Daniel Wilhelm

"El sueño es, ante la mirada del ego, un enigma indescifrable, un territorio confuso y extraño, en el que el soñante, si bien se reconoce a sí mismo como protagonista, suele sorprenderse de los lugares, objetos, personajes y situaciones, como así también de sus propios pensamientos, sentimientos y acciones. A pesar de todos sus logros tecnológicos, el hombre moderno no parece estar del todo exento de los desafíos que de modo simbólico y metafórico se describen en los antiguos mitos y leyendas. En sus sueños, como en su vida real, suele enfrentarse a pruebas y situaciones en las que se exige de él una actitud distinta y trascendente, marcando con ello la posibilidad de dar un paso fundamental en el camino de su individuación, o en caso contrario, permanecer en el estancamiento de su situación actual, caracterizada por un incesante e infructuoso intento de liberación de su ciclo inalterado de repeticiones, prisionero en su propia rueda del «samsara». Es aquí donde, desde algún lugar de lo más profundo de sí mismo, el símbolo onírico se presenta como un recurso psíquico que posibilita una oportunidad de trascendencia y libertad. El símbolo onírico constituye, así, un importante elemento de cambio y transformación."

Daniel Wilhelm
Tomada del libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? de José Antonio Caravaca

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