César Rengifo

“Abajo los monopolios.”

César Rengifo



Ahora

Los traficantes de todas las guerras.
Los que han vivido siempre amasando
la sangre, el sudor, las angustias.
Los que han pisoteado violentos e impasibles
el derecho a la vida de todos los de abajo.
¡Los cuervos, los pulpos, los vampiros!
¡Ah, ya están de nuevo aquí con uñas y colmillos
con fuegos y aullidos!
Traen todos los llantos en sus morrales de odio.
Traen sed insaciable y ansias de reparto.
Desprecio por las penas y los pechos curvados.
Displicentes miradas a la tragedia inmensa
y un profundo gozar por lo que habrán ganado!
Y es por eso, es por eso que ahora,
con el dolor quemando al verso y la palabra.
Con el dolor encajando en la voz
su ascua violenta, tendremos que decir:
¡HAY QUE LUCHAR!
¡Luchar si, por el hombre, por lo que es el hombre,
por lo que será el hombre!
¡Con el dolor naciendo más allá de la calma
y la esperanza, con el dolor prendido
como una flor inmensa al corazón de las angustias!
¡Con el dolor por ver la tierra herida
y oir gritar la sangre en los más claros ecos!
Con el dolor, en fin, de hombre elementales
y humanos, tendremos que decir
¡HAY QUE LUCHAR!
¡Luchar por nuestra tierra, por nuestro pan,
por nuestro hijo, luchar para vivir
con la paz y en la paz de los hombres!

César Rengifo



¡Al principio fue el silencio!
El hombre, lo que sería el hombre,
yacía disperso en el fondo de las cosas.
El fuego,
el agua
el musgo,
inmóviles estaban. 
¡Por eso al principio fue el silencio!
Y en el silencio,
en ese vastísimo,
sordo,
gris, silencio,
dormían también las voces
y todas las palabras que habrían de pronunciarse.

César Rengifo



“El arte debe existir en función de la humanidad.”

César Rengifo




“El espectador recibirá entonces, a través de lo formal estético, la conmoción sensible necesaria para poder captar y mirar a profundidad una realidad, y actuar sobre ella. Eso lo busco en la pintura y en el teatro.”

César Rengifo






Que alguien nos traiga

Que traiga el sueño
entre sus alas
la rosa roja
de la alborada.

Que alguien nos traiga una rosa,
un pájaro cantarino
un guijarro, un jazmín,
un polluelo con su nido.

Que alguien nos traiga en su pecho
el paisaje más tranquilo
con la risa de columpios,
con arroyuelos y trinos.

Que alguien nos traiga en sus manos
algún cocuyo encendido
para que el campo desierto
renazca entre miel y trigo.

Que alguien nos traiga a la tierra
el mundo de los abrigos,
que los llantos de pobreza
se alejen de nuestros niños. 

César Rengifo



"Solo la creación justifica la condición humana."

César Rengifo



“... todos los seres humanos vienen predispuestos o tienen las condiciones para las artes, por eso, vemos que todos los niños cantan, bailan, precisamente la tendencia hacia el arte esuna de las afirmaciones del ser humano.”

César Rengifo




Tu forma musical

Junto a ti suena, resuena
la música el mundo...
el aire de los astros y las constelaciones
el que conoce rumbos más allá de la imagen
y vuelve de planetas oscuros y apacibles
es el mismo que toma tu limpia cabellera
y la torna en palpable y suelta melodía.
Es el mismo que ahora se escaba de tus manos
y hace crujir la hierba y cantar los maizales,
y el que ondula el arroyo y escribe con los pájaros
poemas espaciales. 

¡En ti vibra la música del átomo y la estrella
en ti vive muriendo y naciendo cada día;
de tus pies a tu vientre, a tu espalda, a tu frente;
desde la impenetrable noche que te hiere
hasta la claridad de tu fiel alegría!
¡Tiempo en el tiempo eres!
¡Arpegio planetario!
Árbol de constante raíz en el poniente
y frutos sobre el alba fraternal e infinita. 

