Janet Malcolm

"El concepto de que el psicópata es, de hecho, una admisión de fracaso para resolver el misterio del mal, no es más que una reafirmación del misterio, y sólo ofrece una válvula de escape para la frustración que sienten los psiquiatras, trabajadores sociales y agentes de policía, que día a día encuentran su fuerza."

Janet Malcolm


"Scaring, un hombre alto y esbelto de sesenta y ocho años, es un abogado criminalista de Long Island muy reconocido. Tiene fama de aceptar casos que parecen perdidos de antemano y de ganarlos siempre. Ese, sin embargo, presentaba una dificultad particular. Para empezar, Borujova no era la única acusada; se juzgaba también a Mijaíl Mallayev, a quien se atribuía la ejecución directa del asesinato. Pero no era Scaring quien defendía a Mallayev. Su defensa recayó, por designación del tribunal, en un joven abogado llamado Michael Stiff, que no tenía la capacidad ifigenia en Forest Hills de Scaring para realizar proezas imposibles. Todo apuntaba a que Mallayev iba a ser condenado —había sólidas pruebas forenses contra él, además de testigos presenciales—, en cuyo caso también se condenaría a Borujova, pues había entre ambos una relación irrefutable: los registros de sus respectivos teléfonos móviles confirmaban que, en las tres semanas previas al asesinato, habían cruzado noventa y una llamadas.
Otro de los obstáculos que se interponían en el camino de Scaring para librar a Borujova de la cadena perpetua era el fiscal, Brad Leventhal, que, aun no teniendo la experiencia de Scaring —es veinte años menor—, es un letrado formidable. De baja estatura, regordete y con bigote, se mueve con la rapidez de una lagartija y tiene un timbre de voz muy agudo, casi femenino, que en momentos de exaltación se asemeja al falsete de un disco que gira a más revoluciones de lo que le corresponde. Hace muchos aspavientos con las manos; a veces se las frota con gesto expectante o las lanza al aire manifestando una agitación incontenible. Con su indumentaria de invierno —un abrigo y un sombrero negros— podría pasar por un empresario parisino o un psiquiatra búlgaro."

Janet Malcolm
Ifigenia en Forest Hills


"Todo periodista que no sea demasiado estúpido o demasiado engreído para no advertir lo que entraña su actividad sabe que lo que hace es moralmente indefendible. El periodista es una especie de hombre de confianza, que explota la vanidad, la ignorancia o la soledad de las personas, que se gana la confianza de estas para luego traicionarlas sin remordimiento alguno. Lo mismo que la crédula viuda se despierta para comprobar que se ha marchado el joven encantador con todos sus ahorros, el que accedió a ser entrevistado aprende su dura lección cuando aparece el artículo o el libro. Los periodistas justifican su traición de varias maneras según sus temperamentos. Los más pomposos hablan de libertad de expresión y dicen que «el público tiene derecho a saber», los menos talentosos hablan sobre arte y los más decentes murmuran algo sobre ganarse la vida."

Janet Malcolm


"Tomar partido es inevitable para un periodista. Todos lo hacemos. Lo importante es decirlo."

Janet Malcolm




















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