Avelino de Almeida

"Desde lo alto de la carretera donde se aglomeran los carruajes y donde permanecen muchos cientos de personas, que no se atrevieron a meterse en la tierra enlodada, se ve toda la inmensa muchedumbre volviéndose hacia el sol, libre de nubes, en el cénit. El astro parece una bandeja de plata sin brillo y se puede mirar el disco sin ningún inconveniente. No quema, no ciega. Diríase que está habiendo un eclipse. De repente se levanta un tremendo clamor y a los espectadores que estaban más cerca se les oye gritar: “¡Milagro! ¡Milagro! ¡Maravilla!”. Ante los ojos deslumbrados de aquellas gentes, cuya actitud nos trasplantaba a los tiempos bíblicos y que, pálidos de asombro, con la cabeza descubierta, contemplaban el azul del cielo, el sol vibró; el sol hizo movimientos bruscos nunca vistos, contra todas las leyes cósmicas; “el sol bailó”, según la típica expresión de los campesinos."

Avelino de Almeida
Sobre el milagro de Fátima


"Se ve a toda la inmensa multitud volverse para el Sol, que se muestra libre de nubes, en el cenit. El astro recuerda una placa de plata mate y es posible mirar el disco sin el mínimo esfuerzo. No quema no ciega. Se diría que se estaba produciendo un eclipse."

Avelino de Almeida

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