¡Todo adviene en la música!
¡Hasta el silencio es ella estática y profunda!
¡Hasta la sangre es ella!
¡Hasta el mar es ella!
¡Hasta la muerte es ella!
Miro a un niño que canta.
Oigo a un niño que canta
y comprendo el sonoro himno de los astros.
Por eso de tus huesos perdurables y cósmicos
retoña como un rojo laurel la poesía.-

César Rengifo




Vital unidad

Somos de la sustancia que puebla el universo.
Entre nosotros brilla la esencia de la estrella
y cantan las galaxias y sueña la materia.
Adquieren su conciencia el polvo y las espigas
y se hacen pensamiento el átomo y la rosa.

Somos el agua, el fuego, la mariposa, el ave;
el metal y la roca, el caracol, el musgo.
El sonido, el color, las luces y las sombras.
Somos el alba a veces y a veces el crepúsculo.
Somos el medio día de billo indefinido
y la noche con soles y vientos apagados.

¡Somos el todo
y nada...
al pensar en la muerte!

¡Somos el todo eterno
si se piensa en la vida!

César Rengifo




Voces al compañero

El compañero llegó en un alba
[colorida y rumorosa
Sus manos extendidas
[apretaban la inquietud de un futuro incierto
y aún en los ojos se encendía la
[crisálida infancia.

El corazón en calma sostenía la
[palabra aromada de sueños.
¡Ah, de cuántos caminos llegaba
[el compañero de alma joven!
¡Traje sin color, gesto sin
[renunciaciones!

El compañero venía de sí
[mismo hacia esos hombres
que tienen el alma en crepúsculo
[y las esperanzas enlutadas

Hacia los que miran el destierro
[de sus pensamientos,
en ese vacío donde una
[indiferencia manchita luces y colores.
Sabía el compañero de esos ojos
[musgosos, negativos e inútiles,
multiplicadores de imágenes y
[mundos clareados.

De esas bocas que estiran largos
[ruegos dolorosos
mientras las huellas borran
[en sus desesperos los rumbos imprecisos.

¡De cuántos caminos llegaba
[el compañero de alma joven!
¡Lejos de la novia, colegiala
[con tímidez de pájaro!
Las plazas apretadas de verdes y libres a la escapada.

Hoy, allá en los altos árboles no
[son los nidos un botín de travesura;
su construcción frágil sabe
[ahora de sueños como brisas,
de húmedas palabras y ocasos
[sin cantos.

Aquí está el compañero
[deletreando en voces y gestos
una rebeldía que no cabe en la
[simplicidad de las palabras.

La espiga íntima de su verdad
[aroma oídos sordos
y refresca pechos sudorosos
[de opaca resignación.

El compañero llegó en un alba
[colorido y rumorosa.
Las mujeres y los niños
[despertaron su asombro desteñido
al sentir en sus carnes tostadas
[un roce blando de luz.

¡El compañero llegó!
¡Eran los pechos acercándose,
[comprendiéndose!
¡el compañero era: la armonía
[total en su regreso!

César Rengifo



Y dijo la voz

I
¡Espera!

De ti nacerá una palabra
como una enredadera.

Y serás tú, música florida
cuando algún soplo cálido
del humano dolor pase y te mueva.

II
¡Espera!
Ya enciende la luz sobre el camino
Y tu luz se conmueve a su contacto.

Gira un rumor de círculos confusos
Sobre las cumbres agítanse banderas.

Los hombres marchan hacia las auroras
y con ellos va la dulce llamarada
del perfume de tu enredadera.

César Rengifo




Y el hombre dijo su palabra,
y proclamó su grito…
¡Y nunca más fue el silencio
sobre la vastedad del mundo!
¡Pero el hombre recuerda,
a veces,
que al principio
fue el silencio!

César Rengifo



“... yo provengo del pueblo y voy ligado a él por sus sentimientos, por procedencia y  lógicamente tenía que haber una fidelidad a esos sentimientos, creo que una de las tareas fundamentales de los artistas que provenimos del pueblo es ser consecuentes con esaprocedencia.”

César Rengifo














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