Chiara Matraini

Estos vientos contrarios y tan fieros...

Estos vientos contrarios y tan fieros
que a las olas golpean en las rocas,
son cual de mi enemigo el gran orgullo
contra mi alto y mi firme pensamiento.

Y esas hórridas nubes tan sombrías,
donde la tempestad más se enardece,
son como mis congojas pesarosas,
contra mi paz guerreros desalmados;

y la cansada y débil navecilla
que trunca está de mástiles y jarcias,
sin timonel entre terribles ondas,

como mi alma afligida, y de su estrella
privada y separada de su anhelo,
cuando el cielo su luz al alma esconde.

Chiara Matraini



Fiera yo soy de este lugar umbrío

Fiera yo soy de este lugar umbrío
que con la flecha en la mitad del pecho
huyo, triste, el final de mis pesares
y el cerco que me oprime lentamente.

Y cual ave que el fuego entre las plumas
siente arder, por lo cual volando sale
del dulce nido, mientras del incendio
huye, el fuego reaviva con las alas;

así yo al aura estiva entre las sombras,
volando a lo alto en alas del deseo,
busco escapar del fuego que me quema.

Pero cuando más voy de orilla a orilla
huyendo de mi mal, con fiero asalto
lenta muerte procuro al vivir corto.

Chiara Matraini



Regresa, alma del cielo, blanca luna

Regresa, alma del cielo, blanca luna
luciente y bella, al círculo primero
y con tu acostumbrado albor renueva
la diadema de plata, ahora empañada.

Deja que por la tierra en sombra oscura
tu querido Endimión cazando vaya
la fiera que le plazca, y de tu lumbre
junta rayos eternos en tu frente.

Vuelve al divino sol los bellos ojos,
única meta en ti veraz y digna,
poniendo el freno a tus veloces ciervos.

Rompe con un desdén honesto y firme
la niebla impía y vil que te oscurece
tu cielo claro, lúcido y sereno.

Chiara Matraini
















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