Gaëtan Gatian de Clérambault

“Cuando aparece el delirio, la psicosis ya es vieja.”




“El delirio es el conjunto de los Temas Ideicos y de los sentimientos adecuados o inadecuados, pero conexos, así como el tono mórbido que les sirve de base. La psicosis es ese mismo Delirio, más el fondo material necesario para producirlo y desarrollarlo. Los Temas Ideicos están entonces lejos de ser la Psicosis, son producciones secundarias, secundarias en los dos sentidos de la palabra. Son productos intelectuales sobreagregados.”

Gaëtan Gatian de Clérambault


 “Las perturbaciones psíquicas finas y específicas: perturbaciones del humor, alucinaciones, ideas e impulsiones, pueden depender de una afección neurológica focal, de tipo irritativo (espina) cuyas modalidades pueden depender de las electividades del tóxico o de la lesión de que se trate.”

Gaëtan Gatian de Clérambault





Testamento hológrafo de G. G. de Clérambault

Yo expío la única falta de mi vida. En 1929 compré un cuadro proveniente, se me aseguró, de una sucesión ya antigua, cuyos herederos lejanos no habían podido ser reunidos, de tal manera que no perjudicaba a nadie. Jamás consideré revenderlo, y quería legarlo al Louvre. Yo no sabría cómo restituirlo. La sucesión sería la de un tal Jehn, restaurador de cuadros muerto en torno a 1914. Yo hago el sacrificio de indicar el motivo de mi muerte para evitar a mis derechohabientes dificultades inmerecidas (1) . Podría destruir este cuadro, no quiero hacerlo, no tengo derecho.

Todos mis actos profesionales han sido escrupulosos al más alto grado. Cualquier aserción contraria ha sido y será calumniosa. Por mi desdén por los beneficios, mi incuria hacia mis intereses, mi carencia total de sentido práctico, mi independencia, la estricta observación de mis deberes, mi pasión por cualquier causa noble, he sido un idealista, como lo reconocerán incluso muchos de mis enemigos.

Lamento no haber muerto en el frente, en una época en la que mi conducta me valía la aprobación de todos –tal como lo muestra la pieza que adjunto.

Lamento morir inútilmente.

Lamento morir sin haber conocido el fin del período peligroso que atraviesa en este momento Francia. Apenas me atrevo a escribir «Viva Francia».

Estoy espantado con la idea de que voy a provocar otro escándalo más repercutiendo sobre mi país y sobre mi administración; y sin embargo, qué diferencia entre mi capricho imprudente y la codicia de todos aquellos con los que se me comparará sin razón.

Pido perdón al recuerdo de mi padre y de mi madre, a mis camaradas de combate, a mis amigos, a mi administración, que tan fielmente he servido, a todos con los que me siento solidario, incluida mi casta de origen, y sobre todo a mis colegas alienistas, siempre tan fácilmente incriminados y, sin embargo, de un valor moral tan elevado. Ellos saben que he vivido laborioso y casi ascético, sin ambición, satisfecho con mi pobreza, incapaz de una concesión y de un cálculo interesado. Habría sido necesaria una tentación de arte y una ilusión pasajera para no cometer un acto dañino, para anular el renombre de toda una vida. Los que me han conocido verdaderamente no se avergonzarán al hablar de mí. Yo no merecía tener tal flaqueza. Soy castigado más que ninguna otra persona con la pérdida de los resultados de toda mi labor. Los documentos atesorados durante 40 años serán dispersados. Verdades importantes que he vislumbrado vuelven a caer en la nada. Sería, sin embargo, deseable que mis clichés etnográficos (más de 4.000) fuesen depositados en el Museo del Trocadero o en la Sdad. de los Africanistas (Museum) –o vendidos a una Sociedad de Edición de Arte.

El testamento con fecha de Enero de 1934, por el cual nombraba dos herederos elegidos fuera de mi familia, queda revocado. Lego todos mis haberes a la Asistencia Pública.

Firmo con pesar por un apellido que recibí tan puro y al cual hice honor durante mucho tiempo.

Dr. G. Gatian de Clérambault.

17 Noviembre 1934














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