Elisa Lerner

“A esa edad (once años) mi padre me regaló unos zapatos muy lindos, abiertos en la punta y adornados con una trenza que remataba en un lazo. Me pareció que aquéllos eran zapatos de escritora y así se lo dije a mi padre: «Papá», le dije, «estos son zapatos de escritora. Ya estoy armada para ser una escritora.”

Elisa Lerner



"El hombre ha sido dueño de las técnicas. La mujer escribe como si estuviera bordando, laboriosamente, con matices y mucha ironía. La épica fulgurante es más del hombre, quien ha necesitado de lo épico. Nosotras somos más modestas. El hombre ha podido observar y dominar al mundo, la mujer ha espiado. Por eso el chisme, que es un susurro malicioso y resentido, porque la mujer no ha podido hablar en voz alta."

Elisa Lerner



"En el rectángulo de la esquina seguía incólume la plaza de La República. Ahí el sol parece trajeado por nubes como arrancadas de un velo de novia. No es ese verdugo sin cordura tan frecuente en el trópico. Mi infancia cree recordar, entre los parterres, criadas de uniforme azul ligeramente grisoso y delantales blancos. Trastienda del deseo de los hombres sus traseros muy orondos, sol amigable y tibio instalado en lo bajo con intimidad de vida. Y como en las camareras inglesas de Mayfair una cofia igual de blanca: rosa amputada que ha encontrado cobijo en sus cabezas."

Elisa Lerner
La señorita que hablaba por teléfono



"En mi personilla, el sufrimiento de la gordura y el sufrimiento del arte se convierten en la misma cosa. No ha sido la influencia de un Kafka o de un Cortázar lo que me ha conducido a un envidiado triunfo literario, sino henchidos platos de avena Quaker, rebosantes tazas de chocolate. Una mujer gorda no tiene a nadie a su lado. Una mujer gorda sueña siempre. Escribe siempre. ¡Triunfa!"

Elisa Lerner
Carriel para la fiesta


“Hay un sentimiento soterrado, y a veces muy explícito, en nosotros los venezolanos. Más que una conceptualización es eso, una suerte de sensación, un sentimiento: la sensación y el sentimiento del fracaso. Algo profundo en nuestro sentir colectivo se relaciona orgánicamente con lo fallido, lo truncado, lo abortado, lo desgarrado, lo desviado, lo extraviado (como una flecha que no logra dar en el blanco)”.

Elisa Lerner



"La literatura es de una doméstica universalidad o de una universalidad doméstica..."

Elisa Lerner



"La literatura que ilusiona en un país casi siempre es póstuma."

Elisa Lerner




 “—La mujer no quiere al hombre que la viste. La mujer quiere al hombre que la desviste./ —Pero, en la actualidad, ¿quién desviste a la mujer si, previamente, está desnuda?/ —En estos días ella se desnuda a sí misma y no espera que ningún hombre venga a ayudarla. El mundo del trabajo la ha enseñado a ser pragmática, eficiente. Solo las mujeres dependientes, perezosas, torpes, tardías de movimiento estarán a la espera del hombre que venga a desnudarlas”. (…) —¿No albergas la esperanza de que un macho pueda, aún, hacerte una proposición? —¿Cómo saberlo? —Facilísimo. Cuando una mujer es deseada —¿tienes veinte, tienes treinta años?—, los hombres hablan un lenguaje mudo pero elocuente. Cuando se da el raro caso de que una mujer venezolana sea deseada después de los treinta, el hombre lo expresa en seco lenguaje verbal: —‘Sí, sí, vámonos al hotel’/ —Que yo sepa, el hombre no hace uso de lenguaje alguno, porque ya no propone (no desea)”

Elisa Lerner




"Mirla no está propiamente gorda. (Sálvenos Dios de ser cruel, como en su tiempo lo fueron las gacetilleras de Hollywood!). Pero empieza ella a tener la anchura rotunda de muslos, alguna vastedad de caderas poderosas que asedia a las mujeres que bordean la laguna no siempre cenagosa de los cuarenta años, es posible que una cascara de celulitis, comience alojarse en el cuerpo – Mirla Castellanos. La celulitis es una solidaridad que las mujeres estamos aprendiendo a ejercer, después de tenaces jornadas en atenta lectura de las revistas femeninas. Porque Mirla- con un círculo maligno de celulitis curvándole el destino risueño del cuerpo...
Pero aun afanándose en medio de la ilusión nocturna lentejuelas, para atraer a los hombres en medio de la ilusión nocturna de lentejuelas, para atraer a los hombres, puedes representarnos como nadie a nosotras, las mujeres- que ya han pasado los 40 años- sólo somos un puro absoluto, sufrir, un fogoso sangrar, un crónico cocinar."

Elisa Lerner
Crónicas ginecológicas


"No es necesario haberse acostado con un hombre para amanecer cantando."

Elisa Lerner










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