María de Maeztu y Whitney

“Aunque, naturalmente, tratarnos de proporcionarnos con este club un lugar cómodo y agradable en el que entretenernos algunos ratos, es algo más que un centro de recreo lo que se pretende hacer. Se intenta facilitar a las mujeres españolas, recluidas hasta ahora en casa el mutuo conocimiento y la mutua ayuda. Queremos suscitar un movimiento de fraternidad femenina...”

María de Maeztu y Whitney




"El progreso de Inglaterra se debe, no a las peculiares condiciones de la raza y el clima, sino a los elementos predominantes en la dirección de aquel país, singularmente a la acción social de la escuela."

María de Maeztu y Whitney



"Es verdad el dicho antiguo de que la letra con sangre entra, pero no ha de ser con la del niño, sino con la del maestro."

María de Maeztu y Whitney



"La mujer no ha tenido que luchar sólo contra la tiranía del varón, sino contra la tiranía de las mujeres que los manejan."

María de Maeztu y Whitney


"No hemos dedicado en el horario una sesión para la enseñanza dogmática de la moral porque creamos que en estos primeros años de vida escolar la maestra debe aprovechar todas las oportunidades que se presentan en clase para que los niños se vayan formando en las normas de conducta que han de orientar su vida. Nos hemos preocupado muy sinceramente de formar el sentimiento religioso de los niños como parte esencial de nuestra labor educadora."

María de Maeztu y Whitney



"Soy feminista; me avergonzaría de no serlo, porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar, como persona, en la obra total de la cultura humana. Y esto es lo que para mí significa, en primer término, el feminismo: es, por un lado, el derecho que la mujer tiene a la demanda de trabajo cultural y, por otro, el deber en que la sociedad se halla de otorgárselo.
(…)
Justo es proclamar muy alto lo que ya repetidas veces se ha dicho: los mayores enemigos del feminismo no son los hombres, sino las mujeres: unas por temor, otras por egoísmo. Las primeras, al oír hablar de emancipación, de independencia económica, no ven tras de estos tópicos sugestivos más que la perspectiva triste de ganarse la vida trabajando a jornal en las industrias, víctimas de una explotación miserable. Esta independencia es para ellas, con razón, la peor de las esclavitudes. Puestas a elegir entre la sumisión al patrono o al marido, todas las mujeres prefieren la última. Contra lo que afirmaba Stuart Mill, la sumisión de la mujer al hombre por medio del matrimonio es, en esas circunstancias, la única liberación posible. Las segundas no quieren oír hablar de emancipación económica, porque lo único que desean es encontrar un marido en ventajosas condiciones, cosa que se hace más difícil si las mujeres demandan un puesto en la economía social. Para unas y otras el feminismo no es una idea liberadora, sino una promesa de esclavitud. Por eso, la primera tarea a realizar es la de preparar a nuestras mujeres, y claro está que yo confío, como único y exclusivo medio, en la educación, que al salvar las sustancias ideales que lleva dentro, ignoradas por ella misma, le dará fuerza para descubrir nuevos mundos, no sospechados hasta ahora."

María de Maeztu y Whitney
Lo único que pedimos










No hay comentarios: