Émile Nolly

"Cansado de deambular arriba y abajo ante la casa en ruinas que debía custodiar, Hiên le Maboul se detuvó, apretó suavemente la culata de su rifle y entrelazó las manos en la parte lisa de la bayoneta. A su alrededor, los fusileros permanecían arrodillados o tras el dique, pudiendo vérseles a través de los agujeros de la valla la llegada de unas camaradas que figurarían como enemigos.
[...]
Hiên se cambió el mosquetón de hombro y emprendió la caminata, orgulloso de la misión especial que le habían confiado y sin sospechar siquiera que el teniente simplemente había querido evitarle la emoción de los disparos que terminarían por estallar.
[...]
Los vapores que flotaban en senderos opacos se difuminaron sobre el oscuro borde, barridos por el deslumbrante sol. Crestas de cinturones cobrizos y bayonetas brillaban bajo el monte; la patulla apostada en la cuneta de la carreta desapareció con los primeros disparos en la casa en ruinas."

Émile Nolly seudónimo de Emile-Joseph Détanger
Hiên le Maboul



"El diablo está en la música... En cada sílaba de su canción, cada vez que se rasga la guitarra y suenan los acordeones, mientras, a su alrededor, tres o cuatro, asienten con la cabeza y mueven el torso al ritmo de su música. Son unos cincuenta catalanes de Marsella que viajan en una cabina de tercera clase, una "batería", usando la jerga marítima, mientras el sol traza sus líneas por el horizonte de la tierra marroquí, comen, beben y fumen, sin apenas salir de su guarida, acompañados de sus guitarras y acordeones, de interminables sonidos lánguidos... El diablo está en la música."

Émile Nolly
El conquistador, diario de un indeseable en Marruecos


























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