Leonard Nolens

Bocio

Asomada a la ventana, con la mirada fija
en la profundidad, señala a los transeúntes
repitiendo una y otra vez:
la vida no es nada, no es nada.

Escuchad ese tono engatusador,
sus susurros y gemidos voluptuosos.
La vida no es nada, no es nada.

Henchido se le sale de la boca, un canto
a nuestra inutilidad, que me coloca
a la muerte en una clara perspectiva.
La vida no es nada, no es nada.

Y ya me marcho, la recojo de la
profundidad y la deposito en su cama
y me acurruco nuevamente contra ella.

Con un gesto brusco acerco su cara
y beso y seco todas sus lágrimas.
Con toda avidez como el bocio de su garganta
que ahora ella solloza en mis entrañas.

Leonard Nolens



Resquicio

Que esto no sea todo, esta vida silenciosa y oscura
como el sangrar cada mes de las mujeres.
Que yo sea de alguien, pero no hasta el extremo
de que me pierda en ella, en él, o haya de irme
porque nadie pueda levantar mi peso humano.
Escribo esto por espanto ante mi cara.

Estoy siempre en camino. No hallo descanso
en mí, tengo miedo cuando oyes arder mi paso lento
en las frías baldosas del pasillo hacia ti.
Se abre la puerta. Y a besos y mudos investigan tus labios
al hombre sombrío que te ladra en silencio
sus versos de amor. Dale tu cama. Deja en cada puerta

un resquicio.

Leonard Nolens



"Sentados desnudos a la mesa. Tus ojos iluminan el comedor."

Leonard Nolens

























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