Floridor Pérez

AL FINAO DE ROKHA

Aquí donde usted me ve,
en medio del potrero
y en mitad del camino de la vida,
veinte o más años antes de pegarme
como usted un tiro, emberrado, enrabiado
gritándoles ¡carajo!
a los pájaros
que me arrancan el trigo,
cojo un grano pensando en la espiga,
en las trillas de antaño
y en la bien llamada dulce chupilca
que hubiéramos tomado juntos.

Floridor Pérez




ANÓNIMO ESCRITO EN UN CUADERNO DE MI COMPAÑERA DE BANCO

Me besas al despedirnos
como mamá
te preocupas por mí
como mi hermana
y no te burlas como la vecina
si me pillas mirándote
y miras para otro lado
si me pongo rojo
y no preguntas por qué
ni dices que sabes
que me pongo rojo
porque me pillas
mirándote y no me atrevo
a decirte que me gustas.

Entonces me voy y regreso
a decirte que me gustas
pero sólo te digo si hay tarea
y vuelvo a volver
para que me despidas como mamá.
Pero como mamá despide a papá.

Floridor Pérez




"Chile es un territorio privilegiado para vivir, para gozar, para disfrutar, para trabajar, para sufrir- pone un acento en esta última- para vivir y morir."

Floridor Pérez



CIENTÍFICO

Mi libro dice:
“Las rosas tiene espinas”
Pero en mi escuela hay una con espinillas.

Floridor Pérez



Como un brujo que sale a volar por las islas

Aquella noche
perdí la cabeza
y cada mañana
la encuentro
en tu almohada

Floridor Pérez




"Creo que el poeta es un pequeño y modesto pecador que escribe su penitencia."

Floridor Pérez



"El taller muestra el camino, no enseña a caminar [...] Yo me comprometería a enseñar a escribir, pero sí me comprometo a enseñar a borrar."

Floridor Pérez



Imitación de Catulo

Me preguntas, Natacha, cuántos besos
me harían por fin decirte "¡basta y sobra!"
Cuantas arenas hay en Isla Negra
entre la cabaña de Nicanor
y el locomóvil anclado en el patio.
Cuantos astros titilan a lo lejos
contemplando a los amantes que graban
corazones en la casa de Pablo.
Tantos besos bastarían, Natacha,
más nunca sobrarán a este loco.
Ya lo sabes tú, pero los intrusos
no sabrán cuantos besos envidiarnos.

Floridor Pérez



"La poesía no quiere ser enseñada, la poesía quiere ser contagiada."

Floridor Pérez



La victoria

Me pusieron contra la pared, manos arriba.
Me registraron meticulosamente.

Sólo hallaron retratos con tus ojos
y una antología con tus versos.

Noches sobre la piedra.
Días tras la alambrada.

No saben -nos decían- qué les espera.
Pero yo lo sabía:

tras días piedras meses muro,
tú me esperabas a la puerta del cuartel.

Y esa fue mi victoria.

Floridor Pérez




LAS SIETE TENTACIONES DEL PROFESOR

Primera: una lección de anatomía
Con déjenlo que él sabrá con quién.

La segunda es hacer la cimarra: tenderse
En un parque público, con un fardo
de pruebas semestrales por almohada
y volver con un justificativo
firmado por el incorregible del curso.

Tercera: tener una casa enorme
como escuela pequeña, y matricularse
con una mujer hermosa como colegiala.

La cuarta es huir: salir huyendo de la sala
cruzar corriendo el corredor, volando el patio
adiós: “Aros… Bustos… Cabello…”
no más lista, y listo.

La quinta es ahorra unas monedas
para hacer de veras esos viajes
que sólo hizo a dedo por el mapa.

La sexta, no evitar las tentaciones
propias de la edad.

La séptima es que el día y en su hora
las campanas de réquiem repiquen a recreo,
las colegas enjuguen una lágrima huacha
y unos chicuelos locos se lo lleven en andas,
como si fuera el día del maestro.

Floridor Pérez



London bar

Por olvidarte paso a la taberna

Sobre el mesón tiro los codos
sembrando pánico entre las botellas
decapitadas en mi honor

El recinto lo veo como una embarcación:
lámpara como luna
la noche como el mar
la música como una tempestad
y el hundimiento en la embriaguez

Entonces me aferro a tu recuerdo
como una tabla de salvación
que me permita naufragar a gusto

Floridor Pérez



Más sabe el diablo por quemao que por tentao

Perdón si no me quedo con la boca abierta
para comerte mejor siquiera con los ojos
ni me doy de cabeza contra un poste
por volver a mirarte cuando pasas
vitrineando el maniquí entre posibles clientes
que se encalillarían con el mayor agrado.

Perdón si no me embruja
el mágico tam-tam de tus tacones
y te dejo pasar
como una oferta de temporada.

Perdón si permanezco inmune frente al
CONSULTORIO
esperando a la flaca de pie plano
que apenas se le pasen sus achaques
me llevará en un tour al paraíso
y encenderá con sus manos fuego para mí el próximo
invierno
y meterá sus manos al fuego por mí el próximo infierno.

Mientras que tú, ricura,
estarás muy ocupada
pintándote las uñas de tus pies perfectos
y mejor no sigamos más arriba
no sea que me tientes, diabla,
que me piques, araña de potito rosado.

Floridor Pérez



“No cambié el mundo,
pero el mundo tampoco me cambió a mí.”

Floridor Pérez


PRE-EPITAFIO

Aquí ni siquiera yace
pues no ha muerto todavía
un tipo que día a día
cargó la cruz que a Dios pace:
plantó un árbol, hizo clases
le dieron y dio lecciones,
tuvo hijos, publicaciones
y -de serle concedido-
reeditara lo vivido
con dos o tres correcciones.

Floridor Pérez

















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