Alejandro Martín López

"El piguim es un mundo simultáneamente similar y diferente al que habitan los seres humanos. Por una parte, se suele mencionar que «todo lo que hay abajo, hay arriba», es decir, que en piguim están presentes de igual modo todas las cosas y especies de la tierra. De modo que los habitantes del cielo conforman una sociedad humana con el mismo tipo de vínculos que los moqoit tienen entre sí. [...] Los poderosos seres no-humanos que habitan en el cosmos son excesivos y poseen una gran variedad de regímenes corporales. Sus características excesivas, inmoderadas (entre las que se incluye muchas veces la voracidad y peligrosidad) parecen ser consecuencia de su superabundancia de potencia y vitalidad. [...] La interacción con estos seres poderosos es imprescindible para los humanos, ya que los dueños son la fuente de los recursos de los cuales depende la vida humana. Esta interacción debe estar regulada porque los dueños son excesivos, anómalos y están fuera de la sociabilidad humana ordinaria. De hecho, algunos moqoit sugieren que cuando se ve a un poderoso no hay que mirarlo a los ojos ya que si «te mira de golpe te deja frenado». Los poderosos son inesperados y desconocidos como los extranjeros que aparecen repentinamente y se comportan de maneras no esperadas. [...] El piguim, como ámbito particularmente potente, es un escenario de muchas señas para los seres humanos. Ante los cometas u otras luces poco frecuentes en el cielo, la pregunta habitual que se formulan los moqoit es «¿de qué son seña?»."

Alejandro Martín López
Tomada del libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? de José Antonio Caravaca

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