Luis Pastori

Ausencia

Pero tal vez algo hubiera faltado.
Uno se acostumbra, a veces a la sombra
de una mano en el brazo,
a tocar la piel de una sonrisa
junto a los hombros,
a compartir el espacio de la sombra
de nuestro cuerpo
con un cuerpo amado que cabe justamente
en la sombra de ese espacio.

Luis Pastori




Campesino que estás en la tierra,
marinero que estás en el mar,
miliciano que vas a la guerra
con un canto infinito de paz;
nuestro mundo de azules boínas
os invita su voz a escuchar.

Luis Pastori




Himno Universitario

Campesino que estás en la tierra,
marinero que estás en el mar,
miliciano que vas a la guerra
con un canto infinito de paz;
nuestro mundo de azules boínas
os invita su voz a escuchar.
Empujad hacia el alma la vida en mensaje de marcha triunfal.
 
Luis Pastori con Tomás Alfaro Calatrava


Paréntesis en zoología para represar a la palabra “Amor”

Por la jirafa,
que aspira a morder la luna;

por la cebra,
que al nacer se revolcó en un banco
recién pintado;

por el asno,
que se robó la flauta de Bartolo
y que piensa –como todo el mundo-
que la grama es verde y que la luna
es oro;

por el galápago,
que heredó el peto de Amadís de Gaula
y que afirma, con risa subcutánea,
que su concha de anacrónica Edad Media
fue modelo en las fraguas de la Muerte
para el tanque blindado de esta guerra;

por el ratón,
que anda siempre temiéndole al estoque
de Hamlet;

por el mono,
que ahora sí tiene miedo de ser hombre;

por la mariposa,
cromática reducción del aeroplano;

por el loro,
dictáfono de chicos y grandes de la casa…

Y por todos los que a tiempo no acudieron
al refugio del Arca, y no sintieron
el bronce de las voces patriarcales,
Alicia –Sherezada, Blanca Nieve-
Alicia, mirlo blanco, yo te quiero!

(Del corazón del pez saltó Esmeralda)
y Aquiles del talón del oso blanco,
Penélope a la tela de una araña
y el gordo Tartarín a Rocinante).

Alicia: Jezabel, Martha, María.
Alicia: fuente limpia, rama nueva.
Alicia, uva del tiempo, corza mía.
Alicia, mirlo blanco, yo te quiero!

Luis Pastori




Siempre crece un pino

Marchándose sin prisa como vino
y agitado en su copa por el viento,
mi corazón es un arroyo lento
en cuya orilla siempre crece un pino.

En cuya orilla siempre crece un pino,
mi corazòn es un arroyo lento,
agitado en su copa por el viento,
marchándose sin prisa como vino.

Marchándose sin prisa como vino,
agitado en su copa por el viento,
en cuya orilla siempre crece un pino.

En cuya orilla siempre crece un pino,
mi corazòn es un arroyo lento,
marchàndose sin prisa como vino.
Sonetos intemporales

Luis Pastori

















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