilente flotaba en los alrededores, y hacia el final del día, cuando empezaban a caer las tinieblas, la mamá Kibandi y mi joven dueño enrollaron el cadáver en hojas de palmera, lo llevaron lejos en el bosque, lo enterraron en un platanar, regresaron al pueblo con toda discreción, prepararon varios bártulos y salieron pitando al apuntar el alba sin dejar rastro, siguieron el horizonte, vinieron a parar aquí, a Sekepembe, donde yo ya me encontraba, los había precedido en cuanto vi errar al otro yo de mi joven dueño para anunciarme la marcha inminente de ese pueblo del Norte, supe así que había que tirar millas hacia el sur, hacia un pueblo llamado Sekepembe, así fue como nos convertimos muy a nuestro pesar en habitantes de este pueblo, un pueblo de acogida en que habríamos podido vivir perfectamente una vida normal."

Alain Mabanckou
Memorias de un puercoespín



"Cuando se dice “Usted es un escritor negro”, ya se ha dado una definición. No se le deja a uno la posibilidad de definirse a sí mismo. Uno está definido, etiquetado. Cuando alguien dice “escritor/a negro/a”, lo dice en un mundo donde forzosamente hay una distinción de color. Algo diferente es decir que uno es un escritor africano. Ahí ya no hay definición por las características físicas sino por el espacio geográfico. Si alguien dice “Usted es un escritor africano” está dando la posibilidad de decir también que es un escritor africano blanco, por ejemplo, lo que amplía las cosas. Solamente quiere decir que uno viene de algún lugar de África y que de ese lugar sale una voz literaria. En Francia soy un escritor franco-congoleño."

Alain Mabanckou


“La literatura francófona sigue estando infravalorada y se sigue pensando que está escrita por gente con acento y que vienen de las antiguas colonias.”

Alain Mabanckou


"No es necesario cuestionar la literatura por su utilidad. Hay escritores/as que escriben pensando que son inútiles, que no cambian el mundo, que cantan la felicidad de la nieve, que piensan que no piensan sino en ellos mimos... En fin, no hay que pensar siempre que la literatura debe tener determinado color, una función única. Para mí, la literatura cambia el mundo porque permite tomarle la temperatura al imaginario del ser humano. Yo soy africano, sé que la literatura cambió mi continente. La literatura se usó para luchar contra la colonización o contra los regímenes dictatoriales, tuvimos lo que se llama literatura comprometida. Édouard Louis está en un proceso de compromiso... con la identidad individual, social y sexual. Es lógico que su literatura tenga una misión. Pero yo sigo abierto a los que pueden hacer literatura sin sentirse obligados a investirse de una misión."

Alain Mabanckou



“No puedo volver al Congo, el presidente me tiene vetado porque al parecer soy un peligro.”

Alain Mabanckou



“Tenemos que juntarnos para crear una literatura africana.”

Alain Mabanckou


“Todos nos necesitamos mutuamente.”

Alain Mabanckou


"Uno es escritor porque falta algo en nuestra memoria, porque queremos llenar los agujeros de la memoria. Lo que diferencia al escritor de la persona que hace strip-tease es que la personas que hace strip-tease se quita la ropa para hacerse ver, para mostrarse, mientras que el escritor, por el contrario, intenta abrir las cosas para ocultar un poco su dificultad, su soledad."

Alain Mabanckou








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